‘Episodes’: Cómo empatar en América

Los protagonistas de la serie

¿Puede alguien ser desdichado viviendo en una mansión de Beverly Hills, disponiendo de dos coches y trabajando en lo que más le gusta? David Crane y Jefrey Klarik—responsables de éxitos televisivos como Sigue Soñando o Friends —no sólo pensaron que sí, sino que lo plasmaron por escrito en los guiones de Episodes , la serie que explica la absoluta desgracia que puede llegar a ser conseguir un empate en un país obsesionado con los ganadores y los perdedores.

Sean y Beverley son dos galardonados guionistas británicos que están a punto de vivir el sueño americano. En plena gala de los Bafta el presidente de una de las más importantes cadenas de televisión estadounidenses se ha declarado fan de su última serie y les ofrece una cantidad obscena de dinero para adaptarla al mercado estadounidense. Sólo hay un problema, al ejecutivo se le ha olvidado mencionar que no ha visto ni un solo episodio de su serie y el equipo de productores de su canal tiene en mente algunos cambios: van a ambientarla en un equipo de hockey juvenil en vez de en un internado británico, quieren cambiar la homosexualidad de uno de los personajes para poder introducir una historia romántica con el protagonista, y sustituirán al rechoncho profesor de literatura inglesa que ejerce de figura paternal para sus alumnos por Matt LeBlanc en chándal.

Producida a medias por la americana Showtime y la británica BBC-2, y emitida en España por Canal + Series, Episodes es una de esas historias de “Hollywood dentro de Hollywood” que entroncan con productos como Entourage. Pero donde la serie de Mark Wahlberg se centraba en narrar los excesos de las estrellas mediáticas en su tiempo libre, Episodes pone el punto de mira en la esquizofrenia de la forma de trabajar en el mundo televisivo, donde quienes más cobran menos saben cómo funciona su negocio y los cargos intermedios parecen tener como única labor la de mostrar una afabilidad asfixiante cuando han de decirte que no van a darte lo que quieres. La actitud hipócrita de las estrellas en las galas solidarias por catástrofes naturales, las cancelaciones fantasmas que obligan a los trabajadores a seguir acudiendo al set de rodaje sabiendo que su trabajo no se verá nunca, o la obsesión por ocultar la edad real de los actores son algunos de los temas a los que los guionistas de Episodes gustan de atacar sin rastro de piedad.

La serie ha supuesto la resurrección artística de Matt LeBlanc, quien ya ha conseguido dos nominaciones a los Emmy y un Globo de Oro

La serie ha supuesto la resurrección artística de Matt LeBlanc, quien ya ha conseguido dos nominaciones a los Emmy y un Globo de Oro por interpretar una parodia de sí mismo—hipersexualizada, con problemas de contención de gasto, y de la que reniega el resto de reparto de Friends—que ha hecho las delicias de los mismos críticos que le crucificaron tras el fracaso de Joey. Pero aún así el protagonismo de la serie sigue recayendo en la pareja de guionistas, Tamsin Greig—actriz británica curtida en el teatro, ganadora del prestigioso Laurence Olivier Award, y que actualmente protagoniza la versión londinense del musical de Mujeres al bordo de un ataque de nervios—, y Stephen Mangan—clásico de la televisión británica desde que interpretara a Adrian Mole en 2001, y que también aparece con un pequeño papel en la exitosa Billy Elliot—.

Cabe advertir que Episodes no es un producto capaz de conectar con todos los públicos. Su apuesta por la contención, busca más la sonrisa que la carcajada, y su obsesión por centrarse en un principio en las tramas que sólo afectan al trío de protagonistas lastran su ritmo espantando a más de un espectador. Sin embargo los guionistas de Episodes tienen la virtud de saber sembrar para el futuro, y poco a poco los personajes de apenas una frase se van convirtiendo en secundarios activos que ayudan dar solidez a la serie. Contemplar como el ex-ayudante de los protagonistas escala a toda velocidad en la sociedad hollywoodiense, o como los estrambóticos ejecutivos del canal empiezan a aportar sus ideas sobre cómo debería crearse un éxito televisivo es un placer irresistible para todo aquel amante del mundo del show business estadounidense.

Episodes es, en resumen, el choque de la cultura europea con la estadounidense. Un viaje de cuatro temporadas, y subiendo, en el que cualquier espectador español descubrirá que en América no basta con conseguir lo que quieres, has de triunfar sobre todos los de tu alrededor o arriesgarte a ser un perdedor porque en América no existe el concepto de empate.

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