Ella, él y elle

Cartel de un baño en Bélgica, donde ya se distingue un tercer género.

El mundo está dividido en dos géneros y ahora se pide un tercero, el neutro. #ElleEnLaRAE es una petición que ha sido Trending Topic durante casi 10 horas y eso no es nada habitual para una discusión lingüística.

Dicen que el lenguaje determina nuestra forma de percibir el mundo. Por ello, hace tiempo que se avivó el debate del feminismo lingüístico, el cual, como cualquier feminismo, no aboga por dar privilegios a la mujer ni por acabar todas las palabras en “a”, sino que busca eliminar los privilegios del hombre o, en este caso, que el genérico no sea por defecto el masculino. Con un ejemplo se entenderá mejor: en una sala hay 10 personas de las que 8 son mujeres y 2 hombres; la norma lingüística dice que tendríamos que decir “estamos todos reunidos” en vez de “estamos todas reunidas”, a pesar de haber primacía femenina en la sala. Para evitar esta desigualdad lingüística, se vienen usando distintas fórmulas en los últimos tiempos:

  • Estamos todxs reunidxs: La “x” sustituye la masculina “o” y la femenina “a” para ser el nuevo neutro. El principal problema es que es difícil de pronunciar.
  • Estamos tod@s reunid@s: Fórmula habitual en el ámbito online pero aún nadie sabe cómo se pronunciaría esa arroba. También acaba limitada a la escritura.
  • Estamos todos y todas reunidos y reunidas: Duplicar cada palabra para evitar la discriminación lingüística va en contra de la economización del lenguaje. Se puede hacer a veces pero alarga mucho el discurso.
  • Estamos todas reunidos: En este ejemplo queda un poco raro pero usar unas veces el genérico masculino y otras el femenino equilibra la balanza sin problemas de pronunciación ni de extensión.

Estas fórmulas buscan la igualdad y la inclusión en el lenguaje, precisamente porque este influye en nuestra forma de ver el mundo y, por tanto, de comportarnos en él. No están reconocidas oficialmente y cada una tiene sus limitaciones o inconvenientes, por ello (o por ella, la causa) hay quien propone que se cree un género neutro con la “e”. Evita la supremacía masculina y reconoce un tercer género, el neutro.

Parece especialmente necesario el género neutro en el caso del pronombre personal tónico en tercera persona (él/ ella), esa palabra que refiere una persona y solo la diferencia de las demás por el género (ni por edad ni por ninguna otra característica). Hay quien considera que la división de todo ser humano en uno u otro género es algo un tanto forzado, existen personas que se pueden considerar 50% mujer y 50% hombre. O que no quieren que se enfatice su género. Por estos motivos y alguno más, se le pide a la RAE que acepte “elle” para referirse a la tercera persona sin hacer referencia a su género. Estos son sus argumentos:

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Aunque también hay personas que creen que es un lío, que no hace falta modificar el lenguaje porque solo es eso, palabrería, o quien se lo toma a broma. Así lo definen:

 

 

 

 

 

 

 

Y, más allá de cualquier postura o argumento, una aclaración:

 

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