Ignacio Blanco (Algemesí, 1974), es el candidato de Esquerra Unida, la rama valenciana de Izquierda Unida, a la presidencia de la Generalitat Valenciana y uno de los rostros fundamentales a la hora de denunciar los excesos económicos del gobierno valenciano.
Su enfrentamiento al arquitecto Santiago Calatrava, altos cargos del Consell, y Alfonso Rus, han cimentado su ascensión a la primera línea de la política valenciana.
Esta legislatura su partido ha destacado por destapar algunos de los escándalos económicos más importantes del gobierno valenciano. En su web El Desconfidencial ha ido publicando contratos secretos de la Generalitat Valenciana y ha recibido por ello amenazas. ¿Cuántos contratos confidenciales tiene la Generalitat Valenciana?
Lamentablemente, ha sucedido más de lo que creíamos. Hemos publicado ya más de 20 contratos de la administración, y de sus empresas públicas, para financiar clubs de fútbol, u organizar grandes eventos como la Fórmula 1 o el Open de Tenis. Desde nuestro punto de vista un contrato confidencial en una administración pública es algo absolutamente anormal e inmoral, ajeno a la ética de la política, el dinero público debe ser manejado de manera transparente y estar a disposición de los ciudadanos y los medios de comunicación. La Generalitat ha usado las cláusulas de confidencialidad como barrera a esa información, y nos ha lanzado serias amenazas legales por romper las cláusulas documentos como los contratos del Aeropuerto de Castellón o la Agencia Valenciana de Turismo, pero nosotros creemos que la confidencialidad con el dinero público es caldo de cultivo de la corrupción y nos declaramos insumisos de esas normas.
También reciben críticas por el escándalo de las grabaciones de Alfonso Rus, el Dipugate, donde incluso se les acusó de haber permitido las irregularidades que se reflejan en las grabaciones por no haberlas dado a conocer antes.
Rosa Pérez Garijo conoce desde hace un año estas grabaciones y ha tenido que soportar muchas descalificaciones e improperios por parte de los miembros del PP, de gente que ahora sabemos que son delincuentes, y ha tenido que aguantar mucho. Cuando presentamos la denuncia, y hablamos de un pequeño un caso, que ya es gravísimo, como es el caso Imelsa pero que es la puntita de un iceberg que es un macrocaso de corrupción en el Partido Popular Valenciano, diputados del PP le increparon asegurando que tenía que habérselo contado a ellos antes. ¿A ellos? ¿A quienes están dentro de una banda criminal? Es francamente surrealista.
Rosa ha hecho un grandísimo trabajo y ha demostrado que se puede hacer oposición en la Diputación, porque el resto de grupos políticos no han hecho oposición nunca, han tenido la Diputación como un lugar donde colocarse y colocar gente, y como es una institución en la que no está puesta la atención de los focos, como en Les Corts o en los ayuntamientos, los demás grupos no se han preocupado nunca de denunciar las evidentes irregularidades que se estaban dando.
Rosa ha hecho un grandísimo trabajo y ha demostrado que se puede hacer oposición en la Diputación
Las encuestas electorales no son especialmente optimistas con su formación. Muchas dan por hecho que no entrarán en la Cortes Valencianas, pero usted distinguió en twitter la diferencia entre encuestas independientes y sondeos internos de partidos que se filtran a la prensa.
Las encuestas son un arma electoral que cada uno las utiliza en su propio beneficio. Por ejemplo los sondeos que tiene el Partido Popular dicen que su única esperanza para conseguir el número suficiente de diputados para poder sumar mayoría estable junto a Ciudadanos es que a la hora de repartir los escaños no esté Esquerra Unida, y entonces aparecen un montón de encuestas que dicen que no vamos a salir, pero cuando surge un estudio independiente no sólo entramos si no que somos decisivos para formar gobierno. Ahora mismo Esquerra Unida es el voto estratégico para cambiar el rumbo del País Valenciano.
El PP lleva desde 2012 lanzando el hashtag #tripartitoruina para afirmar que sería un desastre económico que sería un gobierno tripartito—formado por PSPV-PSOE, Compromís y Esquerra Unida— al frente de la Generalitat. El hashtag es tan viejo que ni siquiera contemplaba la posibilidad de que entraran en Les Corts formaciones como Podemos o Ciudadanos, pero eso no quita que haya gente que crea que un gobierno de coalición es sinónimo de inestabilidad. ¿Tan difícil es gobernar a tres?
