El Rey ha revocado el título de duquesa de Palma de Mallorca de su hermana, la infanta Cristina, en un Real Decreto que se publica este viernes en el BOE. Esta decisión se produce medio año después de que el juez instructor del caso Nóos, José Castro, optase por juzgarla por su presunta participación en dos delitos fiscales.
El Real Decreto, promulgado este jueves, publicado esta pasada madrugada en la edición digital del BOE y firmado por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, es escueto y explícito: «De conformidad con lo dispuesto en el artículo 6 del Real Decreto 1368/1987, de 6 de noviembre, sobre régimen de títulos, tratamientos y honores de la Familia Real y de los Regentes, he resuelto revocar la atribución a Su Alteza Real la Infanta Doña Cristina de la facultad de usar el título de Duquesa de Palma de Mallorca, que le fue conferida mediante Real Decreto 1502/1997, de 26 de septiembre».
El artículo 6 del citado Real Decreto de 1987 («sobre régimen de títulos, tratamientos y honores de la Familia Real y de los Regentes») establece que «el uso de títulos de nobleza, pertenecientes a la Casa Real, solamente podrá ser autorizado por el Titular de la Corona a los miembros de su Familia. La atribución del uso de dichos títulos tendrá carácter graciable, personal y vitalicio».
Han pasado casi seis meses justos desde que, el 22 de diciembre, el juez Castro dictó un auto de apertura de juicio oral según el cual la infanta será juzgada en la Audiencia de Palma por colaborar, presuntamente, con su marido, Iñaki Urdangarín, en la comisión de dos delitos fiscales.
El Real Decreto supone un paso más en el alejamiento de su hermana por parte de Rey. Cristina ya había dejado de ser miembro de la Familia Real tras la abdicación del ex jefe de Estado, el rey don Juan Carlos, al pasar de ser hija a hermana de rey. En todo caso, la decisión real diluye cualquier rumor sobre un posible acercamiento entre los dos hermanos.
Asimismo, debería contribuir a desactivar, de forma preventiva, cualquier posible recrudecimiento de las reclamaciones políticas a la Casa Real en caso de que se produjera un cambio del color político en el Ayuntamiento de Palma de Mallorca (donde se perfila un posible pacto de gobierno entre PSIB, Més y Podemos), tanto más cuando incluso el propio consistorio presidido por el Partido Popular reclamó el pasado mes de diciembre que se retirara al título a la infanta para evitar que se asociase el nombre de la ciudad «con un caso de corrupción».
La infanta renunció hace días en una carta al Rey, según Roca
Horas después del anuncio del Real Decreto, el abogado de la infanta, Miquel Roca, aseguró a los medios que la propia doña Cristina había renunciado personalmente, hacía unos días, al Ducado de Palma en una carta dirigida al Rey.
«La renuncia forma parte de la voluntad manifiesta de la Infanta de la que era conocedora la Casa Real», explicó este viernes Roca a la puerta de su despacho. La infanta «renuncia al título antes de generar ninguna polémica», una decisión tomada «con disgusto, porque Palma representa mucho para ella», añadió, citado por Europa Press. Al preguntársele si la Infanta envió la carta porque el Rey se lo pidió, Roca se ha limitado a decir: «No lo sé».
El abogado aseguró también que la renuncia de ninguna manera afecta al caso ya que «la Administración de Justicia no opera en función de títulos».
No obstante, fuentes de la Casa Real aseguraron este viernes que la carta citada por Roca, en la que la infanta Cristina renunciaba al Ducado de Palma de Mallorca, llegó al Palacio de la Zarzuela después de que el Rey le hubiera comunicado su decisión de revocarle el título.
Asimismo, las mismas fuentes precisaron, citadas por EFE, que la conversación entre los dos hermanos se produjo antes de que la carta, con fecha de 1 de junio, llegara a Zarzuela. Se trata, en cualquier caso, de «una decisión del Rey que el propio don Felipe comunicó a su hermana por teléfono. añadieron. Un portavoz de Zarzuela aseguró anoche que la resolución adoptada por el jefe del Estado no había sido «ni repentina ni improvisada».
