No es casualidad que los primeros mensajes que los candidatos socialistas han lanzado en el arranque de la campaña electoral estén dirigidos a las víctimas de la crisis económica. Los últimos sondeos demoscópicos certifican que parados, comerciantes, pequeños empresarios, obreros, amas de casa y jubilados –que abandonaron en masa al PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero- son una de las puertas que el partido de Pedro Sánchez aspirar a abrir para ganar las elecciones del próximo día 24.
Las tripas del último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas ponen el acento en que el crecimiento del PSOE –que se ha puesto en este arranque de campaña a poco más de un punto del PP en estimación de voto y supera a Podemos como fuerza hegemónica de la izquierda- se debe al avance de los socialistas en la recuperación de apoyos entre los colectivos socioeconómicos mas desfavorecidos por la crisis.
En efecto, el PSOE, según el sondeo del CIS, avanza de manera sustancial entre los parados, jubilados, comerciantes y pequeños empresarios sin asalariados, obreros cualificados y no cualificados; es decir, las principales víctimas de la crisis. Además, el barómetro da a los socialistas más posibilidades de crecimiento, hasta alcanzar los niveles de los años en que gobernó José Luis Rodríguez Zapatero.
En contra de los que pueda parecer, el PSOE es ya la primera fuerza en intención de directa de voto en el sector de los que no tienen trabajo. Curioso este dato si se tiene en cuenta que las cifras más altas de desempleo se alcanzaron en los años de gobiernos socialistas, por lo que muchos analistas –con razón o sin ella- se han apresurado a culpar al PSOE del paro en España.
Según el CIS, el 19,2 por ciento de los parados (casi uno de cada cinco) dice, en respuesta espontánea, que votará al Partido Socialista en las próximas elecciones generales. El PSOE crece seis puntos con respecto al barómetro de enero y arrebata la primera posición a Podemos, que se queda con el 17,5 por ciento. Hace cuatro meses, casi uno de cuatro desempleados aseguraba que iba a votar al partido de Pablo Iglesias.
El PSOE puede ser también el partido más votado entre los comerciantes y pequeños empresarios sin asalariados, uno de los colectivos socioeconómicos más castigados por la crisis. El 17 por ciento de estos dice que su sufragio irá a la cuenta del partido del puño y la rosa.
El crecimiento de los socialistas entre los comerciantes y pequeños empresarios es espectacular. En el barómetro de enero, sólo el 6,2 afirmaba que se decantaría por el PSOE. Era ése un porcentaje muy por debajo del que cosechaba Podemos (20,8) y el PP (12,5). Ahora el PSOE, con el 17 por ciento, supera a Ciudadanos (16), al PP (11,3) y a Podemos (10,4).
El PSOE avanza también en el sector de los obreros cualificados y no cualificados. Entre los primeros, han decidido votar a los socialistas el 16,5 por ciento; y entre los segundos, el 17,4. Hace cuatro meses, esos porcentajes eran 11,6 y 11,5, respectivamente. El crecimiento del PSOE ha hecho que los socialistas adelanten a Podemos –primera fuerza en enero- como partido más votado entre el colectivo de no cualificados y esté a tres puntos en el de los cualificados.
Los socialistas también registran una subida notable en un colectivo tan numeroso como es el de los jubilados. El PSOE crece 6,5 puntos en intención directa de voto y pisa los talones al PP. Tiene mérito la subida del PSOE, pues tradicionalmente, los jubilados suelen respaldar al gobierno de turno, pues buena parte de ellos piensa que es el partido en el poder –y no el Estado- quien paga sus pensiones. El 21,1 por ciento de los jubilados dice que en las próximas elecciones generales votará al PSOE frente al 22 por ciento que se decanta por el PP. Hace cuatro meses, los socialistas lograban el 14,6 y los populares, el 23,7.
Menos votos entre los estudiantes y las amas de casa
Según el barómetro del CIS, el punto flaco del PSOE radica en el colectivo joven de los estudiantes y las amas de casa. En el primero, le supera ampliamente Podemos; y en el segundo, el Partido Popular. Y en ambos los socialistas registran caídas con respecto al barómetro de enero.
Sólo el 7,9 por ciento de los estudiantes dice que votará al PSOE en las próximas elecciones generales, frente al 26 que se decanta por Podemos. Hace cuatro meses, el porcentaje era de 10,4 para los socialistas y 30,4 para el partido de Pablo Iglesias.
En cuanto a los ciudadanos con trabajo doméstico no remunerado, el 14,5 ciento dice que votará al PSOE en las próximas elecciones, lo que supone una caída de 3,3 puntos respecto al barómetro de hace cuatro meses. El PP es mayoritario entre los votantes de este sector y sube más de cuatro puntos entre un sondeo y otro: 25, 3 por ciento en abril y 20,9 en enero.
A la vista de estos datos, cabe preguntarse por la estrategia que adoptará en los próximos días la Ejecutiva federal para seguir creciendo en la tendencia al voto de los diferentes sectores socioeconómicos. Hay que tener en cuenta que, lo habitual, es que estos tengan intereses contrapuestos. Es decir, una radicalización de los postulados, en línea con la postura de Podemos, movilizará fundamentalmente el voto de parados y de estudiantes, pero desmotivará al electorado que conforman los jubilados y amas de casa. En sensu contrario, una moderación de la estrategia –en línea con la aproximación al centro político- acentuará el sufragio de estos últimos y penalizará el de los primeros.