No. Lo que pasa es que como el PP no puede vender gestión de gobierno, puesto que no tiene ningún logro que suponga mejora real en la vida de las familias que están sufriendo la crisis, y en la que sólo han intervenido para empeorar su situación con sus políticas sociales, se dedica a anunciar fantasma de tripartitos, pactos y coaliciones cuando más miedo que ellos no da nadie. Sinceramente, son el partido del despropósito, de la división y de la incompetencia, y además no pueden dar lecciones nadie sobre estabilidad cuando tiene dentro una guerra interna que es terrorífica, van a acabar prácticamente todos muertos en una vendetta interna que se está desatando entre Rus y Fabra. El discurso del miedo a una coalición de la oposición está condenado al fracaso.
Sí que hay una verdad incómoda que es que su formación participó en el primer Compromís y la cosa no acabó demasiado bien.
Sí, fue un pacto preelectoral que acabó mal porque se incumplieron los acuerdos, pero ya no estamos en ese escenario. Necesitamos una mayoría parlamentaria que se preocupe de verdad de los problemas de la gente, y un gobierno decente que mire cada euro y gestione los intereses valencianos. Será el peso que los votantes decidan otorgar a cada partido el que marque la coalición, no lo que diga el PP que va a ser.
Ponga un poco de autocrítica. ¿Qué ha hecho mal la oposición estos años para no haber llegado antes al electorado?
Yo creo que no hemos sido capaces de combatir el discurso hegemónico del Partido Popular, que es verdad que contaba con una potencia mediática y económica muy fuerte, fruto de financiación presuntamente irregular no nos olvidemos, y con una manipulación informativa en medios públicos y en ciertos medios privados que le permitía llegar a más sitios que al resto. Pero hay que reconocer que la izquierda no ha sido capaz de combatir este discurso planteando un marco alternativo. La oposición ha estado hasta épocas muy recientes acomplejada y partidos como el socialista, que era la segunda fuerza más votada y se suponía que era la principal imagen de la oposición, intentó incluso emular el discurso irreal del Partido Popular sumándose a Fórmulas 1 y Copas Américas. La oposición ha vivido acomplejada en debates estériles que ha planteado siempre la derecha para dividir a los valencianos, y no se ha atrevido a atacarlos con firmeza. Yo creo que esta legislatura la oposición, en general, lo ha hecho mejor que en otras, y la formación de Esquerra Unida ha sido la verdadera y contundente oposición al partido popular.
A pesar de los recortes la deuda de la Generalitat Valenciana ha subido este año hasta rozar los 36.000 millones de euros, dos presupuestos enteros. ¿Cómo se va a poder realizar ningún programa electoral cuando se está a las puertas de una intervención económica?
Nuestro programa es muy ambicioso pero también muy realista. Nuestra prioridad es conseguir un nuevo modelo de financiación económica y conseguir la compensación de la deuda histórica que mantiene el gobierno central con el País Valenciano, fruto de un déficit de financiación estructural que nos ha marginado de una manera terrible. Por otra parte no vamos a prometer lo que no podemos cumplir. Prometemos gestionar con honestidad, con honradez, con transparencia, priorizando las necesidades de la mayoría de la sociedad, de los trabajadores y las trabajadoras, de la gente, y no de los grandes poderes económicos. Hay muchísimas medidas que no requieren dinero, solo voluntad política, y que han de servir para mejorar nuestra democracia.
A partir de ahí el dinero que haya hay que priorizarlo, y pasaremos de la política de grande proyectos—que nos ha arruinado a todos menos a los amigos del PP valenciano que se beneficiaron de tramas de corrupción—a la política de buenos proyectos. Con el presupuesto de uno de los grandes proyectos del PP, como los cientos de millones que ha costado Terra Mítica, la Ciudad de la Luz o la Fórmula 1, se pueden hacer decenas de buenos proyectos en educación pública, sanidad pública y en las infraestructuras necesarias para nuestro tejido productivo.
¿Pero tiene Valencia autoridad suficiente para exigir al gobierno central que le abone 13.500 millones de euros en el contexto de austeridad actual?
