La estafa del grafeno tenía como fin la venta a Chint Electrics

Tal y como explicamos en Sabemos, el desarrollo de la tecnología del grafeno en España está lleno de dudas. Tantas son las dudas que incluso ha tenido como consecuencia la gestación de movimientos empresariales que han devenido en escandalosas estafas que tenían como fin la venta del negocio a grupos de inversores chinos que en los últimos años se encuentran instalados en España para expandir líneas de negocio en nuestro país. Dinero fresco y, por tanto, dinero que atrae a oportunistas que quieren enriquecerse pensando que a estos inversores se les puede engañar «como a un chino».
Estamos viendo cómo el capital del país oriental se está invirtiendo en diferentes sectores, incluso en el deportivo. España se ha convertido en el séptimo país de Europa receptor de inversiones chinas. El año pasado se centraron en el sector de las infraestructuras, como es el caso de Urbaser o el del fútbol con la compra de equipos históricos como el Valencia o el Espanyol. Además, los grupos chinos están realizando fuertes inversiones inmobiliarias, entre las que destacan las realizadas por Dalian Wanda.
Evidentemente, también están entrando en el sector de las nuevas tecnologías. Según el despacho de abogados Baker McKenzie, el consorcio estatal chino China Aviation Industry Corporation ha comprado Aritex, una empresa tecnológica española, por más de 160 millones de euros. Este interés por las nuevas tecnologías o por los componentes hizo que el grafeno se convirtiese en un objetivo de inversión y Graphenano S.L. era la empresa más importante en España por las tecnologías que, presuntamente, estaban desarrollando.
En Sabemos ya explicamos cómo Álvaro Zarza estafó a un empresario español haciéndose con el control de la empresa que ambos crearon a través de maniobras mercantiles que, según la juez instructora de la querella que se interpuso contra aquél, pueden ser constitutivas de delitos de estafa, apropiación indebida y/o delito societario, y/o administración desleal.
Por su parte el Ministerio Fiscal determinó en su escrito de acusación los hechos denunciados «constituyen un delito continuado de administración desleal» y por ello solicita penas de cuatro años de prisión e inhabilitación.
La verdadera intención no era otra que vender al grupo chino Chint Electrics la participación en Graphenano S.L. que tanto Álvaro Zarza como el querellante compraron a través de Westfield Grafeno S.L. y que Zarza se quedó en su totalidad por sus movimientos societarios y, de este modo, ganar una cuantiosa plusvalía respecto a lo invertido en un primer momento. Según la documentación consultada por Diario16, tanto Álvaro Zarza como su socio en la estafa Íñigo Resusta, vendieron una participación del 3,33% de Grabat Energy, S.L., a Chint Electrics por un precio de 6 millones de euros. Un mes antes de que se firmara este acuerdo, la primera sociedad constituida por Zarza y por el querellante, Westfield Comunicación S.L. consiguió una cesión de contrato de distribución de todos los productos que fabrica Graphenano S.L. en la República Popular China.
Esta cadena de actos podría estar relacionada con la llegada del grupo chino Zhejiang Chint Electrics, que entró en el capital de Grabat Energy, filial de Graphenano, con una participación del 10% y una inversión de 18 millones de euros, además de firmar una opción por otro 15% por 20 millones.
Por otro lado, todas esas compras realizadas por Álvaro Zarza se hicieron a través de la sociedad de inversión Auriga Global Investors, cuyo presidente, Íñigo Resusta es también consejero delegado y vicepresidente de Graphenano. Auriga está investigada por la CNMV por presuntos delitos de estafa en otras actividades de la sociedad.
El mercado chino de las telecomunicaciones precisa de materiales y soluciones para seguir desarrollándose y competir contra los gigantes norteamericanos y coreanos. De ahí el interés en entrar en una empresa como Graphenano S.L. que presumía de grandes avances en la investigación del grafeno y de poseer soluciones revolucionarias en el sector de las baterías. Sin embargo, ¿Álvaro Zarza actuaba por cuenta propia o tenía un patrón oriental que le indicaba lo que tenía que hacer para hacerse con el control —si es que no lo tienen ya por las operaciones citadas— de una empresa como Graphenano?

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