En primavera saltó la bomba en el sector del reparto de comida a domicilio: Just-Eat compraba La Nevera Roja. Como se trataba de los dos principales actores del segmento, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) tuvo que validar la operación. Meses después, el regulador se ha encontrado con un marrón: Take Eat Easy, una de las empresas que Competencia exponía como garante de la tensión competitiva ha dejado de operar. ¿Sigue teniendo validez el expediente elaborado por el regulador?
En pleno periodo vacacional, la empresa de entregas de comida Take Eat Easy ha anunciado que cesa su actividad después de que en su tercera ronda de financiación no lograse encontrar inversores.
En un comunicado, los fundadores de Take Eat Easy recordaron su crecimiento exponencial en los últimos meses, cuando pasó de 2 a 20 ciudades europeas, de tener 10 empleados a contar con una plantilla de 160 personas, de trabajar con 450 restaurantes a hacerlo con 3.200, y de multiplicar casi por doce su base de clientes, hasta los 350.000… pero todo eso no ha servido de nada.
Pese al anuncio de que había alcanzado su primer millón de entregas, sus fundadores han señalado que les ha perjudicado la exitosa ronda de financiación de Deliveroo -uno de sus principales rivales en el sector de las entregas- y la apuesta de uno de sus propios inversores por otra competidora como Foodora.
Sea como sea, la CNMC se acaba de encontrar con un problema regulatorio dado que situaba a Take Eat Easy como uno de los principales competidores de Just-Eat, y ahora no existe. Si a esto se añade que el expediente emitido por Competencia ya dejaba entrever que el sector estaba en un escenario de tensión competitiva, pero mejorable, cabe preguntarse si la situación no ha cambiado por completo.
¿Tienen validez los argumentos de la CNMC?
Uno de los principales motivos por los que la CNMC validó la operación es que el segmento del reparto a domicilio a través de aplicaciones móviles apenas representa un 15% del total del reparto de comida. Por ello, aunque la compañía originada tras la adquisición de La Nevera por parte de Just-Eat tuviera más del 80% de la cuota de mercado, no habría problema.
Aunque el mapa de competencia no era muy optimista.
La cuestión es que se trata de un sector que no deja de crecer. Según la Asociación de Jóvenes Franquiciados, el reparto de comida a domicilio presenta un escenario favorable para su inversión. ¿Es así cuando el sector está dominado por un solo actor?
La CNMC, en el expediente de resolución para aprobar la compra, también insistía en la idea de que la escala generada no era decisiva para Just-Eat ni ningún otro actor. Es decir, que el volumen de ingresos nunca sería tan grande como para que eso se reinvirtiera. Pero, una vez más, el escenario es bastante diferente.
El regulador dejaba claro cuáles eran los competidores: Deliveroo, Take Eat Easy y Resto-in. Uno de ellos se dedica al reparto gourmet, el otro ha desaparecido… ¿Podrá Deliveroo, por sí solo, hacer frente al gigante Just-Eat?
En el expediente, como compromiso validatorio, había dos exigencias muy claras para la compañía resultante: Just-Eat se comprometía a no mantener o establecer ningún tipo de exigencia de exclusividad formal con los restaurantes afiliados (actuales o futuros) a sus plataformas, ni vincular las comisiones acordadas a esta exclusividad formal o de facto. Asimismo, no podía penalizar a los restaurantes afiliados por incorporarse a plataformas terceras.
Si no cumple estas obligaciones, ¿quién se encargará de denunciarlo si no hay rivales ni compañías que compitan en el mismo sector?
Por el momento, la CNMC tiene el escudo de que el reparto de comida a domicilio a través de apps no supone más del 20% en la gestión de pedidos a domicilio. ¿Pero qué sucederá si sigue creciendo?
Imagen | ‘just-eat.co.uk‘