El fin de los monopolios estatales prometió ser el nacimiento de nuevas empresas que parecía iban a mejorar la competencia y el libre mercado, y que todo ello, beneficiaría al consumidor. Y así fue en algunos sectores, como en el de las telecomunicaciones, dónde ahora disponemos de una gran variedad de operadores compitiendo por hacerse con el mercado.
Pero esto no se ha conseguido en todos los sectores. Correos o Renfe, por ejemplo, y a pesar de las liberalizaciones de sus segmentos de negocios, no han conseguido entrar en un mercado con una competencia real y efectiva, sino que mantienen sus antiguos monopolios.
Estas antiguas empresas estatales no son los únicos monopolios que perduran a día de hoy, sino que se han creado otros nuevos, sobre todo en el sector tecnológico.
Los gigantes se quedan con la cuota de mercado
La tecnología siempre ha sido un sector diferente. Se han desarrollado monopolios naturales frente a los que el resto de las empresas del sector no pueden competir, ya que tienen el poder de frenarlos rápidamente, comprando o copiando su tecnología. Además, las nuevas empresas no pueden conseguir una cuota de mercado suficiente como para asentar su negocio y pugnar contra los gigantes tecnológicos.
De acuerdo con los datos aportados por Statista, estos gigantes tecnológicos dominan el sector y no hay ninguna empresa en el mercado que consiga inquietarles.
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En el caso de los sistemas operativos, ya sean para ordenador o para el teléfono móvil, estos se quedan con la mayor parte del mercado. Microsoft cuenta con el 91,59% de la cuota de mercado de los sistemas operativos para ordenador del mundo, y Android con el 64,48%, en el caso de los teléfonos móviles.
Pero no solo se crean monopolios de software, el sector de las redes sociales también es un buen ejemplo de esto, en el que Facebook es líder y se adueña de un 79,48% del mercado. Y el mayor buscador del mundo: Google, alcanza un 77,43% de los usuarios de todo el globo.