El Ministerio de Industria estima que las obras para rehabilitar el Palacio de Congresos de la Castellana, en Madrid, y para construir un nuevo hotel con más de 200 habitaciones, costarán unos 90 millones de euros y durarán aproximadamente tres años, dando empleo posteriormente de forma directa e indirecta a más de 600 personas.
Así se recoge en el Estudio de Viabilidad que el Instituto de Turismo de España (Turespaña) someterá a información pública durante los próximos dos meses (hasta el 7 de diciembre), con la intención de convencer a posibles inversores de las bondades del proyecto.
El proyecto se adjudicará en régimen de concesión durante 40 años (incluyendo doce meses para la redacción de los proyectos), con un canon anual «prudente» de aproximadamente 1,25 millones de euros revisables según la inflación.
Según el documento, que recoge Europa Press, las obras de construcción del nuevo hotel de cinco estrellas costarán casi 22 millones de euros, mientras que las zonas de restauración (nuevas y rehabilitadas) requerirán de una inversión de unos 5 millones, la zona de reuniones y convenciones consumirá 54,66 millones más y la zona de ocio y áreas de servicios se llevarán 8,75 millones adicionales.
CONSTRUCCIÓN EN DOS FASES
Con ese dinero, el Plan Especial prevé tres años de obras en dos fases diferentes pero simultáneos: por una parte, construir una nueva torre de 17 plantas (seis menos de las mencionadas inicialmente) y reconstruir la zona afectada por un incendio en los años 90 que nunca se llegó a reconstruir, así como toda la superficie bajo rasante; y por otra parte rehabilitar el actual Palacio de Congresos.
Para ello habrá que demoler una parte del edificio de convenciones y exposiciones, aunque conservando la fachada principal y la que da al Paseo de la Castellana. Es más, el proyecto prevé la restauración por 450.000 euros del mural de Joan Miró que desde 1980 adorna el frontispicio principal del edificio y la remodelación de la plaza sobre la avenida General Perón.
HOTEL DE CINCO ESTRELLAS
El objetivo es contar con un hotel de cinco estrellas de 180 habitaciones dobles y 36 suites junior, así como un ‘lounge’ para ejecutivos, gimnasio, piscina con circuito de agua, spa con sauna, baño turco, bañera de hidromasajes y un «mínimo» de tres cabinas para tratamientos.
El nuevo Palacio incluirá también entre sus instalaciones un restaurante con un menú a la carta basado en los «platos típicos de la gastronomía local», así como un bar de comidas exprés en el lobby del hotel y otro restaurante-bar con terraza donde se sirvan tapas y cócteles de autor.
En el Estudio de Viabilidad el Ministerio incluye también una previsión de eventos, donde se cifran en medio centenar las bodas que se podrían celebrar en este complejo con un precio de 170 euros por persona, así como unas 140 cenas de empresa a 60 euros por persona o unos 75 eventos personales que vendrían a costar unos 55 euros por invitado. A ello habría que sumar el alquiler de las instalaciones, que podría rondar los 20 euros por persona.
ZONA DE NEGOCIOS
En cuanto a la zona de convenciones, el proyecto comprende un auditorio para 1.000 personas equipado con traducción simultánea, catorce salas adaptables a grupos de entre 15 y 65 personas, cuatro grandes salas de banquetes para hasta 250 invitados, otras cinco salas de conferencias o exposiciones con un aforo de unas 250 personas, una gran sala de exposiciones modulable con capacidad de hasta 600 personas y un ‘business center’ totalmente equipado.
Además, el complejo contará con un patio interior/exterior que se podrá usar para eventos al aire libre y con el actual aparcamiento cubierto, que ganará 216 nuevas plazas con la ampliación de uno de los sótanos para liberar algunos puestos de aparcamiento del nuevo hotel.
El documento incluye asimismo una previsión de resultados de explotación, con 7,88 millones de euros de beneficio bruto de explotación (Ebitda) antes de la deducibilidad de los gastos financieros) en el quinto año –los cuatro primeros ejercicios son fase de promoción— y hasta 16,78 millones de Ebitda el último año de la concesión. «Consideramos que el proyecto es viable y susceptible de ofrecer una rentabilidad mayor», se añade.
La hipótesis del Gobierno es que el 65% de los ingresos provengan de las convenciones, reuniones exhibiciones, frente a un 20% del segmento negocios, un 8,5% de los eventos sociales y otro 6,5% de pernoctaciones de fin de semana o estancias alargadas tras congresos o conferencias. Por eso, recomienda a quien se haga con el contrato que recurra a un operador especializado para la explotación.
NO CAMBIAR EL PROYECTO
Por otra parte, Industria recuerda a los interesados en este proyecto que el Plan Especial del Palacio de Congresos y Exposiciones ya cuenta con un acta favorable de la Comisión Institucional de Patrimonio Histórico Artístico y Natural (CIPHAN), por lo que «se desaconseja absolutamente» modificar el proyecto, al margen de redactar un proyecto especial para los elementos protegidos.
Así las cosas, el siguiente paso a dar por el concesionario sería solicitar la licencia de obras al Ayuntamiento, ya que ni el proyecto ni la actividad prevista para este complejo están sujetos a informe de impacto ambiental.
No obstante, el Ejecutivo señala que «socialmente no sería comprensible que se acometiera una obra de tal envergadura en un edificio público sin invertir en que el consumo futuro y los efectos contaminantes derivados de su explotación fueran minimizados al máximo», y por ello advierte de que se tendrá en cuenta el «compromiso con la sostenibilidad y la eficiencia energética» en la valoración de las ofertas.
De hecho, el documento hace incluso algunas sugerencias para convertir este edificio en un «hito», tales como orientar las fachadas de la torre adecuadamente para minimizar el consumo de energías, colocar protectores del soleamiento en las fachadas más expuestas, crear una cubierta ajardinada aprovechando la zona de la piscina o hacer un patio de ventilación que permita la circulación controlada de aire, así como instalar domótica en todo el edificio.
Con estas precauciones, y dado el «gran potencial de crecimiento» de Madrid en el ámbito del turismo de negocios y la «tendencia creciente» de su sector hotelero, el Gobierno considera «justificado» el proyecto, y señala otros argumentos a favor del proyecto como la cercanía del estadio Santiago Bernabéu, la ubicación, la oferta comercial de la zona, las buenas comunicaciones y aparcamientos, o la falta de hoteles de cinco estrellas en esta parte de la capital.
TRES AÑOS CERRADO
El Palacio de Congresos cerró sus puertas a finales de 2012 tras detectar diversas deficiencias en materia de autoprotección y seguridad, que obligan a realizar una rehabilitación integral en el edificio. Sin embargo, Turespaña reconoció entonces que no contaba con fondos suficientes para acometer esta inversión, y que debería recurrir al sector privado.
Ahora, el Gobierno cree que una concesión de obra pública es «la manera idónea de acometer esta inversión» porque se posibilita una financiación «fuera de balance», evitando su impacto en las cuentas públicas del Estado y transfiriendo de forma mayoritaria los riesgos a la iniciativa privada, además de porque se adelanta la ejecución de los trabajos y se anticipan los beneficios para la ciudadanía.