El crecimiento potencial de las economías desarrolladas y emergentes no recuperará los niveles previos a la crisis al menos durante los próximos cinco años, según advierte el Fondo Monetario Internacional (FMI), que alerta de que este menor potencial hará más difícil mantener la estabilidad fiscal.
En el capítulo III de su informe ‘Perspectivas económicas mundiales’ de abril, la institución internacional pone de relevancia la dependencia entre el crecimiento potencial y la evolución de la población en edad de trabajar y los cambios en la tasa de participación laboral, así como del incremento del capital.
«El crecimiento potencial en las economías avanzadas probablemente se incrementará ligeramente, pero seguirá por debajo de las tasas anteriores a la crisis a medio plazo«, señala el FMI, que atribuye esta evolución al envejecimiento de la población y el lento incremento de la formación de capital a medida que la producción y la inversión se recuperan gradualmente de la crisis.
Así, el FMI calcula que el crecimiento potencial de las economías desarrolladas, que había comenzado a disminuir antes de la crisis, podría llegar a una media del 1,6% entre 2015 y 2020 desde el 1,3% entre 2008 y 2014. «Este crecimiento se encuentra muy por debajo del 2,25% durante el periodo 2011-2007», añade la institución.
En el caso de las economías emergentes, el FMI estima que el crecimiento potencial disminuirá a una media del 5,2% entre 2015 y 2020, frente al 6,5% estimado para el periodo 2008-2014.
«A diferencia de crisis anteriores, la crisis financiera global ha estado asociada no sólo con una reducción del nivel de actividad potencial en las economías avanzadas y emergentes, sino también con una persistente caída de su tasa de crecimiento», apunta el Fondo.
En este sentido, la institución advierte de que estas menores perspectivas de crecimiento potencial en el medio plazo con respecto a las registradas antes de la crisis «generan nuevos retos».
«Tanto en los mercados avanzados como emergentes, el menor potencial de crecimiento hará más difícil mantener la sostenibilidad fiscal», señala la entidad, que considera probable que esta situación vaya acompañada de bajas tasas reales de interés de equilibrio, lo que en las economías avanzadas puede volver a plantear la cuestión del «límite cero» si se materializan perturbaciones adversas para el crecimiento.
El FMI subraya que mejorar el potencial de crecimiento representa una prioridad para todas las economías. Así, recomienda a los países avanzados medidas en apoyo de la demanda que compensen los efectos de la prolongada debilidad de la demanda sobre la inversión, el crecimiento del capital y el desempleo.
«Son fundamentales reformas estructurales y un mayor apoyo a la investigación y el desarrollo para elevar la oferta y la innovación», apunta el FMI.
En el caso de las economías emergentes, la institución apuesta por elevar el gasto en infraestructuras y acometer reformas estructurales encaminadas a mejorar las condiciones de negocio y de los mercados de productos.