Hasta abril de este año, las puertas del Museo ABC de Madrid se convierten en entradas a una madriguera escueta, casi provisional, pero que agradecerán todos los adictos a la multiforme e inmortal obra de Lewis Carroll.
De forma casi improvisada, brotando en los rincones de una biblioteca instalada en la planta baja del edificio, Feliz No Cumpleaños es una recopilación de ilustraciones inspiradas en la inagotable obra de Carroll (por cierto: curioso nombre teniendo en cuenta que esta exposición, quizás, no se habría puesto en pie si no habláramos de un aniversario tan redondo como el del año 150… ¿acaso no habría más poesía caótica en el evento, de esa que le gustaba a Carroll, si hubiéramos celebrado el 149 o el 151 cumpleaños?).
Miguel Ordóñez, Rebecca Dautremer, Benjamin Lacombe, Iban Barrenetxea y hasta una veintena de ilustradores hacen sus interpretaciones de distintas escenas de Alicia en el País de las Maravillas y Alicia a través del espejo. Agrupadas según los momentos del libro que los autores han ido escogiendo para reinterpretar (la carrera de los animales, la fiesta de no-cumpleaños, los personajes que acompañan y atacan a Alicia en su viaje…), la exposición es escueta pero muy interesante, con obras como las de Ana Juan o Carmen Queralt subrayando el misterio de una obra que, siglo y medio después de su publicación, sigue siendo fascinante e inspiradora.
La exposición se completa con una contextualización histórica que, pese a que muestra datos más que conocidos por los fans de largo recorrido de la novela (la relación de Carroll con los niños de la época, su pasión por la fotografía, la criatura que inspiró el cuento) tienen algún afortunado punto original. Por ejemplo, en la explicación, de forma muy visual, de la evolución de las ilustraciones originales de Tenniel, hasta dar con la icónica Alicia que conocemos hoy. El conjunto se recorre en no más de veinte minutos, pero su discreción, modestia y el mimo con el que está preparado bien valen una visita.
Cuando nos retirábamos del centro, una morsa y un carpintero (es decir, dos adolescentes crispadas) estuvieron moneando en torno a los muros del tramo final de la exposición y tiraron abajo por accidente el último, que desplomándose sobre el resto, provocó una bella y ruidosa reacción en cadena: como si estuviera construida con fichas de dominó, la conclusión de la exposición se vino abajo. Creemos que ninguna de las obras expuestas resultó dañada, ya que en esos muros solo había textos impresos, pero en cualquier caso, para qué negarlo: nos pareció un broche apropiado para una exposición que venera una de las obras más caóticas y demenciales de la literatura universal.
Feliz no cumpleaños: 150 años en el País de las Maravillas
Museo ABC
Diciembre 2015 – Abril 2016