Puede que Gone de las Abjects sea el disco más infeccioso con el que me he topado los últimos meses. El flamente EP del guitarrero trío londinense llega dos años después de su arrollador debut, Fast Love .
En este tiempo han mejorado el sonido, tocan muchísimo mejor y suman bienvenidos matices a un estilo que, normalmente, funciona mejor cuanto más árido y menos sofisticado sea. Pero aquí suma, porque la experimentación de Abjects está teñida de sugerente diversión, no de ambición mal entendida.
Abjects se han dejado contaminar por una serie de influencias que les convierten en uno de los combos garajeros más interesantes del momento. Como en el pegajoso tema que da título al EP, quizás la mejor composición de la banda, con su su crujiente riff de una nota y su insólito solo de guitarra a la par. Quizás sea cierta sensibilidad femenina, por mucho que signifique plegarse al tópico, pero lo cierto es que las voces femeninas duplicadas y fantasmales entran como un guante en la semi-onírica Love Hate, donde los coros se funden con esa distorsión chicharrera y tejana con la que ya experimentaron en los medios tiempos de su primer EP.
Un par de temas en castellano (pero ininteligibles más allá de una furia abstracta y despreocupada: “No hay retorno / Cuando tocas fondo / No hay salida / No se respira” dicen en Rat Race) delatan el origen español de su vocalista y guitarrista, Noemi, del mismo modo que algunas soluciones en las melodías recuerdan a combos de punk femenino japonés, quizás por influencia de la bajista Yuki. Inyectan algo de originalidad, en cualquier caso, a un grupo que no la necesita: la facilidad con la que enmarañan una telaraña de distorsiones y melodías típicas del lo-fi de los sesenta y lo aderezan con algo del indie más nostálgico de principios de los dosmiles ya les da suficiente carácter.
Abjects, con su escurridiza discografía (un single de tres temas maqueteros, más el EP Fast Love y este nuevo Gone, todos ya agotados en formato físico) y su hacerse de rogar en directo (pasaron en primavera por España, pero solo por la sala Sidecar de Barcelona) son un buen secreto para unos pocos devotos del sonido garajero y rugoso. Habrá quien necesite sacar a colación su elemento femenino para hacer florecer sus virtudes, pero cada vez veo más esa actitud como una mezcla de condescendencia light y mera torpeza crítica. Abjects son, géneros aparte, un extraordinario grupo de punk, garaje y rock’n roll clásico. Las demás etiquetas sobran.
Abjects
Gone
2015