El corto vuelo: cuando 8 horas son un mundo

Mejor la distancia corta

Esta semana se han publicado los resultados de una curiosa encuesta realizada por el buscador online Jetcost entre sus usuarios. La encuesta revela que a los españoles, no nos gusta volar mucho más de 8 horas cuando se trata de llegar al destino elegido para pasar nuestras vacaciones; sin embargo, a italianos y británicos les gusta aún menos, mientras que franceses y alemanes, son los más dispuestos a tomar vuelos de larga duración para llegar a sus destinos favoritos.

La encuesta pregunta a los usuarios si les gusta volar, a lo que un 44% contesta que no les molesta; un 37% afirma que no les gusta nada; y un 19% que les encanta. Es de destacar el alto porcentaje de viajeros a los que no les gusta volar y más teniendo en cuenta que el teletransporte no existe (todavía). A la pregunta de por qué no les gusta volar, las respuestas más comunes son “no me gustan las turbulencias” y “tengo vértigo”, con unos porcentajes del 32% y 31% respectivamente.

La encuesta indaga en los factores que influyen a la hora de elegir un destino para pasar las vacaciones, siendo uno de los más importantes para el 64% de la muestra, la duración del vuelo. Ante la cuestión “¿Cuál es el tiempo máximo que aguantaría volando para ir a su lugar de vacaciones?,” una vez recopilados y procesados los resultados, la conclusión es que el promedio que aguanta un español es de 8 horas y 29 minutos.

Los cinco motivos más importantes por los qué la duración del vuelo es un factor crucial a la hora de elegir un destino vacacional, son los siguientes:

1. Siento claustrofobia después de un tiempo en cabina.
2. Prefiero evitar el uso de los baños del avión si puedo.
3. Si surge una emergencia, me gustaría poder llegar a casa el mismo día.
4. Me aburro durante los vuelos largos.
5. Me preocupa sufrir el síndrome de la clase turista.

Según los resultados, el 28% de los encuestados admiten que han discutido con sus compañeros de viaje sobre el destino al que quieren ir de vacaciones debido a las horas que hay que volar para llegar allí. Mientras que un 11% admiten que, anteriormente, ya se han aventurado a volar más allá de su distancia ideal y han sentido que un viaje tan largo empañaba sus vacaciones.

A nivel europeo, los españoles nos situamos en el medio, con los alemanes (15 horas y 36 minutos) y los franceses (12 horas y 37 minutos) como los más dispuestos a embarcarse en vuelos largos; y los británicos (6 horas y 11 minutos) y los italianos (4 horas y 12 minutos) como los menos.

Antoine Michelat, cofundador de Jetcost ha dicho: «Es una pena escuchar que muchos españoles no quieren volar mucho más de 8 horas y media, particularmente cuando se ven los fantásticos destinos que se encuentran a más distancia, como muchas ciudades de Estados Unidos, muchos países de Sudamérica, Australia, Nueva Zelanda, Asia, etc. Aunque, aún más impactante es que los españoles no son los que menos aguantan, los italianos no quieren volar ni la mitad de tiempo que los españoles.

«Es comprensible que nos preocupemos por tener claustrofobia, por el estado de los baños de los aviones o incluso del riesgo de sufrir el síndrome de la clase turista, pero estos temores son fáciles de superar. Y si te aburres, siempre podrás pasar el rato haciendo nuevos amigos hablando con otros viajeros, escuchando tu música favorita o viendo alguna película”.

Tal vez estos resultados no sean del todo representativos del total de la población europea o en concreto de la española, más bien representan a un tipo de viajero: el que compra y se informa por internet; sin embargo, no dejan de ser unos datos no solo interesantes, sino también muy útiles para los tour-operadores, quienes pueden centrar sus esfuerzos en descubrir nuevos destinos en un radio de vuelo que ronde las 8 horas. También pueden ayudar a determinadas aerolíneas a decidirse a reforzar determinadas rutas que en la actualidad no cuentan con vuelos directos, o estos no son suficientes para la demanda.

En cuanto a los viajeros, quiero pensar que poco a poco, según vayan experimentando nuevos destinos, cuando su mundo conocido se les quede pequeño, perderán esos miedos y dudas que les generan los vuelos más largos. Por supuesto que son tediosos; y claro que los baños del avión son poco cómodos y bastante desagradables, eso no se discute, pero son males menores si lo comparamos con la posibilidad de viajar y disfrutar de otras culturas situadas a una distancia de más de 8 horas de vuelo.

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