Los electores catalanes se han sentido tradicionalmente mucho más concernidos por los comicios generales que por los autonómicos. CiU solo logró ganar unas legislativas en 2011, beneficiado por el hundimiento del PSC. Mas convoca los comicios en pleno puente barcelonés y en septiembre, cosa que jamás había ocurrido en la democracia española.
“El separatismo ha jugado históricamente con el hecho de que los catalanes no participemos masivamente en las autonómicas”. Esta reflexión de Albert Rivera la noche del miércoles en Cope explica por sí sola la estrategia que los partidos no independentistas están abrazando ante el 27-S: trabajar para que haya una participación histórica. Consideran que así se podrá competir de tú a tú con el nacionalismo, cuyos resultados siempre han sido mucho mejores en elecciones autonómicas que en generales, coincidiendo con los índices de mayor abstención. El candidato del PP, Xavier García Albiol, habló el martes de la posibilidad de “desmontar el chiringuito” de Artur Mas si “un 72% o 73%” del electorado acude a las urnas.
El PSC ha ganado todas las generales en Cataluña salvo las de 2011 pero nunca fue la primera fuerza en el Parlament
En efecto, la participación media en comicios regionales catalanes es del 60,92%, frente al 71,59% que marcan las legislativas. Y, en efecto, solamente en 2011 los nacionalistas fueron la primera fuerza en unas generales, gracias al hundimiento del PSC, partido que ganó las otras nueve entre 1977 y 2008 llevándose de media el 38,4% de los sufragios. A contrario sensu, el socialismo jamás logró superar en escaños a CiU en el Parlament, aunque sí fueron ligeramente más votados en 1999 y 2003. ¿Significa esto que una parte del electorado españolista no se siente concernida en las citas autonómicas y deja de participar, provocando la sobrerrepresentación del secesionismo en esa escala?
“Hay 600.000 catalanes que suelen votar en las generales que tradicionalmente se abstienen en las autonómicas, votantes castellanoparlantes que no suelen apoyar a partidos nacionalistas”, señala Narciso Michavila, sociólogo presidente de GAD3. Michavila añade que “en mucha menor medida también hay votantes catalanoparlantes que se suelen abstener en generales” y que “existe un votante dual que respalda a partidos nacionalistas en autonómicas y a PSOE o a PP en generales”.
Una participación masiva beneficiaría, pues, a las formaciones no independentistas, motivo por el cual Mas ha convocado elecciones en septiembre, cosa inédita en la historia democrática de España. “De los 240 procesos electorales celebrados ninguno ha sido en septiembre porque lo que se busca es que haya debate y participación, si se han convocado este mes y coincidiendo con el puente de la Mercè es precisamente para evitar que suba la participación”, razona el sociólogo.
El ‘cinturón rojo’, determinante
La Virgen de la Mercè se festeja el viernes 25 y es la patrona de la Diócesis de Barcelona. La capital y su poblado cinturón metropolitano son las grandes plazas por conquistar de un nacionalismo que obtiene sus mejores resultados en el interior y en Girona. El hecho de llamar a las urnas cuando la zona más hostil para él está de fiesta ha sido leído como la penúltima jugada maquiavélica de Mas.
“Históricamente la abstención en autonómicas catalanas ha sido más intensa en sectores con altos índices de población de origen no catalán”, indica el consultor político Ignacio Varela. Zonas como el citado cinturón barcelonés -formado por localidades tan importantes como Hospitalet de Llobregat, Badalona, Cornellá o Santa Coloma de Gramanet-, que se ganó el apellido de rojo por los excelentes resultados que allí cosechaba el PSC elección tras elección.
La caída de participación de generales a autonómicas se da en toda España pero solo Cataluña registra cambios drásticos en el resultado
Para Varela, que ha participado en el diseño de múltiples campañas del socialismo español, esa desmovilización crónica en comicios al Parlament tuvo “un efecto claro sobre la distribución del voto” en el sentido indicado. El nacionalismo sacó tajada, pero la diferencia de participación entre unas citas y otras “no se produce solo en Cataluña”. Las legislativas llevan a más gente a las urnas que las autonómicas en toda España, si bien la diferencia es mayor en aquellas regiones que tienen su propio calendario electoral -Cataluña, Andalucía, Galicia y País Vasco- y aún mayor en la comunidad que hoy preside Mas, que además aporta la singularidad de presentar un ganador distinto en unas y en otras elecciones intercaladamente a lo largo de 30 años.
