La final de Champions también se juega en la redacción de SABEMOS

Este sábado Real Madrid y Atlético de Madrid se enfrentan en la final de Champions League. Dos años después se vuelven a ver las caras tras aquel partido de Lisboa que supuso la décima Copa de Europa para los merengues y un “casi” para los rojiblancos.

Como en toda buena familia, en SABEMOS tenemos el corazón partido. David Page (@davidpagep), atlético de sentimiento, y David Martínez (@davidmartinezg), madridista de corazón, se sinceran antes del partido más importante de la temporada.

«Minuto 93», ¿qué significa para cada uno?

David Page: Una hecatombe emocional. Transitoria, duró apenas unos días, pero hecatombe, sí. El chasco fue inmenso. Durante la hora en que el Atleti fue ganando el partido no es que soñáramos con ser campeones, es que lo fuimos, es que no los creímos en serio. Y el gol de Ramos nos rompió toda esa ilusión desmedida que teníamos de resarcirnos del malditismo del Pupas y además lo íbamos hacer birlándole una final así al Madrid. Pero… Minuto 93, joder. En el puto minuto 93. Si es que…

David Martínez: Buf, difícil de expresar en palabras. Una de las dos o tres alegrías futbolísticas más grandes de mi vida. Era el gol del empate, pero todo el mundo vio ahí que la Champions sería del Madrid. También hay que decir que el verdadero milagro fue que se llegara 1-0 hasta el 93’, con medio tiro a puerta del Atleti y una resistencia numantina al asedio blanco, pero así supo mejor.

La Décima fue la consagración del regreso del Madrid a la cima europea, tras aquel paréntesis de eliminaciones en octavos de final que tanto nos torturó. Veníamos de una etapa donde nuestro mayor logro había sido que el Inter eliminara al Barça en las semifinales de 2010, abortando la posibilidad de que Guardiola ganara una Champions en el Bernabéu. Ese ciclo infausto acabó al año siguiente, aunque tardaría tres más en culminarse con otra Orejona. La victoria de Lisboa tuvo mucho de liberación.

¿Qué diferencias veis con la final de 2014? 

D.P.: Emocionalmente ninguna. Los atléticos volvemos a tener esa misma ilusión sin mesura de ganar el título. La misma, o incluso más. Que la final vuelva a ser contra el Madrid no es más que una anécdota. El morbo es evidente: el gran rival, los que nos llevan dando la murga desde pequeños por ganar casi siempre… Sí. Pero es una anécdota. Milán no es la revancha de Lisboa, es una nueva oportunidad de ser campeones de Champions. Y en lo deportivo, en esta ocasión nos veo más fuertes. Esta vez hay que ganar. Nunca dejamos de creer, y por eso estamos otra vez en la final.

D.M.: El Madrid ha llegado a esta final casi de carambola, gracias a un camino sencillo facilitado por el azar. Seguramente indica que hemos recuperado totalmente el idilio con la Copa de Europa. Es el primer finalista desde 1986 que llega hasta ahí sin haberse enfrentado con un campeón del torneo. Podría decirse que no lo merece, que se ha encontrado con ese regalo, que la final de Milán es una vieja amante que se le ha metido desnuda en la cama sin haber sido llamada. Y ya dicen en Amanece que no es poco que “un hombre en la cama siempre es un hombre en la cama”, algo que aquí cabría adaptar como “el Madrid en una final siempre es el Madrid en una final”. Así que, aunque seguramente lo merece menos que el rival, lo más probable es que la gane.

La situación del Atleti es la contraria. Se ha trabajado a pulso estar en Milán, ha superado tres eliminatorias épicas y su torneo ha sido una maravilla para el aficionado al fútbol. Yo mismo vibré hasta el borde de la emoción con el partido de Múnich. Y probablemente sea cierto eso de que el fútbol les debe una, pero, como escribió Jabois el otro día, se la debe el fútbol, no el puto Real Madrid.

