El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, va a proponer a los Estados miembros un nuevo cupo de 120.000 demandantes de asilo, que se uniría a los 40.000 propuestos inicialmente el pasado mes de mayo, según han informado fuentes comunitarias al diario El País .
El nuevo cupo elevaría a 160.000 el número total de refugiados que se reubicarían para para aliviar a los países más presionados por el flujo de entradas. Según las fuentes, Juncker detallará estas propuestas en su discurso sobre el Estado de la Unión que pronunciará el próximo miércoles en el Parlamento Europeo.
El objetivo de Bruselas es que el controvertido reparto de los refugiados entre los países europeos se convierta en un pilar de la política migratoria de la UE.
Aparte de la cifra, la principal novedad de la propuesta de Juncker es que los refugiados que se repartan no procedan solo de Grecia e Italia, sino también de Hungría, país de tránsito de los migrantes que entran por Grecia y cruzan los Balcanes para pedir finalmente asilo en Alemania (que se ha comprometido a acoger hasta 800.000 refugiados) o más al norte. Con ello, Bruselas espera suavizar las fuertes reticencias de los gobiernos húngaro y de otros países del Este de Europa respecto al reparto de extranjeros.
El presidente de la CE también tiene previsto proponer un mecanismo permanente para repartir automáticamente a los refugiados cuando haya una situación de emergencia como la actual y entregará también a los Estados la llamada lista de países seguros, que permite a las autoridades tramitar de manera rápida –y desestimar- las solicitudes de asilo provenientes de esos territorios.
Todos los países candidatos a integrar la UE conformarán esa lista, entre ellos Albania, Macedonia, Montenegro, Serbia y Turquía, según las citadas fuentes. Aunque el derecho a pedir asilo siempre tiene que ser examinado individualmente, con esa lista en la mano los países podrán resolver con celeridad las solicitudes de esos ciudadanos y decretar la vuelta a sus lugares de origen, explica el diario.
Todas estas propuestas deberán ser examinadas el próximo 14 de septiembre por los ministros del Interior de la UE, que se reunirán en Bruselas para abordar la crisis. Antes de este verano, la postura de España y de los países del Este y del Báltico hizo descarrilar la propuesta de reubicar a 40.000 personas en dos años, cifra que se quedó en 32.000, revisable en diciembre.
Desde entonces, el empeoramiento de la crisis y la presión de Alemania para que los países se impliquen han permitido suavizar las posturas más radicales, entre ellas las de España, que podría aceptar una cuota mayor de refugiados. España sólo ha aceptado hasta la fecha un cupo de 2.739 refugiados, pero el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, apuntó el pasado martes en Alemania que se podría incrementar el número y reclamó, como condición para ello, un marco político global europeo para temas de inmigración y de asilo.
Margallo insiste en lo mismo
En todo caso, el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, ha insistido en una entrevista al diario alemán Die Welt en que el reparto de refugiados entre los distintos países europeos debe tener más en cuenta la tasa de paro de cada país y las políticas y medidas que haya adoptado para gestionar la inmigración.
Margallo (que sigue utilizando indistintamente los términos refugiados e inmigrantes) ha indicado en la entrevista (recogida por Europa Press) que con una tasa de desempleo del 22 por ciento, como tiene actualmente España, no se puede «ofrecer a la gente una oportunidad justa de integración», y que en los últimos años España ha invertido mucho dinero en cooperar con países de origen de los inmigrantes como Marruecos, Mauritania o Senegal.