¿Qué ocurrirá esta vez? Nos encontramos ante una situación inédita: unas elecciones que formalmente son autonómicas pero a las que el presidente de la Generalitat otorga el cariz de plebiscitarias y a las que las otrora antagónicas Convergència y ERC concurren en una misma lista con el compromiso de declarar la independencia si logran un respaldo mayoritario. “El 27-S es una elección histórica y excepcional, así lo demostrará la participación”, vaticina Aleix Cuberes, politólogo y consultor de comunicación pública.
Cuberes cree que la movilización será “la más alta de la que tengamos conocimiento”, superando el pico de 2012, cuando ya en pleno debate soberanista acudió a votar cerca del 68% del censo. “Los independentistas tienen el reto de llegar al corazón y a la cabeza de un segmento importante y decisivo como es el electorado urbano, con un marco cultural, social y mediático español que irradia constantemente la lluvia del discurso del miedo, las amenazas y el castigo”, opina el politólogo. Un desafío que determinará la suerte del proceso soberanista, al que según Cuberes también interesa la alta participación para legitimar su posición: “Hay mucho en juego, en ambos lados de la balanza; esto no va a ser el referéndum del Estatut”.
Ciudadanos, a liderar el ‘sorpasso’
La candidatura secesionista de Junts Pel Sí tiene la dificultad adicional de alentar a sus fieles sin excitar a los unionistas. Una circunstancia “insalvable”, en palabras del consultor estratégico César Calderón, que ha sido combatida “lanzando toneladas de propaganda para tratar de generar una falsa sensación de unanimidad”, utilizando “los medios públicos como si de bombarderos B-52 se tratase”. “Mi impresión es que no lo han conseguido y que el 27 de septiembre veremos una participación muy por encima de la media”, concluye.
Ciudadanos: «Cuando hemos ido a votar en masa hemos demostrado que somos mucho más plurales de lo que algunos quieren hacer ver»
De esa baja abstención puede ser Ciudadanos el principal beneficiado. Con Inés Arrimadas como candidata y con el presidente Rivera haciendo campaña a diario junto a ella, la formación naranja aspira a materializar en las urnas los buenos augurios de las encuestas y convertirse en la primera fuerza no nacionalista de Cataluña. Su secretario de Comunicación y miembro de la dirección de campaña, Fernando de Páramo, cree que “si hay una participación muy alta, en torno al 75%, será difícil que los independentistas saquen un buen resultado, en Cataluña hemos demostrado cuando hemos ido a votar en masa que somos mucho más plurales de lo que algunos quieren hacer ver”.
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— Inés Arrimadas (@InesArrimadas) agosto 25, 2015
El dirigente de Ciudadanos está seguro de que Mas ha pensado en todo, en iniciar la campaña “con la apropiación de la Diada del 11 de septiembre, que es la fiesta de todos” y estará marcada por la manifestación independentista, y también en situar la jornada electoral en pleno puente de la Mercè. Pero considera que “los catalanes somos conscientes de lo que nos jugamos y nuestras sensaciones son muy buenas, salimos a ganar para poder liderar un Gobierno limpio, con las manos limpias” y que no se dedique a “dividir” a la ciudadanía.
Sus esfuerzos están puestos en lograr “una gran movilización” y en hablar “del proyecto, de qué va a pasar el día 28, porque nosotros sí tenemos un programa para gobernar”. ¿No temen que el personalismo de Rivera, que de nuevo se implicará a fondo, les acabe penalizando? “Nosotros apostamos por el partido: por su marca, sus siglas, su color y su líder, que además es el candidato a La Moncloa y el actual presidente del grupo parlamentario catalán; si otros quieren esconder a sus líderes y sus siglas, ellos sabrán por qué”.