No son jeques, tan de moda en los accionariados de los clubes de fútbol de Europa; son otra cosa mucho más cañí. Enrique Cerezo y Florentino Pérez, los presidentes del Atlético de Madrid y del Real Madrid, son dos empresarios españoles de pura cepa, de los que mantienen buenas relaciones con los poderosos. Son dos champions de la economía española.
El equipo más laureado en el terreno empresarial es el que capitanea Pérez, el conglomerado empresarial de construcción y servicios ACS, que en 2015 obtuvo un beneficio neto de 725 millones de euros. La multinacional española tiene una fuerte presencia internacional, gracias a sus filiales, la alemana Hochtief y la australiana Cimic. No en vano, el 83% de los ingresos del gigante los obtuvo del extranjero.
Florentino recibió 4,57 millones de euros por ser presidente de ACS en 2015
El sueldo de Florentino Pérez en ACS también es considerable: el magnate se embolsó 4,57 millones el año pasado.
De quien existen menos datos sobre su salario es de Enrique Cerezo, que además de ocupar el cargo de presidente del Atlético de Madrid se dedica a la producción de películas, con un amplio recorrido a sus espaldas. Algunos de los filmes en los que ha participado recientemente han cosechado relativos éxitos en taquilla, como Mi gran noche (2015) y Las brujas de Zugarramurdi (2013), ambas dirigidas por el cineasta Álex de la Iglesia; aunque Cerezo también ha producido otras cintas de culto del cine español como Tirano Banderas (1993) y Tiovivo c. 1950 (2004).
Eso sí, Cerezo se jacta de que el Atleti no es su principal fuente de ingresos: “Yo no vivo del fútbol”, reconoció en una ocasión en la que además acusó al entonces vicepresidente de la Liga de Fútbol Profesional, Javier Tebas, de beneficiarse económicamente de su cargo. Siempre se ha caracterizado por no tener pelos en la lengua, Enrique Cerezo.
En cuanto a sus relaciones con el capital extranjero, Cerezo consiguió que el propietario del grupo chino Wanda, Wang Jianlin, se hiciera con un 20% de las acciones del club. Ya que estaba en la capital, el empresario asiático se interesó por otros activos en venta en la Villa de Madrid, como el Edificio España.
El Real Madrid, por su parte, no necesita un empujón de capital desde el exterior: es el club deportivo más valioso del mundo, según Forbes, con 3.200 millones de euros, y cuenta con seguidores en todo el planeta. Aunque la Champions sea cosa de Europa, el alcance de la competición es mundial.
El Real Madrid es el club deportivo más valioso del mundo, según Forbes
Pero la influencia de Florentino Pérez a través del club y de la empresa que preside también se nota en España. Mientras él ha permanecido al frente de la casa blanca se ha mantenido aquella máxima que apunta a que se cierran más tratos en el palco del Santiago Bernabéu que en cualquier otro sitio de España. Es el lugar en el que tienes que estar si quieres llegar lejos en la Champions League de los círculos empresariales y de poder. De hecho, Florentino Pérez siempre ha hecho gala de una cercana amistad con el expresidente de Gobierno José María Aznar.
A Enrique Cerezo también se le ha visto rodeado de personalidades económicas y políticas en varias ocasiones. Precisamente uno de estos personajes, el expresidente de Madrid Ignacio González, le ha provocado algún que otro dolor de cabeza al productor y le ha involucrado en investigaciones judiciales.
En los tribunales
La jueza Isabel Conejo citó a declarar en el juzgado de instrucción número 5 de Estepona (Málaga) a Enrique Cerezo por la compra de un ático en Estepona que realizó González, una operación que despertó las sospechas de la Policía.
El inmueble podría ser una comisión abonada al expresidente de la Comunidad a cambio de una adjudicación; en medio de la trama estaría Cerezo, según informaciones aparecidas en la prensa.
No obstante, Enrique Cerezo no es el único relacionado con los tribunales últimamente. El presidente del Real Madrid también se las ha tenido que ver con la Justicia. Pérez tuvo que declarar ante el juez porque contrató a una empresa de la trama Púnica para mejorar su imagen y la del club que preside.
En fin, dos hombres con amistades controvertidas presiden los dos clubes finalistas de la Champions.