Susana Díaz tiene algo más que un simple problema de tiempos y de coartadas para intentar el salto desde el palacio de San Telmo a Ferraz, como primera etapa en su pretendida mudanza a La Moncloa. En realidad, los obstáculos se le acumulan por activa, pasiva y perifrástica.
En el bloque Por Activa, figuran los tres impacientes que la empujan a emprender ya mismo la aventura de liquidar al equipo de “irrelevantes arribistas” que el 20-D llevó al PSOE a su peor resultado electoral en la actual democracia. Antes de que resulte tarde para impedir que Pedro Sánchez sea asumido por la generalidad de la militancia socialista como candidato oficial a la Presidencia, también el 26-J. Esos gurús son tres “triunfadores” con irreprochables credenciales de fracasados. Veamos.
El primero es José Luis Rodríguez Zapatero (seguramente, el jefe de Gobierno más nefasto desde 1977 y obseso promotor, además, del Estatut que mantiene patas arriba a España desde que él persuadiera a Arturo Mas de apoyar un experimento, ¡que entonces interesaba a un 14 % de catalanes!).
Va, en segundo lugar, Alfredo Pérez Rubalcaba, el extraordinario Pinocho compulsivo que acuñó la frase “los españoles se merecen un Gobierno que no les mienta”; otro prodigio de la ciencia política, aunque con un sentido de Estado muchos codos por encima sin duda del anterior.
Completa el terceto José Bono, el hombre que se dejó afanar la Secretaría General de su partido por una pandilla de indocumentados encabezada por Trinidad “Sonrisas” Jiménez, para que la gozase y disfrutara el antedicho ZP. En el haber del exmandatario castellano-manchego hay que señalar, sin embargo, que supo salirse del cenagal político con el riñón cubierto como para vivir varias vidas. Nadie se explica cómo (él afirma que ahorrando de su salario oficial). Perversión dialéctica que no le impide repartira diestro y siniestro, en cuanto aprecia una ocasión propicia, lampantes lecciones de honorabilidad.
Por pasiva, ahora mismo, se concreta Felipe González, el pantocrátor de referencia para abordar el problema de turno –sea cuál sea- que sacuda al PSOE del auténtico Pablo Iglesias. Después de dudar y contradecirse, aunque dejando lo suficientemente claro que Sánchez y su estado mayor no son santos de su devoción y amagar con quitar el bozal a la sevillana para que pase de Triana a Chamberí y ponga orden en lo que empieza a parecer la casa de tócame Roque, cambióotra vez de opinión.
Ahora le tasca el freno al Pasmo de Trianay anima a Sánchez a que termine sus maniobras orquestales en la oscuridad, forme si puede Gobierno con C´s y la abstención de Podemos, o proclame su candidatura si fracasa en el empeño. Pero ejerciendo su capacidad arbitral ha advertido a ambas partes contra nuevos enfrentamientos a cara de perro, que sólo conducen a acelerar un proceso que parece llevar a los socialistas españoles al mismo despeñadero que ya conoció el PASOK griego. González, en política, ya sólo está para los desafíos históricos. Y parece haber entendido que el único que hoy se halla a la altura de sus expectativas mesiánicas es el impedir que la organización que le dio relevancia universal termine extinguiéndose como ocurrió con los dinosaurios, y sin que tampoco en este caso nadie sea capaz de explicarse el fenómeno más que a nivel de hipótesis.
Le acompañan en este reposicionamiento algunos de los barones regionales que más jaleaban a la jequesa. Todos son conscientes de que el PSOE, en el caso de no ganar el Gobierno ahora y tampoco hacerlo en junio, sólo podrá aguantar el turbulento otoño-invierno judicial de EREs y otros tumultos en su feudo andaluz si una mano férrea sostiene las riendas: hoy por hoy, la única disponible parece la de Díaz. Sólo faltaría que no se ganase el Manzanares y se perdiese el Guadalquivir.
En el bloque por perifrástica, colóquense las advertencias que Luena y compañía habrían hecho llegar a la presunta aspirante de que, si quiere jugar duro y se decide a pasar el Rubicón, se prepare para lo peor. Por ejemplo, que, en caso de contravenir la llamada a la prudencia que, consta, le acaba de dar el Superhéroe bipolar, afloren sobre ella filtraciones mediáticas de grave calado en los mismos tanteos iniciales para las primarias destinadas a elegir candidato, que demostrarían su no precisamente juego limpio cuando dejó política y quizá penalmente vendidos a Chaves y Griñán, quitándose ella de en medio. Alguien le habría hecho llegar el mensaje de que el Expediente X del PSOE y UGT andalucespoco tendrá que envidiar al del PP en la Comunidad Valenciana.
¿Diríamos que hay mucha confusión en las filas del centro izquierda, que nadie sabe por dónde tirar con ciertas garantías y que se empiezan a escuchar las típicas invocaciones de Virgencita que me quede como estoy? Es quedarse cortos; mejor pasemos al estadio siguiente.
Si la situación no fuese tan crítica, ¿creen que González habría pasado de puntillas sobre la inmensa tontería dicha por Sánchez de que un Gobierno PSOE-Podemos-Ciudadanos sólo significaría “un mestizaje ideológico”…? Alguien próximo a Susana Díaz puso en su boca esta ácida apostilla a tan feliz hallazgo semántico: “dos, son un mestizaje ideológico; tres, pura y dura bastardía”. El testigo se acogió a la protección periodística de testigos (PPT), por una razón obvia: es sabido que el hombre para el hombre (igual vale en casos de mujeres) se subdivide en peligrosos, muy peligrosos, peligrosísimos y –último y peor estadio- compañeros de Partido.