Ferraz sube el tono contra Podemos para evitar un cisma el sábado en el comité federal

Luena cree que aún es

El PSOE garantiza que Sánchez no será presidente “a cualquier precio”, apuesta por gobernar “en solitario” y critica que Iglesias esté pensando “en sillones” y haciendo “teatrillos”. El líder socialista cede ante los barones y someterá a veredicto del máximo órgano del partido cualquier acuerdo de gobierno.

«El PSOE no va a gobernar a cualquier precio. O, si lo prefieren, Pedro Sánchez no va a ser presidente a cualquier precio». La dirección socialista trató ayer de acallar las críticas internas a su determinación de pactar con Podemos al tiempo que continuó preparando el terreno para una negociación que se espera muy complicada con Pablo Iglesias. Sánchez se encuentra entre la espada de sus barones -indignados con la actitud del líder morado y reacios a gobernar con él- y la pared de Podemos, que ha tomado la iniciativa en la defensa de un Ejecutivo «del cambio». Sea sincera o estratégica esa apuesta, Iglesias ha logrado marcar la agenda y su propuesta centrará el comité federal socialista del sábado.

Podemos insiste en que si no entra en el Ejecutivo no apoyará a Pedro Sánchez

El PSOE acordará ese día los próximos pasos a dar y pondrá fecha al congreso ordinario, previsto para primavera y donde Sánchez debe renovar su liderazgo. El secretario general podría encontrar una fuerte contestación por parte de los barones más críticos –Susana Díaz, Emiliano García Page, Ximo Puig o Guillermo Fernández Vara-, susceptible de acabar en cisma. Para evitarlo, criticó ayer con firmeza -por boca de su número dos, César Luena- a Podemos y garantizó que no cederá a sus exigencias, calificadas de «chantaje» el sábado a través de un comunicado en idéntica línea. El giro con respecto al viernes -cuando Sánchez llegó a agradecer la «mano tendida» por Iglesias- es evidente.

«Creíamos que estaban más preocupados de las políticas sociales que de los sillones», abundó Luena al ser preguntado en rueda de prensa por el Gobierno de coalición que pide Podemos. Aunque no cierra la puerta a ello -ni siquiera rechazó crear un Ministerio de Plurinacionalidad-, sí aboga por seguir la «tradición» e intentar un Ejecutivo «en solitario». Los guiños a los barones continuaron con las críticas a los «numeritos» y los «teatrillos» morados, equiparando incluso la actitud de Iglesias con la de Rajoy: «Las decisiones tácticas que se han anunciado este fin de semana no son buenas para España; unas por desleales e irresponsables, las otras porque las casas nunca se empiezan por el tejado».

Una salida salomónica

Con todo, Sánchez no tiene ni mucho menos asegurado evitar una tormenta interna en el cónclave del sábado. La situación es similar a la de finales de diciembre, cuando también acudió a un comité federal con los barones dispuestos a cuestionar su liderazgo y ajustar cuentas por el resultado electoral, el peor en toda la historia del PSOE. Tras horas de tensas conversaciones, se consensuó una resolución que habilitó al secretario general a buscar la Moncloa siempre que no negocie con quienes defienden la autodeterminación de Cataluña.

Luena asegura que «nunca» buscarán el apoyo del secesionismo pero no renuncia a beneficiarse de sus votos

Ahora busca una salida similar. De hecho, su objetivo fundamental es ganar margen de tiempo y maniobra para tejer una alianza de gobierno las próximas semanas. Tan es así que Ferraz cedió ayer y, horas después de aseverar que no convocaría más al comité federal antes de que haya una salida al bloqueo institucional, se desdijo y accedió a hacerlo. Los barones quieren que la última palabra sobre un acuerdo la tenga el máximo órgano entre congresos, como informó El Mundo, y así será finalmente. 

«No es necesario (…) no hay ninguna obligación», había declarado Luena al ser cuestionado por ello, tras participar en la reunión de la Ejecutiva Permanente. Repreguntado, fue aún más explícito: «¿Puede convocarse un comité federal [una vez fraguada la hipotética alianza de Gobierno]? Puede. ¿Debe? No». Ya por la tarde, la dirección dio marcha atrás para evitar una revuelta interna y garantizó que sí habría una nueva reunión de la plana mayor en caso de pacto con otras formaciones.

En cómo articular esa fiscalización de los movimientos de Sánchez y en las líneas rojas para pactar estriban los grandes puntos de fricción. Los barones tratarán de dejar aún más claro que con partidarios del referéndum catalán no se acordará nada, mientras la dirección considera suficiente el documento aprobado en diciembre. Su intención es que el comité se limite a aprobar el calendario congresual y no se enrede en disputas políticas. Para lograrlo, Luena hablará esta semana con todas las federaciones y transmitirá el mismo mensaje pregonado ayer: no se gobernará a cualquier precio y no se negociará nada con el soberanismo.

Ferraz insiste en que «nunca» buscará el apoyo de los independentistas, pero no renuncia a beneficiarse de él en caso de que llegue por sí solo. «Ellos tienen sus asientos en las Cortes porque les ha votado equis número de españoles y nosotros no les vamos a decir lo que tienen que hacer», dijo Luena al respecto. Una postura que no compartiría Susana Díaz, renuente a gobernar si el acceso al poder se produce gracias a votos o abstenciones del secesionismo. ¿Hasta el punto de exigir un compromiso escrito? Está por ver.

El PP aguarda su momento

El PP, mientras tanto, se mantiene a la expectativa. Todas sus esperanzas están puestas en el tira y afloja socialista, que esperan se salde con victoria de los barones y la decisión de desechar lo que consideran un pacto de perdedores que «sería suicida para el Partido Socialista y suicida para España», en opinión de Pablo Casado. Las críticas públicas, según el dirigente popular, «pueden ser la punta del iceberg» de lo que se está cociendo y a ese clavo ardiendo se aferran.

El Rey podría proponer a Sánchez como candidato a presidente del Gobierno este viernes

Todo ello está también pendiente del Rey. Mañana inicia la nueva ronda de contactos con los líderes y, tras ella, podría proponer a Sánchez como candidato a la investidura. Si dicha maniobra se produce el viernes, el comité federal sería aún más intenso o directamente suspendido, como deslizó el secretario de Organización.

Llegado ese momento, asumirían su «responsabilidad» pese a que consideran que aún es «el tiempo de Rajoy y del PP», e iniciarían diálogo «con todas las fuerzas». No solo con Podemos, remarcan para rebajar el protagonismo de Iglesias, pese a que tienen imposible gobernar sin su aval. Y éste nunca llegará, subrayó ayer en la SER el líder morado, si el PSOE no acepta incluirle a él y a su núcleo duro en el Ejecutivo.

diálogo rajoy-rivera

Mientras el PSOE busca la cohesión interna para poder negociar en mejor posición, Mariano Rajoy mueve ficha. Ayer por la tarde se puso en contacto con el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, para buscar fórmulas de «gobernabilidad» y que la legislatura pueda arrancar. Rivera había lamentado por la mañana la actitud «irresponsable» de Rajoy y Sánchez, culpables a su juicio del bloqueo institucional. El gesto del candidato del PP fue celebrado por el de Ciudadanos, partidario de un pacto a tres con socialistas y populares. Rajoy y Rivera quedaron en seguir hablando a través de sus equipos cuando acabe la segunda ronda de contactos del Rey. «Para impulsar los cambios que España necesita hay que tener Gobierno. Nos sentaremos en los próximos días a buscar ese consenso con PSOE y PP», tuiteó el líder naranja tras dar a conocer la conversación.

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