En su última aparición en público, el que hoy será investido como nuevo presidente de CaixaBank, Jordi Gual (a la izquierda de la imagen, junto al actual presidente Isidre Fainé), destacó hace una semana la evolución positiva de la economía española en los últimos meses, al tiempo que advirtió de los riesgos que entraña el futuro para el país. A través de sus declaraciones se perfila un economista liberal y europeísta.
“Soy un optimista cauto”, dijo Jordi Gual la semana pasada durante su intervención en el Congreso de la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos (CEDE), cuando se le preguntó por el devenir económico de España. El país cuenta con importantes fortalezas, en su opinión, pero se tiene que enfrentar a “nubarrones que a lo largo de estos años no hemos sabido solucionar del todo”.
Entre ellos hay varias necesidades, como atajar el déficit público. “No hemos hecho el ajuste presupuestario que era necesario y, de hecho, hemos desperdiciado el 2015; veremos hasta qué punto desperdiciamos el 2016”, subrayó.
Además, España debería reconsiderar sus políticas de gasto público y también privado, ya que el endeudamiento previo a la crisis no se ha traducido en inversiones suficientemente productivas.
Jordi Gual se muestra partidario de un Tesoro europeo único
Pero el problema que más le preocupa a Gual, según sus propias palabras, es el mercado de trabajo. Existe un “mercado laboral dual” que separa a los empleados entre “aquellos que tienen un puesto de trabajo con mucha protección y aquellos que tienen un puesto desprotegido”. “Aparte de las cuestiones de equidad, eso genera problemas de productividad y eficiencia”, concluyó el presidenciable de CaixaBank.
Esta última aspecto, la de la productividad, está en línea con las dificultades que atraviesa la Unión Europea, en comparación con Estados Unidos.
“Somos más pobres que los americanos, pero somos así los europeos, también hemos decidido trabajar menos. Ellos cada vez trabajan más, con más horas trabajadas, con más puestos de trabajo, y nosotros tenemos un conjunto de regulaciones que han hecho que trabajemos menos horas y tengamos menos personas ocupadas. Y nuestra productividad crece menos”, explicó Jordi Gual.
Pero no es todo cuestión de flexibilizar el mercado laboral -que también-, dado que los países escandinavos apuntan a la dirección contraria y con resultados satisfactorios. El nuevo presidente de CaixaBank defiende que la prosperidad de la Unión pasa por una mayor integración de los mercados europeo, incluido el sector financiero.
“Hemos montado el euro pero lo hemos edificado sobre unas bases endebles. Una moneda única necesita un Tesoro único, necesita una capacidad de decisión en ámbitos financieros rápida, para poder intervenir en momentos de crisis, y esto no lo tuvimos en la crisis de Lehman Brothers”, advirtió.
Consejos para un nuevo ministro
En la mesa redonda en la que participó Gual la semana pasada, el banquero deslizó algunos consejos para quien quiera que sea el nuevo ministro de economía tras las últimas elecciones del 26-J.
La clave para Gual es que apruebe la mayor cantidad posible de reformas durante el primer año y que las saque adelante con el consenso del resto de partidos políticos de la oposición, “para que sean cambios estructurales duraderos”.
“Atacaría rápidamente la cuestión presupuestaria y la cuestión fiscal”, concretó el candidato a presidir CaixaBank, quien prefiere empezar por la reforma de las Administraciones Públicas y los cambios en la financiación territorial, con una mayor contención del gasto por parte de las autonomías.
Todas estas declaraciones las hizo como director ejecutivo de Planificación Estratégica y Estudios de CaixaBank, así que parte de su trabajo era dar su opinión sobre lo que falla y lo que funciona en la economía española. Ahora sus palabras tendrán más eco que nunca y el ministro de economía que llegue tendrá muy en cuenta sus reflexiones.
Jordi Gual (Lleida, 1957) se convertirá hoy en el presidente de CaixaBank, tras la reunión extraordinaria del consejo de administración de la entidad en la que Isidre Fainé concluirá su actual mandato. El veterano banquero catalán se ha visto forzado a dejar uno de los cargos que ostentaba en el banco porque la actual legislación lo impide, así que se quedará con las otras dos presidencias que tenía: la de Criteria, propietaria de CaixaBank y de las participaciones empresariales del hólding, y la de la fundación bancaria La Caixa.
El nuevo líder de la antigua caja catalana tiene por delante el desafío de mantener a CaixaBank en el tercer puesto de la banca española, además del reto de llevar a la entidad al extranjero, donde apenas tiene actividad.
Foto: Efe