La Infanta Cristina «se limitó a rubricar sin pedir explicaciones aquellos escritos que, muy ocasionalmente, se le solicitó que firmara en su condición de socio» de la compañía Aizoon, propiedad a medias con su marido, Iñaki Urdangarin.
Según el escrito de los abogados defensores Miquel Roca y Jesús María Silva, al que ha tenido acceso Europa Press y que fue presentado este miércoles ante el Juzgado de Instrucción 3 de Palma, «desde el día de su constitución el único administrador de Aizoon fue Don Iñaki Urdangarin, estando completamente al margen de la dirección y gestión cotidiana de la compañía» la Infanta. Rechazan así el presunto papel de la hermana menor del Rey como colaboradora necesaria en un presunto fraude del IRPF en 2007 y 2008 a través de esta empresa: «No tuvo absolutamente ninguna intervención en el cumplimiento de las obligaciones contables y fiscales de Aizoon».
Por otra parte, el exsocio de Iñaki Urdangarin al frente del Instituto Nóos, Diego Torres, ha remitido al juez José Castro más de 460 páginas con nuevos correos electrónicos que certifican, entre otros pormenores, que el Duque de Palma se hizo con un millón de euros tras adquirir, a un precio «simbólico» de 400 euros cada una, unas 49 acciones del Club de Golf de Sant Vicenç de Montalt cuyo valor ascendía realmente a unos 21.000 euros.
De hecho, en uno de los correos, a los que ha tenido acceso Europa Press, fechado en junio de 2003, un directivo de Euromanager se dirige a Urdangarin para comunicarle haber comprado en su nombre «48 ó 49» participaciones a «70.000 pts (400 euros)» cada una, a pesar de que éstas se estaban vendiendo «a 3.500.000 pts» y «no paran de subirlas».
«Basta multiplicar 48 por 3,5 millones… y aparte creo que se han portado muy bien y discretos. Obviamente no es que sean para vender, digo yo, al menos por ahora», le comenta el remitente, quien le dice al Duque que «sería simpático poner algunas a nombre de los niños, tal como he hecho yo con los míos».
Según el email, la operación se llevó a cabo previa consulta al secretario de las Infantas, Carlos García Revenga: «Carlos García me dijo que tenías que pagar las acciones a un precio «simbólico» –que yo pagué personalmente– (ya haremos cuentas)», le dice el directivo al Duque, a lo que éste responde en un siguiente correo: «Dime la entidad bancaria o cómo quieres que te pague».
Por otro lado, otro de los correos aportados a la causa certifican cómo el magistrado del Tribunal Supremo Ángel Aguallo, entonces letrado del Constitucional, asesoró al Duque en relación a uno de los negocios por los que éste cobró a través de la empresa Aizoon -cuya propiedad comparte con la Infanta Cristina- para defraudar a Hacienda.