Primero hay que cambiar la imagen del País Valenciano y eso nos permitirá ganar peso en Madrid. Para cambiar la imagen necesitamos un gobierno decente que pase página del gobierno PP, de la marca de la corrupción, de la marca del despilfarro, de la marca del absoluto desmadre. Y por otra parte para ganar peso tenemos que creernos de verdad que lo más intereses son los intereses valencianos, porque son unas reivindicaciones de justicia, que no son un planteamiento nacionalista sino un planteamiento de izquierdas. Una comunidad que es pobre como la valenciana, y esto es estadísticamente demostrable, y que además cada vez se está empobreciendo más, no puede ser contribuidora neta del Estado. No podemos seguir siendo la comunidad peor financiada del Estado. Además tiene fácil compensación porque ahora mismo, después de tantos fondos y ayudas, el principal acreedor de la Generalitat Valenciana es el Estado. En realidad gran parte sería cambiar una deuda por otra.
Pero los intentos en el Congreso de los Diputados han fracasado.
Porque todavía hay mucho partido político, sobre todo los que han gobernado este país como el PP y el Partido Socialista que hace bueno aquello del Conde Duque de Olivares de que los valencianos somos muelles. Y porque hay gente, como pasa con Ciudadanos o con Podemos, que cree que las elecciones autonómicas son sólo un trámite porque lo que importa son las generales. Gente que cree que gobernar una autonomía es un tránsito a otros lugares, como pasó con Zaplana que abandonó la presidencia en plena legislatura para ser ministro. Sinceramente no compartimos ese planteamiento, creemos que lo más importante para los ciudadanos del País Valenciano son las decisiones que se toman en la Generalitat, porque tiene las competencias en sanidad, educación, cultura, políticas sociales, turismo… todo aquello que crea bienestar social y económico. En eso hemos de centrarnos. Y por otra parte tenemos que aprovechar nuestra competencia dentro de nuestras instituciones políticas y públicas para que se conozca el problema valenciano. En España hay demasiada gente que está todavía con el mito de “El Levante Feliz” que no tiene para nada correspondencia con la realidad.
Hasta ahora solo he escuchado hablar del TTIP a otro candidato y fue a Ximo Puig (PSPV) para hablar en positivo
Eres el único candidato que habla del TTIP ¿Tanto nos va a afectar a los valencianos?
Nos va a afectar a todos los ciudadanos del mundo a la larga, y a más corto plazo a todos los ciudadanos de la Unión Europea y Estados Unidos. Son tratados de libre comercio que van a rebajar nuestras condiciones laborales, nuestros derechos sociales, nuestra protección como consumidores, de protección medioambiental… Y todo en beneficio de las grandes corporaciones. Hasta ahora solo he escuchado hablar del TTIP a otro candidato y fue a Ximo Puig (PSPV) para hablar en positivo, cuando creo que está claro que es todo lo contrario, que va a suponer un retroceso para derechos que han costado décadas de lucha conseguirlos. Nosotros hicimos una jornada de lucha contra el TTIP con otras formaciones europeas y nuestro deber es informar a la ciudadanía introduciéndolo en campaña.
¿Cuál es la clave de la recuperación económica para Esquerra Unida?
Hay que tener claro que necesitamos un cambio de modelo productivo y no volver a formar una pequeña burbujita con los mismos planteamientos de la gran burbuja que explotó dejándonos sólo paro y desolación. En estos momentos está el Consell y el Partido Popular presumiendo de que crecemos, pero una vez más con las mismas bases de construcción, con la hostelería, con el turismo intensivo, y por lo tanto con muy poco valor añadido y con unas condiciones laborales absolutamente indignas.
Frente a eso hay que aprender la lección histórica y apostar por por un cambio de modelo productivo donde la industria ha de tener un papel fundamental. Una apuesta que recordemos que no parte de cero, como nos quieren hacer creer, el País Valenciano es un territorio industrial y tiene comarcas como el Camp de Morvedre, l’Alcoià, La Vall d’Albaida, o la zona del Vinalopó que tienen una gran tradición industrial, y eso se tiene que recuperar con una apuesta de diversificación y modernizarción y para ello es muy importante invocación y calidad, I+D+I, servicios asociados a la industria… genera una cadena productiva con la que de verdad puedes poner en marcha un desarrollo que sea sostenible desde un punto vista social y económico. El resto es pan para hoy y hambre para mañana.