En España hay un problema con el empleo. Lo ha habido desde que existen indicadores al respecto y, teniendo en cuenta los mensajes que llegan desde Bruselas pidiendo más ajustes, los habrá en el futuro. Se trata del denominado “paro estructural” y sus consecuencias. Esas que dejan un mercado laboral sostenido por la hostelería y el comercio, donde los empleos tecnológicos de alto valor añadido siguen sin llegar.
Según datos de 2015 publicados por Ametic, la patronal de las empresas tecnológicas y de telecos, la cifra de negocio creció en ese año con respecto al ejercicio anterior un 7%, superando los 22.000 millones de euros en circulación. Además, en ese mismo documento, explica que el empleo creció un 1,8% con respecto al año anterior. ¡Menos de un 2%!
¿Cómo es posible que España esté empezando a crear empleo pero el sector tecnológico apenas lo note? Hay diversos factores que explican la situación. El primero de ellos tiene que ver con la precaria estructura del mercado laboral español. En junio, la afiliación a la Seguridad Social, creció en 98.432 cotizantes. El mayor aumento en este mes en 10 años, dejando el número total de afiliados en 17.760.721.
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Pero al observar la composición de esos nuevos cotizantes se entiende la situación. Hostelería, con 38.337 afiliados más; le siguió el comercio (27.936); las actividades administrativas (18.587); la industria manufacturera (14.031) y la construcción con 11.468 más.
¿Hay solución? Las claves que da Ametic tampoco son muy halagüeñas. Pese a la reducción de márgenes, aseguran que las empresas del sector TI españolas han conseguido atraer y retener un talento de muy alto nivel, lo que en sí mismo es positivo. Además, la patronal afirma que esto permite a las empresas ofrecer un servicio competitivo y de alta calidad.
Aunque al desgranar esta (pequeña) creación de empleo, surgen las dudas. Según explican, han tenido una gran influencia las empresas del segmento de servicios y consultoría TI. Es decir, incluso a nivel tecnológico no se genera empleo de alta calidad y cualificación. Como sucede con el contexto general, los servicios ganan terreno, pero ciertos puestos críticos y de alto nivel formativo no se crean (o generan).
Hay oferta pero no demanda
¿Y si no fuera un problema de empleo? Hace unas semanas, SABEMOS publicó que, según datos de la plataforma de empleo online Infojobs, existe una creciente demanda de empleos tecnológicos, aunque con un “pero”. En su último informe anual, el portal advierte de que los puestos abiertos en los que hay un menor número de candidatos son los relacionados con la informática. El empleo con menos competencia es el de programador J2EE, con 20.000 vacantes y tan sólo 4 inscritos de media para cada una. Mientras, por cualquier otro puesto de trabajo la media es de 63 interesados.
Los datos van indicando el camino. El número de trabajos relacionados con la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas está creciendo al 13% o 14% anual, según el director de Randstad Research, Valentín Bote, pero el total de alumnos matriculados en estas carreras es tan sólo del 7% sobre el total de universitarios.
No se puede concluir de forma tajante, aunque parece lógico que existe un problema de cualificación para ocupar ciertas necesidades laborales. Sobre todo en el ámbito tecnológico. Según estimaciones del mercado, en España unos 85.000 puestos de trabajo no se cubrieron en 2015 por falta de cualificación en el ámbito de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Esa cifra se eleva a los 900.000 en toda Europa.
Desde Ametic señalan que los datos de su informe son optimistas. Sin duda lo son. La mayoría de áreas de servicios crecen y facturan más que el ejercicio anterior. Pero ese crecimiento parece que tendrá un techo si no se genera una mayor mano de obra cualificada a nivel tecnológico. De toda clase.
Imagen | Flickr – Jeff4379