La militancia del Bloc Nacionalista Valencià ha dicho no a cualquier acercamiento de la coalición Compromís a Podemos. Los partidarios de la unión trabajan ya en la búsqueda de una tercera vía , pero esa decisión no haría más que elevar la tensión de una coalición política que está cada vez más lejos de la imagen idílica que proyecta.
Ni los duros condicionantes que había impuesto la directiva del partido para aceptar cualquier tipo de pacto han convencido a los militantes del Bloc Nacionalista Valencià. El 74% de los 1.532 votantes que han participado en la consulta puesta en marcha por el partido nacionalista—y que representaban el 51% del censo autonómico del partido—han pedido que Compromís se presente bajo sus propias siglas y sin ninguna compañía a las próximas elecciones generales de diciembre. Un resultado rotundo que muestra el miedo de los nacionalistas a ser fagocitados por la marca política creada por Pablo Iglesias.
El rotundo “no” que lanza el Bloc choca de frente con la defensa sin fisuras de la alianza con Podemos que el otro partido importante en Compromís, Iniciativa del Poble Valencià, un partido que a pesar de tener una menor presencia de afiliados cuenta con el principal activo político de la coalición: la vicepresidenta y portavoz del Gobierno Valenciano Mónica Oltra; y lo que es más importante, supone una frustración para la rama valenciana de Podemos, un partido que actualmente tiene la llave de la gobernabilidad en las Cortes Valencianas, al ser aliado de Compromís y PSOE sin participar activamente en la gestión diaria del gobierno.
Misión salvar el pacto
Para los partidarios de la alianza con Pablo Iglesias el resultado de la consulta es sin duda un revés, pero con el consuelo de que aún queda partido por jugarse. Para empezar Iniciativa celebrará el día 3 de octubre una asamblea en la que se abordará el sí a la alianza que ya aprobó su consejo nacional. Después se escuchará la opinión del colectivo Gent de Compromís, una organización que agrupa a simpatizantes y militantes de la coalición no adscritos a ninguna de las formaciones políticas que conforman Compromís. Por último aún queda por ver en qué sentido se pronuncia Els Verds-Equo, el tercer partido que participa en las decisiones de la coalición nacionalista.
Los partidarios del pacto saben que superar los votos del Bloc va a ser complicado, pero una victoria del sí en los tres colectivos que quedan por pronunciarse les daría cierta autoridad para intentar llevar el tema al Consell General—consejo general—de Compromís,. Este órgano dirime las discusiones entre los partidos de la coalición, y en él el reparto de cuotas de poder que se hizo en su día, sí que permite a los partidarios del “sí” soñar con la posibilidad de cambiar el rumbo actual de las cosas.
Reabriendo heridas
Imponer un sí que no cuente con el respaldo de la mayoría de los votos, sin embargo, significaría reabrir las tensiones que se vivieron en Compromís el pasado invierno. La facción más crítica del Bloc entendió la cada vez mayor cuota de poder de Mónica Oltra como un peligro para sus objetivos y tumbó los acuerdos de primarias. Sólo el temor a que Oltra llevará a Iniciativa a pactar con Podemos, que en aquel momento carecía de número uno en su lista, y la participación activa de la parte del Bloc que simpatiza con Oltra consiguió que se solucionara el conflicto.
La situación ha cambiado, Compromís ha alcanzado el poder y Oltra es ahora mismo la portavoz del gobierno valenciano—algo que no es tan fácil de abandonar como una mera candidatura—, pero la tensión entre las partes continúa siendo la misma o mayor, puesto que en esta ocasión primeros espadas del Bloc como el diputado Joan Baldoví, o el eurodiputado Jordi Sebastià, han mostrado públicamente su firme rechazo a pactar con Pablo Iglesias.
El elefante en la habitación
Mientras Compromís e Iniciativa no dudan en mostrar públicamente sus opiniones sobre lo que debería ser, o no, un pacto con Podemos, la formación liderada en Valencia por Antonio Montiel mantiene el silencio sobre una alianza que ha sido, desde prácticamente el primer minuto de la nueva legislatura una de sus máximas prioridades.
Montiel ya ha demostrado ser un aliado incómodo del Consell, imponiendo sus criterios sin importar si estos dañan la imagen pública del mismísimo Presidente de la Generalitat. Está por ver si despreciar la mano que tiende a los miembros de Compromís endurece aún más sus relaciones. Al fin y al cabo se acerca el invierno y con él unas elecciones en la que los tres partidos que sostienen hoy por hoy el gobierno valenciano volverán a ser rivales.