El mercado japonés cuenta con unas peculiaridades concretas en el consumo de bebidas alcohólicas. Ellas son las que se encargan de comprar el vino y prestan mucha atención a los precios.
Asia es percibida por la gran mayoría de los exportadores como un mercado estratégico y Japón se está revelando como la gran apuesta para los próximos años. La tradicional cultura del país poco a poco absorbe las costumbres occidentales y comienzan a llegar productos tan europeos como el vino. Sólo en 2015 se exportaron desde España un total de 20.216 kilolitros de vino tranquilo, lo que convierte al país nipón en un interesante socio comercial.
¿Pero qué debería saber el empresario español acerca del público japonés? El país asiático tiene unas costumbres muy arraigadas, por lo que la incursión en su mercado se basa en un proceso de adaptación mutua que avanza lentamente. “El vino sólo abarca el 8% de la cuota del mercado de las bebidas alcohólicas, es un producto con mucho potencial de crecimiento”, señala Pedro J. Gallego, representante de la Cámara de Comercio de Japón.
Por el momento, los japoneses se decantan por los caldos más baratos, ya que casi el 50% compra vinos que oscilan entre los 500-1.000 yenes (en torno a los 5-7 euros) y sólo un 25% llega a alcanzar los 1.500 yenes (12 euros).
Actualmente, la media de consumo asciende a los 3,3 litros semanales por persona y el vencedor indiscutible es el vino tinto, con un 70% de la cuota de mercado, seguido del blanco, con aproximadamente un 30%, y el rosado, que prácticamente no tiene presencia en Japón.
Al contrario que en Europa, el consumo no tiende a concentrarse en bares y restaurantes sino en los supermercados. Así, un 31,2% de japoneses prefiere beber vino fuera de casa y un 32,8%, en cambio, lo compra directamente en comercios.
Las principales consumidoras son las mujeres; un 5,2% reconoce tomar vino a diario, frente al 4,6% de los hombres. Además, ellas son las que más se preocupan por la calidad del producto, ya que casi el 50% escoge el vino en función de su sabor o maridaje. En la misma línea, el 61% de los alumnos del título de “Experto en Vinos” son mujeres. “La presentación es muy importante, el etiquetado. En Japón se compra por los ojos”, explica Yumi Tanabe, presidenta de la organización “Sakura Japan Women’s Wine Awards”.
España tiene mucho que decir en este mercado. Además de ser el cuarto socio comercial de Japón en volumen de exportaciones de vino -por detrás de Chile, Francia e Italia-, nuestra cultura es percibida como un gran atractivo en la región. “Desde hace diez años han abierto muchos bares de tapas y está muy de moda aquí. Son buenos lugares de promoción para los productos españoles. La Embajada española también hace esfuerzos para dar a conocer sus productos típicos. El queso manchego, el aceite de oliva, el jamón, las anchoas… Son muy conocidos y se venden mucho”, añade Yumi Tanabe.
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Los japoneses han aprendido rápido la ecuación del éxito y ya están manos a la obra para convertirse en productores de referencia dentro del sector vinícola. La Organización para el Comercio Internacional de Japón (Jetro), dependiente del Gobierno, subvenciona desde el pasado octubre la exportación de vino con etiquetado y origen nipón. La medida estará vigente por un periodo prorrogable de tres años y los productores la han recibido con “mucho optimismo”, según Yumi Tanabe.
Sin embargo, es un hecho que de momento Japón es un país importador en lo que a vinos se refiere; se produjeron un total de 1.050.000 hl de vino nacional –embotellado en Japón pero importado a granel- el año pasado, frente a los 2.498.790 hl de vino importado del extranjero.