El PNV, vencedor del 24-M, necesita apoyos para gobernar en municipios y diputaciones. El PSE prefiere seguir analizando los resultados antes de ofrecerse a los nacionalistas.
El domingo, las urnas les volvieron a situar como la tercera fuerza política en el conjunto del País Vasco. Pero los socialistas vascos son conscientes de que tienen en sus manos la estabilidad de las principales instituciones provinciales y municipales surgidas de las elecciones municipales y forales. El acuerdo con el PNV, partido vencedor de los comicios que se ha reforzado aún más en Euskadi, ya se venía barruntando durante la campaña. Miembros de ambas fuerzas políticas daban prácticamente por sentado que si las cuentas les llegaban, pactarían para desbancar a EH Bildu de diputaciones y ayuntamientos.
Los comicios han demostrado no sólo que ambos partidos pueden sumar, sino que la coalición que engloba a la izquierda abertzale, EA y Alternatiba, ha visto reducido su apoyo de manera considerable. Por eso ahora el PSE que dirige Idoia Mendia, consciente del peso que podría tener en instituciones como la Diputación de Gipuzkoa o el Ayuntamiento de San Sebastián, prefiere esperar y reflexionar acerca de la fórmula que será más adecuada para sus futuros intereses. Sopesa, por un lado, apoyar puntualmente los presupuestos de los nacionalistas como ya hace en el Parlamento vasco y, por otro, entrar a formar parte de distintos gobiernos locales o forales con el PNV.
A última hora de ayer la Ejecutiva del PSE seguía reunida sin haber llegado a una posición concreta. El candidato socialista a las Juntas Generales de Gipuzkoa, Denis Itxaso, prefería mantener la cautela y, en conversación con SABEMOS, aseguraba que el partido sigue “analizando resultados” y tratando de hacer una lectura más sosegada de lo ocurrido en las urnas. La del domingo fue una cita en la que los socialistas vascos sí padecieron en cierto modo la irrupción de Podemos, especialmente en Álava y Bizkaia, con una moderada pérdida de votos, pero en la que resistieron mejor que el otro partido no nacionalista, el PP.
A pesar de confirmar y reforzar su hegemonía en el País Vasco, el PNV necesita apoyos para gobernar en la Diputación de Bizkaia, en la de Gipuzkoa, y en los ayuntamientos de Bilbao y San Sebastián, ciudad en la que los ciudadanos han asestado un duro golpe a EH BIldu, que ha pasado de primera a tercera fuerza. La entente debería ampliarse, incluso, a la Diputación de Álava donde el PP ha perdido la mayoría y donde los nacionalistas podrían recuperar el poder. En todo caso, la apuesta de su presidente, Andoni Ortuzar, es clara: «Nosotros nunca hemos ocultado que la fórmula de acuerdos con el PSE-EE es, para nosotros, una fórmula conocida y que ya sabemos cuáles son sus problemas, pero también sabemos cuáles son sus bondades. Y la primera es que da prácticamente en todas las instituciones una posibilidad de gobierno sólido y duradero», aseguró ayer en una entrevista en Radio Euskadi.
Bildu presiona para un pacto anti-PP en Vitoria
El otro foco de la atención postelectoral en el País Vasco está en Vitoria. A diferencia de lo sucedido en el resto de España, el PP ha conseguido allí mejorar sus resultados de su alcalde, Javier Maroto. A pesar de que éste obtuvo una mayoría simple (9 concejales de 27), en este caso la rotundidad de la victoria popular hizo que ni el PNV ni el PSE se plantearan un pacto, al que deberían sumarse otras fuerzas, para desbancar al regidor vitoriano. Pero ese no ha sido el caso de EH Bildu, segundo partido del consistorio con 6 representantes, que está decidido a forzar un acuerdo de todos contra el PP de Maroto, que está marcado por sus polémicas declaraciones en contra de los inmigrantes.
La cabeza de lista de la coalición abertzale en la capital alavesa, Miren Larrion, volvió a hacer un llamamiento a todas las fuerzas que han conseguido representación en el Ayuntamiento (PNV, PSE, Sumando e Irabazi) para “desalojar” al alcalde del PP al considerar que “el clamor antiMaroto es una realidad”. EH Bildu pretende asemejar así lo que pueda suceder en Vitoria con lo que previsiblemente ocurrirá en Pamplona, donde todas las fuerzas del consistorio podrían unirse para desbancar del poder a la foralista UPN. Por el momento EH Bildu no ha obtenido una respuesta clara a su oferta.
Pero el líder del PNV no dejaba ayer la puerta cerrada a esta posibilidad. Durante la mencionada entrevista en la radio pública vasca cargaba contra el triunfalismo expresado por Maroto desde el mismo domingo. «Hay un montón de gente y unos cuantos partidos más que no entienden su forma de gobernar ni comparten sus posiciones extremistas», aseguraba, en referencia a la polémica sobre los inmigrantes y las alusiones, rozando el racismo, que hizo el alcalde vitoriano sobre el uso que estos hacen de las ayudas públicas. Ortuzar emplazaba por ello al regidor a “ser un poquito más cauto y más conciliador porque, a lo mejor, lo que ahora parece que es una dificultad de unidad, él hace que esa unidad pueda producirse».