Los amos de las finanzas españolas, el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, y el gobernador del Banco de España, Luis María Linde, han coincidido en destacar la importancia de la estabilidad política y económica para que España siga por la senda de la recuperación.
España “debe ser muy cuidadosa en sus expectativas y en su estabilidad” política y económica, ha asegurado Linde, si pretende mantener abierto su acceso a los mercados. En su opinión, el país tiene que extremar las precauciones dada su dependencia del exterior y su endeudamiento, que ya supera el 100% del Producto Interior Bruto (PIB).
“Eso no es un problema si las expectativas son buenas, si hay buen crecimiento y estabilidad política y económica”, pero “si falta alguno de esos factores, es un problema”, ha afirmado el gobernador del Banco de España.
Por su parte, el ministro de Economía ha advertido de que “cualquier gobierno que genere incertidumbre o merme la credibilidad de España” podría devolver al país “a la casilla de salida”.
Al mismo tiempo, Guindos ha criticado que el populismo defiende “recetas mágicas”, “cantos de sirena” y “atajos” en sus políticas económicas, como ya se ha podido apreciar en Grecia tras el ascenso de Alexis Tsipras como primer ministro heleno, según el ministro.
Inestabilidad e incertidumbre
En los escasos meses que ha durado la última legislatura, uno de los argumentos que más se ha repetido ha sido que la incertidumbre política estaba minando las inversiones en España. Ese ha sido uno de los caballos de batalla del Gobierno.
Pese a que la economía ha continuado con su crecimiento sostenido del PIB y el desempleo ha seguido a la baja, algunos fondos de capital riesgo, efectivamente, han paralizado su inyección de dinero en las empresas del país.
Un estudio de la consultora Kreab sostiene esta percepción: un 40% de los fondos con activos en España está esperando a que se forme un nuevo Gobierno para invertir más en el país.
Aunque el 65,4% de los 26 fondos de inversión consultados por Kreab creen que la economía española tiene este año una perspectiva positiva o muy positiva, el 40,8% percibe un riesgo económico en la situación de incertidumbre política que está atravesando el país. El discurso ha calado.