HTC One M10: el sueño tardío de HTC antes de recoger sus cenizas

Un futuro sin tanta luz

El “que viene el lobo” en el sector de la tecnología móvil por parte de los nuevos fabricantes de origen chino se oía desde hace un par de años. Samsung y Apple tienen unos cimientos rocosos. HTC, por el contrario, se ha derretido como un azucarillo en manos de un nuevo ecosistema al que no ha sabido dar respuesta.

Al echar la vista atrás, como diría el poeta, solo hay referencias negativas para HTC desde hace algunos años. Resulta complicado encontrar alegrías en la casa de la compañía taiwanesa. Ni ventas, ni resultados, ni retorciendo sus finanzas al máximo parece haber éxito. Es más, sus terminales, que hasta ahora se salvaban ante la opinión pública con grandes críticas por parte de la comunidad especializada, ahora también caen en el desinterés y la apatía.

Y el golpe más duro de todos (o el par de ellos) se produce en este mes de agosto. HTC no vale nada. Es decir, tal y como han caído sus acciones en Bolsa, reflejan un valor inferior al que posee en efectivo en su valor de caja. Además, pese al hilo de luz que se vio a finales de 2014, los últimos resultados presentados arrojan unas pérdidas por encima de los 200 millones de dólares en el segundo trimestre del año.

¿Puede haber peores noticias? Sí, claro, las desgracias nunca vienen solas. Eso no lo dijo ningún poeta, pero es una realidad. HTC ha anunciado de manera oficial que uno de sus próximos movimientos corporativos pasa por una reducción de plantilla “en todos los ámbitos de la empresa”. Según diversos analistas, HTC está encaminada a seguir perdiendo dinero y valor en el mercado, además de reducir de ventas. Todos los males bíblicos en mitad del auge chino en la fabricación de dispositivos móviles. La compañía taiwanesa no puede tener peor perspectiva.

Adiós HTC One M9

Problemas con la duración de la batería, una cámara de fotos que no cumplió las expectativas o un procesador sobrecalentado, como era el Snapdragon 810, han sido alguno de los detonantes para que el HTC One M9 no haya terminado de colmar las expectativas de los posibles compradores.

Aunque el asunto viene de lejos. Hay quienes van más allá, y adentrando con todo pundonor el dedo en la llaga, aseguran que solo en un fin de semana se vendieron más terminales del iPhone 5, que la versión precedente del M9, el HTC One M8. Es decir, que pese a haber sido considerados terminales respetados por la comunidad tecnológica, el gran problema es que no los ha comprado nadie.

Aquí, además, hay dos cuestiones que inciden de manera directa. Por una parte HTC ha perdido su identidad (la identidad). Quien compra un dispositivo de Apple compra algo de Apple, de su esencia, algo que al sacarlo de su bolsillo lanza un mensaje. Otros, como Samsung, han soterrado al mundo con una gama media resultona que ha valido a los operadores para hacer portabilidades baratas. De hecho, se rumorea que una ardilla puede saltar de móvil en móvil de gama media de Samsung desde Cádiz hasta Bilbao. ¿Pero y HTC?, ¿dónde configura la personalidad en ese ecosistema?, ¿cuál es su realidad como marca?

Por otro lado, y hablando de gama media, algunos analistas coinciden en que el principio del fin para HTC fue adentrarse en la pelea por las grandes cifras (y ventas). Ahí quizá no estuvo lo suficientemente rápida para poner un HTC en el escaparate de cada operador en los centros comerciales (y webs) y lo ha acabado pagando.

Hola HTC One M10

Como un perfecto músico del Titanic, la CEO de HTC, Cher Wang, ha manifestado recientemente que el nuevo One M10 será el mejor terminal de la compañía y que estará en condiciones de competir con los mejores.

El problema, atendiendo a las cifras, es que nunca ha dudado de la calidad de la firma taiwanesa. Simplemente no ha estado a la altura del marketing de Samsung o la pujanza de costes de los nuevos actores chinos. Así de simple. No se trata de un problema de calidad, por tanto, sino de algo conceptual.

Por lo que respecta a los callejones traseros de la rumurología en el tema “cacharros”, del HTC One M10 se espera un pantalla de 5.5 pulgadas, 4 GB de RAM, una mejor batería (con eso vale) y mejoras en la cámara a nivel de enfoque. Aunque este es el problema y se circunscribe a la “personalidad del móvil”. La mayoría de terminales de gama alta llevan sensores Sony para la cámara. Apenas hay diferencia, se trata de productos ensamblados sin alma. Solo unas siglas les diferencian, y esas siglas de HTC son las que han perdido toda la fuerza.

Últimos coletazos

Citando ahora sí a otro poeta, en este caso de refranero popular, “hasta el rabo todo es toro”. Por ello, HTC sigue trabajando y recientemente ha anunciado que formará parte del desarrollo de un juego para realidad virtual sobre la popular película John Wick de Lionsgate.

En un comunicado de Lionsgate, el creador de contenido ha creado un acuerdo con el desarrollador de juegos Starbreeze para lanzar un juego de realidad virtual basado en John Wick. El distribuidor y estudio de realidad virtual WEVR, responsable de theBlu: Encounter, que se ha utilizado para presentar HTC Vive este año, será el responsable de generar una experiencia inmersiva con este juego.

¿Buscando nuevas oportunidades? Los próximos trimestres serán cruciales para la compañía taiwanesa. Seguir en pérdidas y, lo que es peor, con la proyección de vender menos no puede ser sostenible en el tiempo.

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