‘La ficción’: Los peligros de la imaginación

' La ficción'

Sobre el papel La ficción , el volumen que publica Astiberri recopilando los cuatro números de la miniserie de Curt Pires y David Rubin publicada originariamente en Estados Unidos por Boom! Studios, suena a familiar. Suena al Grant Morrison más meta, el del mítico Animal Man o el más reciente Joe the Barbarian . O al The Unwritten publicado por Vertigo y creado por Mike Carey y Peter Gross. Pero La ficción es, en buena parte debido a la arrolladora personalidad de sus autores, un tipo de bestia distinta.

El comic arranca con un argumento que es ya un tropo habitual de este tipo de historias: un grupo de adolescentes descubren cómo entrar en mundos abisales, en dimensiones de distorsión y lisergia, a través de un libro que encuentran en un desván. Pero dejan estos viajes a otros mundos cuando uno de ellos desaparece de forma inexplicable. Quince años después, con el grupo atomizado por el paso del tiempo, uno de los supervivientes se reencuentra con un libro que le permite volver a viajar, y también desaparece misteriosamente. Es decir, La ficción trata, como es notorio con un título más propio de manual semiótico que de tebeo de aventuras, de los peligros de los mundos imaginados, y cómo estos irrumpen en la realidad, contaminándolos e influyendo en ella.

Por suerte, la obra de Pires y Rubín tiene suficiente personalidad como para sostenerse por sí misma: La ficción hace más de una referencia explícita a Lewis Carrol y Alicia en el País d las Maravillas, uno de los ejemplos más claros de ficción caníbal e incontenible que empapa la realidad que la circunda. Y no es para menos. Ese mundo de fantasía peligroso y arisco que entre líneas visita Alicia en lo que parece un inofensivo cuento infantil es un clásico de la anarquía narrativa y casi experimental, y supone un claro modelo para La ficción: tanto Pines como Rubín parecen, como sus personajes, hipnotizados por los mundos mutantes y líquidos que han imaginado, y se dejan llevar por la naturaleza indómita de esa ficción.

Rubín, especialmente, es un autor que pese a ser muy amigo de los géneros y los formatos restrictivos tiene una asombrosa capacidad para hacerlos suyos a golpe de imaginación salvaje y planificación gráfica enloquecida: aquí muchas veces es capaz de transmitir emociones abstractas a base de escenarios asilvestrados e imposibles. El asombroso nivel al que ha llegado el dibujante gallego es de tal calibre que a veces el guion de Pires se queda un poco corto, incapaz de seguir el alucinante ritmo de revolución gráfica que plantea con pasmosa naturalidad y en cada página David Rubín.

El resultado, pese a ese desequilibrio (uno al que por otra parte y en mayor o menor medida los lectores de Rubín estamos acostumbrados… incluso cuando se guioniza a sí mismo) es estupendo. Puro comic-book comercial americano por un lado, trazas de novela gráfica experimental por otro, La ficción es una bestia extraña y un tanto inclasificable. Pero bueno, precisamente eso es lo que trata de explicar el comic, ¿no?

ficha

La ficción
Curt Pires y David Rubín
Astiberri
2015

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