Con la llegada del calor aumentarán los desplazamientos por carretera y por ende, aumentará la siniestralidad. A pesar de que sigue existiendo una importante siniestralidad en la carretera, hoy por hoy el número de accidentes por kilómetro recorrido es mucho menor que hace unas décadas gracias a que vamos acumulando conocimiento que se traduce en mejoras tecnológicas. Quedan lejos los tiempos de la “Locomotive act” conocida como “Red flag act” británica que exigía que cualquier coche que circulara en una ciudad fuera precedido por alguien agitando una bandera roja.
Uno de los mayores inconvenientes para la seguridad al volante es que nuestros sentidos, principalmente son limitados. Por ejemplo, en carretera en verano sufrimos el típico espejismo de pensar que el asfalto esta mojado. Esto se debe a que el aire en contacto con el asfalto está más caliente que el de las capas superiores. Esto hace que la luz no vaya en línea recta, sino que se transmite más rápido por las capas más calientes por lo que pensamos que lo que tenemos delante, realmente no lo está.
Otro problema de percepción al volante tiene que ver con los espejos retrovisores, que están diseñados de forma ligeramente convexa para abarcar el mayor campo posible y dejar pocos ángulos ciegos. El problema es que si ganas campo, pierdes profundidad, es decir, que pierdes la forma en que calibras la distancia. En Estados Unidos todos los espejos retrovisores vienen con una advertencia que dice que los objetos están más cerca de lo que aparentan.
Y luego otro problema es que nuestros ojos no están diseñados para funcionar desplazándose a más de 100 km/h. Si alguna vez andas por una autopista lo primero que te va a llamar la atención es que las líneas discontinuas que separan los carriles son mucho más largas de lo que parece desde el coche. Eso esta pensado para que efectivamente las veas como líneas discontinuas ya que tienen en cuenta la velocidad a la que circulas. Si tuvieran menor longitud y menor espaciado, al ir muy rápido pasaría como en una película que fotograma a fotograma tu cerebro lo codifica como algo continuo y realmente verías una línea continua. Esto se puede aprovechar para la seguridad. Por ejemplo, en vías donde suelen haber atascos o colisiones por alcance, puede haber unas flechas en ángulo dibujadas en la carretera diseñadas para que los conductores mantengan la distancia de seguridad. Si en alguna zona la distancia entre estas líneas se disminuye, los conductores inconscientemente pensaran que van más rápido y disminuirán la velocidad.
Y aquí tenemos uno de los efectos más molestos, el paralaje de movimiento. Cuando vamos por una carretera nos parecer que lo que está cerca de la carretera se mueve muy rápido en dirección contraria a nosotros, mientras que lo que está lejos está fijo. Esto es debido a que a pesar que todos los objetos se mueven a la misma velocidad lineal relativa a nosotros (nos movemos nosotros, no los objetos), la velocidad angular con la que se desplazan por nuestra retina es menor para los objetos cuanto más lejanos estén y por eso nos parece que vayan a distinta velocidad. Esto da lugar a un conocido fenómeno. De día es difícil que suceda porque tienes más puntos de referencia. El problema es de noche con un objeto brillante lejano, normalmente algúna estrella o planeta, puede darte la sensación de que te sigue, cuando realmente lo que pasa es que está inmóvil mientras que lo que te iluminan los faros a los lados de la carretera está pasando muy rápido.
Esto explica muchos presuntos avistamientos de OVNIs o de objetos extraños que no son más que la combinación de un objeto astronómico y el efecto del paralaje. Neil deGrasse Tyson narraba un caso de un piloto que le contó que había visto un OVNI en determinada posición del cielo y que había seguido su avión durante unas horas. Cuando le preguntó que cuál era la posición relativa con respecto a Venus, que a esa hora y en esa posición del cielo era visible, le dijo que no había ningún otro objeto en el cielo, solo el presunto OVNI que le seguía… Bueno, realmente le seguía un planeta entero. Cosas de la percepción.
Por cierto, el paralaje no solo distrae en carretera, también sirve para medir a qué distancia de nosotros se encuentran los objetos celestes. No hay mal que por bien no venga.