La compañía de redes de telecomunicaciones Ericsson no está pasando sus mejores momentos; y su filial en España, tampoco. En menos de tres años, han tenido que despedir a más de 600 trabajadores. Y todo eso con la presión que ejercen en el negocio de redes tanto ZTE como Huawei.
En 2013 fueron 190 personas. En marzo de 2015, un total de 130 empleados. Y ahora Ericsson España ha planteado un ERE a 350 trabajadores. Seguramente habrá negociación con los sindicatos y la cifra se reducirá, pero el dato empieza a ser alarmante. De ahí que el sindicato CCOO califique la situación de “sinsentido laboral”. Además, tiene como principal argumento que se trata de una constante en los últimos años y no se ha solucionado nada.
Aunque en este sentido, el consejero delegado de Ericsson España, José Antonio López, fue muy tajante al respecto en una entrevista con SABEMOS. El CEO aseguró que, pese al número de despidos, posteriormente se habían hecho contrataciones.
En concreto, aseguraba que “de los EREs en los últimos cuatro años, unas 400 personas que se han ido, y hemos incorporado más de 500. Pero al final lo que tenemos que hacer es seguir adaptando nuestras tecnologías”. Señalaba este matiz en la entrevista porque, según su visión, los despidos vienen determinados al producirse “dos factores: consolidación y evolución tecnológica. Un dato, por ejemplo, es que el 80% de los ingresos es de soluciones que hace 25 años no existían. Y a todo eso hay que enfrentarse”.
Por lo que respecta a la forma de ejecutar los despidos, el directivo aclaraba que “se producen de esta manera debido a las leyes que hay. No se puede despedir de cualquier manera y es bueno que sea así”. Aunque tenía un lamento con respecto a la repercusión que tienen. José Antonio López asume que sea noticia, pero se lamentaba por que las incorporaciones no aparezcan en los medios.
Una competencia muy diferente
Sobre las palabras de López, uno de los motivos para que Ericsson tenga que reducir su plantilla se deriva de la dura competencia que hay en estos momentos en el sector de las redes de telecomunicaciones. Así, junto al fabricante europeo Nokia, han entrado en escenas dos compañías con mucha fuerza: ZTE y Huawei.
De hecho, uno de los últimos movimientos importantes que ha habido en el despliegue de redes se ha producido entre MásMóvil y ZTE. Eso demuestra lo activos que están los chinos en estos momentos. Y no solo eso. Además, están siendo muy transversales y se desplazan hacia todo tipo de negocios en la cadena de valor, por lo que sus estructuras ganan volumen y, sobre todo, dinero.
Así, hace unos meses, desde la matriz de Ericsson se avisaba de los cambios que debería llevar a cabo la compañía. En concreto, el CFO, Ene Frykhammar, manifestó que deben ampliar sus relaciones comerciales más allá de los operadores. Por ello, en estos nuevos segmentos que pretende atacar Ericsson, los servicios en la nube, las redes IP y la televisión, serían áreas donde buscarán ser de nuevo agresivos y salir de la pelea en las redes que tiene sobre todo con las compañías chinas.
Todo suma y afecta
Lo que parece claro es que la compañía, ante ese escenario en el que debe transformar parte de su negocio, le está costando coger el ritmo. De hecho en Bolsa se está llevando un severo castigo durante el último año. Y no solo en el mercado sueco.
En el Nasdaq norteamericano, donde también cotiza la compañía, lleva un año de bajadas. De hecho, el recorte en el despliegue de banda ancha por parte de los operadores en Estados Unidos ha sido una de las causas para recomendar posiciones conservadoras con la compañía.