Ha sido con motivo de una de los múltiples querellas del archiconocido comisario Villarejo contra dos fiscales anticorrupción. La Fiscalía, en defensa de los denunciados, los fiscales José Grinda y Juan José Rosa, pide al Supremo que queden bajo el amparo del Alto Tribunal en lugar del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, como al final será y como dispone la Ley.
La sala del Supremo ni siquiera ha entrado a valorar el fondo del asunto y se ha centrado en una dura y extensa argumentación sobre el “aforamiento libre”. Los fiscales no tienen fuero ante el Tribunal Supremo y se trata, por tanto, de poner coto a esa figura procesal que, a su juicio, se está extendiendo con “alegría” cuando, en realidad, se trata de un “privilegio” judicial que debe ser una excepción muy ocasional. “Esta inaceptable prerrogativa se convierte cuando se abusa de ella en un incremento exponencial”, explica categórico.
El auto explica que la ley orgánica adjudica la competencia a la sala segunda del Supremo para instruir causas seguidas contra el fiscal general y los fiscales de sala del Tribunal Supremo. Pero nadie más del ministerio público, por mucho que el fiscal del Supremo se empeñe en defender el aforamiento de sus compañeros argumentando que los fiscales despliegan su trabajo en todo el territorio nacional.
El criterio del ámbito territorial no tiene lógica, concluye el Supremo, ya que ésto llevaría a desbordar el fundamento mismo del aforamiento y todo fiscal podría ser llamado al conocimiento de un asunto en cualquier punto del territorio nacional. El Supremo se pone duro ante esta “argucia” de la Fiscalía. No va a prodigar lo que se conoce como la “concepción cuasi protocolaria del aforamiento” que se está desarrollando últimamente y en muchas instancias. No todo vale, y hay que huir de “criterios interpretativos que fomenten el incremento exponencial de los aforamientos vigentes”.
El que se ha quedado compuesto y sin novia es el comisario Villarejo quien denunció en mayo a Grinda y Rosa por sus supuestas maniobras para relacionarle con el caso Emperador y el del pequeño Nicolás. El comisario considera que los dos fiscales han sobornado a un abogado y pertenecen a un grupo de agentes del CNI cuyo objetivo es desacreditarles. Villajero no está teniendo mucha suerte con sus batallas judiciales. Esta es la cuarta iniciativa judicial que le rechazan. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid archivó recientemente una querella que interpuso contra el titular del juzgado de instrucción número 2, Arturo Zamarriego, que instruye la causa contra el pequeño Nicolás.