En España hay paradas entre 150.000 y 200.000 migraciones de operador de fijo y entre 40.000 y 60.000 usuarios han quedado incomunicados.
La huelga de instaladores ha afectado a cientos de miles de usuarios de todos los operadores de ADSL y fibra, y las consecuencias, incluso si se desactiva el conflicto, se van a notar todavía durante meses.
¿Por qué una huelga en Telefónica afecta a tanta gente y de otros operadores? Es una pregunta legítima pero que esconde una falacia. Porque la huelga no es de Telefónica. La compañía que preside César Alierta es un remanso de paz social facilitado por sueldos altos, apenas despidos improcedentes y unos ERE muy rentables para quienes se han acogido a ellos. La huelga es del servicio. La gente que se sube a escaleras, tira cable por toda la casa y va a arreglarte las cosas cuando no funcionan.
Hablamos de trabajadores que trabajan para diez subcontratas de Telefónica, muchas veces autónomos y subcontratas de las subcontratas, que se han alzado en escaleras contra el patrón, aprovechando el impulso que le han ofrecido los sindicatos minoritarios (y cada vez más minoritarios) de la operadora: AST, co.bas y CGT. Como en su casa no hay lucha de clases, han buscado una clase por la que luchar. Por supuesto, como en todo conflicto sindical, los trabajadores explican sus desventuras como si cada uno de ellos fuese Oliver Twist, mientras que la operadora intenta matizar todo lo que puede e insiste en que no existe absolutamente ninguna posibilidad de que vaya a integrar en su plantilla a estos trabajadores. Antes cancelarían el contrato con estas diez empresas y firmaría otro (probablemente incluso más barato).
Pero en SABEMOS queremos fijarnos en las víctimas colaterales de este conflicto: los cientos de miles de familias y empresas de los que hablamos en el primer párrafo, usuarios incomunicados que no están siendo capaces de conectarse a su ADSL o, en algún caso, a la fibra. U otros que están siendo incapaces de moverse entre operadoras.
¿Tienes una avería? Probablemente es el peor momento de tu vida para tenerla. Tendrás suerte si te la arreglan no en días, sino en meses. ¿Esperas a que te instalen una línea de ADSL o fijo? Puedes seguir esperando. ¿Un piquete ha afectado a la infraestructura que te presta servicio? «Cortan cables pero no se fijan demasiado en cuáles», lamentan fuentes de la competencia de Telefónica. Ayer eran detenidos seis técnicos por atentar contra el derecho al trabajo de sus compañeros y por daños.
Desde los operadores alternativos han confirmado que, según sus cálculos, en estos momentos hay entre 150.000 y 200.000 migraciones paradas. Porque no pueden dar altas hasta que el incumbente no dé las bajas. Pero es que, además, hay ya entre 40.000 y 50.000 personas incomunicadas.
¿Quiénes son inmunes? Los clientes de los cableros se han ahorrado la pesadilla, lo que parece una excelente noticia para Vodafone, que ha mantenido sin problemas su gran campaña de publicidad del servicio convergente Vodafone One. Los que tienen fibra con redes propias de Jazztel u Orange tampoco deberían tener problemas.
La gran bolsa de problemas está en el ADSL, tanto acceso indirecto como bucle desagregado, y en la fibra por acceso indirecto (NEBA) que Orange comenzó a comercializar hace algunos meses.
Desde los alternativos aseguran que la factura de este roto en sus cuentas va a correr a cuenta de Telefónica, que no está cumpliendo con sus obligaciones mayoristas, pero la cosa podría ir aún más lejos.
Beneficios ocultos
Según indican fuentes de Orange, este periodo de conflictividad se ha producido justo en un momento clave para el sector. Como Movistar había anunciado una subida de precios, se habían cancelado las permanencias de sus clientes y estos podían, hasta ayer, cambiar de operador sin penalización. «¿Pero cómo van a cambiar de operador si durante el periodo de contratación ha estado bloqueado el proceso de bajas y de altas?», lamentan desde Orange. Cree que, en este sentido, la revuelta ha beneficiado a la compañía. Los alternativos pedirán, cuando las cosas estén más tranquilas, una extensión del plazo para poder captar a los clientes descontentos.
Y esto no termina aquí. «Incluso si termina ahora la huelga, la cola de trabajos pendientes no se resolvería casi hasta agosto», señalan desde el operador francés, que para defenderse de sus clientes averiados ha comenzado a repartir routers 4G de los que los usuarios pueden descargarse hasta 30 Gb. No lo suficiente como para ver una serie de 23 episodios en alta definición, pero de sobra para el día a día de una oficina pequeña. El coste de la operación será de varios cientos de miles de euros.
¿Puede prolongarse este conflicto hasta septiembre? Confiemos en que no, pero en realidad, con las vacaciones de por medio, quizá el problema se perpetúe hasta la vuelta al cole.
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