El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha vuelto a rechazar este martes el sistema de cuotas obligatorias propuesto por la Comisión para repartir a los demandantes de asilo llegados a Italia y Grecia entre el resto de los Estados miembros y ha avisado de que esta iniciativa podría generar un «efecto llamada» y agravar el problema.
En declaraciones recogidas por la agencia Europa Press, Fernández Díaz ha dicho que sólo aceptaría cuotas voluntarias pero ha pedido además que en el reparto se tenga en cuenta que España practica la solidaridad «día a día».
En este sentido, ha esgrimido en particular sus acuerdos de colaboración con Senegal y Mauritania para frenar en origen la salida de inmigrantes; la integración en el país de más de cuatro millones de extranjeros, de los cuales dos millones son extracomunitarios; la expulsión de 100.000 irregulares en los últimos cinco años o el tratamiento de 10.000 demandas de asilo el año pasado.
«Insisto en que España esa solidaridad y esa responsabilidad la está practicando día a día, y eso debe tenerse en cuenta a la hora de cualquier decisión que se tome en este ámbito», ha dicho Fernández Díaz a su llegada a la reunión de ministros del Interior de la UE consagrada a debatir el sistema de cuotas.
«Nosotros estamos en contra de la obligatoriedad, claramente», ha resaltado el ministro del Interior, que se ha remitido a las conclusiones de la cumbre extraordinaria sobre inmigración que se celebró el pasado 23 de abril. En ella, los líderes europeos señalaron que cualquier sistema de relocalización de refugiados debía tener carácter voluntario.
«Lo que vamos a hacer con esa propuesta, en mi opinión, es distribuir el problema entre varios Estados miembros de la UE, pero no solucionar el problema. Es más, nos tememos sinceramente que esa iniciativa pueda generar un efecto llamada y por tanto, con la mejor intención, no sólo no contribuir a resolver el problema sino en su caso a incrementarlo», ha alegado Fernández Díaz.
A su juicio, «las mafias criminales que están traficando con esas personas son malas, pero no son tontas y, si ven que si llegan a Europa van a ser distribuidas por los diferentes Estados de la Unión, yo creo que no van a parar de realizar el tráfico criminal de personas que están haciendo».
Para el ministro de la Interior, la UE debe ir «a la raíz del problema» y reforzar la cooperación operativa con los países de origen y de tránsito para que sus fuerzas de seguridad sean capaces de controlar las fronteras.