A Ahora Madrid le olía mal el servicio municipal de limpieza, así que era cuestión de tiempo que en la formación se remangaran para sacarle brillo. Fruto de la negociación del consistorio con las empresas, no sólo se están paralizando los expedientes de regulación de empleo en las concesionarias de la limpieza de las calles sino que, además, se están incorporando nuevos trabajadores. ¿Pero serán suficientes? Si no cumplen, volverán las amenazas de remunicipalización.
La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, explicó recientemente en un encuentro informal con periodistas que las conversaciones con estas compañías están dando sus frutos: en las próximas semanas se incorporarán decenas de operarios a las contratas de limpieza, en el marco del acuerdo verbal por el que 500 barrenderos se incorporarán a las calles, un programa de emergencia que se presenta el próximo día 30 de octubre, junto con los últimos detalles de la iniciativa de repartir ceniceros para evitar colillas en el suelo.
Por el momento, los sindicatos tienen constancia de que 7 nuevos trabajadores se han incorporado ya a la plantilla que cubre el lote 1, en el que se incluyen los distritos de Centro, Chamberí, Tetuán y Argüelles. Una situación que aún dista mucho de los expedientes de regulación de empleo que plantearon algunas de las compañías concesionarias, medidas que provocaron la huelga de limpieza en Madrid.
Los sindicatos sólo tienen constancia de la incorporación de 7 nuevos trabajadores
Sobre este primer lote no pesaba ningún plan de ajuste de plantilla, aunque sobre el resto sí, según el responsable de UGT de la rama de limpieza viaria de Madrid, Juan Carlos del Río. En el segundo, el tercer y el cuarto lote están camino de paralizarse los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que las empresas habían comenzado, mientras que en los lotes 5 y 6 se han retirado los ERTE definitivamente, con la promesa de añadir 38 nuevos operarios y de ampliar la jornada de 50 trabajadores.
“Va la cosa bastante bien, aunque quedan algunos flecos”, reconoce Del Río, quien precisa que la mayoría de los contratos todavía no se han concretado.
Las complicaciones de este proceso de refuerzo de los servicios de limpieza derivan del blindaje que tienen los contratos de concesión, subraya este representante sindical.
Para poder imponer sus exigencias, el equipo de la alcaldesa Manuela Carmena tiene que hacer “encaje de bolillos” porque “aunque haya voluntad política, hay dificultades técnicas”. “Este tipo de contratos no se podrían haber hecho peor. Son un desastre completo”, critica Del Río, que culpa a la anterior corporación municipal, dirigida por Ana Botella, de la merma en la calidad de la limpieza.
“A raíz de los contratos integrales, se produjeron rebajas de hasta un 40% del presupuesto. Eso dio lugar a la huelga de los 13 días del personal de limpieza”, asegura el sindicalista. El Ayuntamiento se ha llegado a plantear la remunicipalización del servicio, explica, pero los acuerdos con las compañías están todavía en vigor, por lo que el consistorio tendría que hacer frente a indemnizaciones millonarias si decidiera romperlos, algo que por el momento han descartado.
Una relación complicada
A las empresas -entre las que están las principales firmas españolas de construcción y servicios como FCC, Ferrovial, ACS y Sacyr– no les quedaba otro remedio más que replantearse su estrategia en la capital, después de los toques que les han venido dando desde Ahora Madrid.
No tenía pinta de que las declaraciones que llegaban de la candidatura ciudadana fueran bravatas, dado que el actual gobierno del consistorio ya planteó durante la campaña de las elecciones una remunicipalización de la limpieza en Madrid. Así que o mejoraban el servicio o corrían el riesgo de perder los contratos.
Que Madrid estaba hecha una porquería saltaba a la vista; por ello, el Ayuntamiento ha puesto en marcha una campaña especial de limpieza. Aunque supuestamente una de las soluciones que Carmena llegó a barajar fue poner a los universitarios a adecentar la ciudad, la alcaldesa explicó que sólo propuso trabajo comunitario estudiantil para los estudiantes y únicamente para adecentar el campus después de los botellones.
Lo que sí es cierto es que se incorporarán a la lucha contra la mugre jóvenes de la Agencia para el Empleo de Madrid que harán sus prácticas en los servicios de limpieza.
Esta iniciativa es un complemento de la política de Carmena, que hasta que no vea las calles limpias no dejará de amenazar con el estropajo a las concesionarias.
Foto: Flickr – Daniel Lobo