La carta manuscrita de la infanta, filtrada a varios medios de comunicación, lleva el sello del Ducado de Palma y está fechada en Ginebra el pasado 1 de junio.
El texto íntegro es el siguiente:
«Majestad,
Con ocasión de mi boda con D. Iñaki Urdangarín, Nuestro Padre, S.M. El Rey Don Juan Carlos I, me otorgó la titularidad del Ducado de Palma. Tanto por el momento como por lo que para nosotros representaba Palma, el título otorgado me llenó de satisfacción y lo serví con la máxima fidelidad y cariño.
Hoy, todavía, Palma representa para mi marido y para mi una referencia una referencia de fuertes e importantes recuerdos, que nuestros hijos comparten con nosotros. Por ello, cuando en los últimos tiempos, como consecuencia de las acusaciones infundadas dirigidas contra mi persona por parte del Sindicato Manos Limpias, he conocido iniciativas que ponían en cuestión la continuidad del título de Duquesa de Palma, lo he vivido con enorme disgusto e incomodidad.
No quise, en su momento, hacer caso de aquellas iniciativas por estimar que, de tenerlas en cuenta, podían estar ofendiendo a todos aquellos que no las compartieran y que pudieran interpretar una inmediata respuesta por mi parte, como un desdén a la Ciudad que tanto queremos y admiramos. No obstante, en este momento, después de una larga y dolorosa reflexión, he llegado a la conclusión, que debo manifestar a S.M mi voluntad de renunciar al título de Duquesa de Palma evitando así cualquier polémica que por razón de ello pudiera plantearse en la Ciudad de Palma.
Seguiré llevando esta ciudad en mi corazón; me sentiré siempre agradecida por las atenciones y el cariño que han manifestado a mi familia, pero quiero alejarme de cualquier debate que del uso del título por mi parte pudiera trasladarse a la sociedad mallorquina.
Al hacerse efectiva, pues, mi renuncia al título de Duquesa de Palma, ruego encarecidamente a S.M, que adopte las medidas que sean necesarias para su debida formalización.
Con afecto y cariño,
Cristina
Infanta de España»
«Velar por la dignidad de la institución»
Ante la decisión de Castro de llevarla a juicio, la Casa del Rey expresó su respeto absoluto a la independencia del poder judicial y en los mismos términos se pronunció hace un año, el 25 de junio, cuando el juez mantuvo la imputación de doña Cristina, después de que la infanta compareciera en su juzgado el 8 de febrero, recuerda EFE, que cita otras muestras de alejamiento por parte de doña Cristina, que trabaja en Ginebra para la Fundación La Caixa y no estuvo presente ni en la ceremonia de proclamación de su hermano en el Congreso ni en la de abdicación de su padre celebrada la víspera en el Palacio Real, a diferencia de su hermana mayor, la infanta Elena, que asistió a ambas.
La única vez que doña Cristina ha coincidido en público con su hermano desde que es Rey fue el pasado lunes, en el funeral ortodoxo oficiado en la iglesia de San Jerónimo del Real en memoria de Kardam de Bulgaria, hijo del exprimer ministro y depuesto rey Simeón de Bulgaria y de Margarita Gómez Acebo.
A esta ceremonia fúnebre asistieron además la Reina Letizia, don Juan Carlos y doña Sofía, así como la infanta Elena, junto a los Reyes Guillermo-Alejandro y Máxima de Holanda y la princesa Beatriz, además de numerosos representantes de la nobleza.
En su ya histórico discurso de proclamación, pronunciado ante una solemne sesión conjunta del Congreso y el Senado, Felipe VI subrayó que la Corona debe «velar por la dignidad de la institución, preservar su prestigio y observar una conducta íntegra, honesta y transparente». «Hoy más que nunca, los ciudadanos demandan con toda razón que los principios morales y éticos inspiren -y la ejemplaridad presida- nuestra vida pública», señaló aquel día, antes de continuar: «Y el Rey, a la cabeza del Estado, tiene que ser no sólo un referente sino también un servidor de esa justa y legítima exigencia de los ciudadanos».