En resumen, la gran diferencia con 2014 está en el Madrid, que ahora llega sin haber hecho grandes méritos y entonces llevó por fin, tras doce años de travesía y cuatro grandes torneos consecutivos, la piedra de Sísifo a la cima de la montaña.

final champions 1

Cholo vs. Zidane, ¿quién pensáis que gestionará mejor el partido?

D.P.: Confío en que el Cholo dé en el clavo con el planteamiento. Como casi siempre, por otro lado. Simeone es el responsable de estos años inolvidables para el Atleti y él lo será de hacer inolvidable también el partido de esta noche. Apoyo firmemente la propuesta de un amigo colchonero, que apuesta por que el Cholo sea el míster hasta que dentro de una década lo sustituyan en el banquillo Gabi y Raúl García.

D.M.: El Cholo es uno de los tres mejores entrenadores del mundo y está muy por encima del amateur Zidane. Si la final depende de los recursos de los técnicos, no hay nada que hacer. Pero no creo que vaya a ser así. Simeone ha vuelto a hacer una campaña extraordinaria y su equipo ya acusa el deterioro físico y mental de acumular 50 partidos en máxima tensión. Y las finales suelen decidirlas detalles de los jugadores de más calidad, donde el Madrid tiene una ventaja indudable… Así que gestionará mejor el partido el Cholo, seguramente, lo que no creo es que eso vaya a ser determinante.

Si hay un penalti en el minuto 94 a favor de vuestro equipo con empate a cero… ¿quién lo debe tirar (y por qué)?

D.P.: Fernando Torres, sin duda. Nada nos haría más felices a los atléticos que ver cómo nos da el título nuestro Niño. Él dice que hoy juega el partido de su vida. Y si lo es de la suya lo es también de la nuestra. El sentimiento por Torres es especial. Dicho lo cual, mientras lo marque y nos llevemos la Champions, como si tira el penalti Oblak, un utillero o el árbitro.

D.M.: Los experimentos, con gaseosa. Lo debe tirar Cristiano Ronaldo, que es el lanzador habitual. No acumula la práctica de otros a los que han pitado 19 penaltis a favor en Liga, pero no hay motivos para desconfiar del mayor goleador de la historia de la Copa de Europa. Y aunque lo fallara, el partido iría a la prórroga, donde ya sabemos que no nos desenvolvemos mal.

Qué hará David Page si gana el Atlético de Madrid… Primero llamar a mi padre, lo hago siempre con partidos importantes. Me abrazaré mucho con los amigos con los que estaré, gritaré y disfrutaré un rato recordando cada jugada. Y lo mismo acabo en Neptuno. Quién sabe.

Qué hará David Martínez si gana el Real Madrid… Salir a celebrarlo, por supuesto. Ir a la Cibeles creo que no es una opción, porque mi aversión a las aglomeraciones crece por días. Además, mantengo muy vivo el recuerdo de una de las veces que fui, tras la Liga de Capello en 2007, cuando de pronto me vi atrapado entre unos locos que lanzaban botellas a la policía y los agentes que comenzaban a cargar. Mis amigos y yo empezamos a correr y no paramos hasta llegar al Colegio Mayor y tirarnos de cabeza a la piscina. De modo que seguramente opte por una celebración más convencional, pero no por ello más desapasionada.

Y qué pasará si pierde el Atleti… Me tomaré un par de cerves más y brindaré, pese a todo, por el Atleti. Como dice Iñako Díaz Guerra (otro atlético de pro), yo siempre quiero que gane mi equipo, pero no quiero a mi equipo porque gane.

Y si pierde el Madrid… No puedo saber cómo reaccionaré, es algo que nunca he vivido. Cuento las finales de Champions por victorias, pero supongo que me recluiré bajo las sábanas hasta que el lunes vuelva a amanecer. Felicitaré al campeón, me alegraré por mis amigos atléticos y trataré de poner la atención en otras cosas para engañar al cerebro, repitiéndome «solo es fútbol, solo es fútbol» hasta que el dolor remita. ¡Pero no, eso no pasará!

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