MásMóvil acaba de pagar 158 millones de euros por una compañía que, básicamente, tenía valor por sus empleados y por su peculiar dirección. Ese valor acaba de evaporarse en buena manera tras conocerse que quien venía siendo director general de la operadora del macarra de lunares, Pedro Serrahima, pasará a ocupar un papel de liderazgo en el seno de Globalia, el primer grupo de turismo español, dueño de Halcón Viajes y Air Europa.
Serrahima pasará a ser, a partir de octubre, director general del nuevo grupo, por debajo del nuevo consejero delegado ejecutivo de la compañía, Javier Hidalgo, el antiguo dueño de Pepephone junto con Rosauro Varo.
Lo más probable, conociendo la relación de complicidad entre Serrahima e Hidalgo, es que el hijo del dueño de la compañía pase a involucrarse más en la actividad del grupo pero ceda buena parte del poder ejecutivo a su hombre de confianza. ¿El objetivo? Que su forma de entender la atención al cliente y los principios empresariales se verterá, en cuanto ocupe su cargo y pase tiempo suficiente, por toda la compañía. Hace unas semanas publicamos un artículo titulado ‘Pepephone, el avión que perdió Pepe Aviones’. Pues bien, Juan José Hidalgo acaba de encargarse de recuperar a su tripulación.
¿Hasta qué punto un directivo acostumbrado a dirigir una empresa de veinte empleados estará capacitado para liderar un coloso con 13.000 trabajadores, una facturación de 3.414 millones y un ebitda de 140 millones? Buena pregunta. Probablemente, ni él mismo lo sepa.
Una de sus principales ventajas es que conoce bien la compañía: Recordemos que Pepephone pertenecía inicialmente a Globalia y que Serrahima conocía al detalle su funcionamiento. Recordemos que MásMóvil no ha comprado sólo la operadora de lunares, sino también Pepeworld, la empresa que iba a ser la marca ‘Easyjet’ de Globalia, y que se desmontó en piezas que hoy por hoy han sido vendidas a trozos. Las que aún funcionan. Tampoco olvidemos que Pepephone regaló durante muchos años billetes de Air Europa y alquileres de Pepecar a sus clientes.
¿Una ventaja para su forma de trabajar? Globalia es una compañía familiar con una gran capacidad de actuar deprisa y de forma muy ejecutiva. Si Serrahima tiene mando en plaza y es capaz de imponer sus criterios, es posible que consiga imponer su espíritu de «hacer cosas normales para gente normal» y extenderlo por todo el grupo.
¿Qué quiere decir eso para los viajeros? Si cumple con sus objetivos y traslada su forma de entender el negocio a su nuevo destino, marcas como Air Europa, Halcón Viajes y Be Live sufrirán una transformación radical, y sus clientes se verán beneficiados.
Porque recordemos que Globalia tiene retos importantes: La siempre postergada entrada del grupo chino HNA, la salida a Bolsa, el caso de los billetes a las islas, la pérdida de los contratos a las islas del megacontrato del Imserso, ahora gestionadas por Iberia, Gowaii y Alsa… Mucho con lo que lidiar durante los próximos meses.
El fracaso de MásMóvil
Cuando decimos que MásMóvil sale perdiendo, es que sale perdiendo mucho. Su empeño en mantener a Eduardo Taulet en el grupo, su obsesión por firmar con Orange para el acuerdo mayorista y dejar Pepephone abandonada con tarifas apestosas durante años sin renegociar el contrato con Movistar, y la posibilidad más que evidente de que Serrahima se lleve con él a su personal clave, deja Pepephone en una situación de indefensión y casi total descapitalización. Seguirá funcionando, como pasó con Simyo en Orange, pero no será la misma compañía, y sus abonados se tendrán que ir buscando un destino, tras haber sido abandonados por la única compañía que había sabido entenderles.
Porque Pepephone, como la entendemos, acaba de morir. Era una operadora «de autor», algo que los analistas nunca han entendido, que Providence –nuevo mando en plaza de MásMóvil– ha despreciado, y que Meinard Spenger, primer ejecutivo de la compañía, prácticamente ha propiciado. Todo por el compromiso de mantener a Eduardo Taulet en el seno del grupo, ignorando deliberadamente la situación de Pepephone durante meses.
¿Un dato que ahora es evidente? Cuando MásMóvil compró Pepephone no tuvo la más elemental precaución de firmar contratos de permanencia para un par de años con directivos clave –una práctica habitual en el sector–, o de garantizar cláusulas de no competencia.
En el mercado se barajaba, de hecho, la posibilidad de que Pedro Serrahima fuese el nuevo director general de Tuenti, trabajando para Telefónica. La historia era mucho más complicada, pero había algo de verdad en ello. En el sector era vox populi que los mandos del primer operador español siempre han respetado y reconocido las formas de Serrahima y su trabajo.
Lo cierto es que Javier Hidalgo, con este fichaje, va a hacer un favor al ecosistema turístico nacional, que de repente va a volverse muchísimo más interesante, y supondrá la defunción del agente libre que ayudó a todas las empresas de telecomunicaciones de este país a ser un poco mejores.