Las seis compañías del sector cotizadas en el Ibex 35 han conseguido una facturación de 15.345 millones de euros en el primer trimestre de 2015, pero la actividad constructora en España sólo les ha supuesto un 7,57% del total de sus ingresos.
Las constructoras españolas aprendieron que si querían sobrevivir tras la crisis del año 2008, o se iban fuera o se diversificaban. O las dos. Y de aquellos polvos, aquestos lodos.
Tras el rosario de presentaciones de resultados trimestrales de las últimas semanas, el sector ratifica la vuelta de la confianza. No en vano, España lidera la recuperación de la importancia del ladrillo en la economía; el crecimiento se deja notar desde hace tiempo, pero con especial fuerza desde enero, cuando la actividad constructora subió el 14,4%, la mayor alza entre los socios de la Unión Europea.
Los datos de las seis constructoras cotizadas en el Ibex 35 (ACS, Acciona, FCC, Ferrovial, OHL y Sacyr) vienen a corroborar esta mejoría. Entre las seis han ingresado más de 15.345 millones de euros entre enero y marzo de este año, el 8,04% más que en el mismo periodo del año anterior.
Los datos son mucho mejores si se compara el beneficio neto que ha obtenido esta media docena de firmas. De 353,69 millones se ha pasado a 447,78 millones, una notable alza del 26%.
Eso sí, la crisis ha cambiado tanto a las seis empresas que ya no las conocen ni en su casa. Se podría decir que las constructoras son cada vez menos constructoras, aunque se siguen dedicando mayoritariamente al negocio.
El negocio tradicional
Por su actividad constructora, estas seis multinacionales han ingresado 8.825 millones de euros, lo que supone tan solo un 57,51% sobre el total. Las que más le siguen dedicando a su producción tradicional son ACS (5.993 millones, el 69%) y OHL (613 millones, el 67 %), mientras que las que están menos pendientes son FCC (29%) y Acciona (35%).
Pero una vez que se opone su negocio en España y en el extranjero, la balanza se desequilibra todavía más. La construcción en España “solo” les ha reportado a las seis grandes 1.161 millones de euros en el primer trimestre, una cifra que supone el 13,16% de su negocio constructivo en todo el mundo y el 7,57% sobre el total de su facturación.
Especialmente significativo es el caso de ACS, que obtiene el 94% de sus ingresos del ladrillo en el extranjero. Pero, en general, todo el mundo confía más en los demás países: las seis compañías tienen, en este sentido, porcentajes por encima del 50%.
La segunda compañía por mayor participación del extranjero en su negocio de construcción es OHL, la multinacional propiedad de Juan Miguel Villar Mir, que precisamente pasa estos días por algunos problemas en México.
Hace algunos días se filtró una supuesta conversación entre directivos de la compañía, en la que se reconocían unas prácticas que podrían ser irregulares. Aunque la empresa afirmó que su actuación se enmarca siempre en el respeto a la legalidad y que había abierto una investigación interna, las víctimas no han tardado en producirse.
Uno de los protagonistas involucrados en las conversaciones publicadas, Pablo Wallentin Crawford, ha presentado recientemente su renuncia, como ha informado la filial de OHL en México. Pero los problemas en la compañía no se acaban con la dimisión: la agencia de calificación Moody’s ha avisado de que la nota de la subsidiaria mexicana está en revisión, con lo que abre la posibilidad de bajarle la puntuación.
Por si no fuera poco, el negocio de México también es un problema en el balance de la matriz, ya que la inflación en el país americano ha impactado negativamente en sus cuentas, según ha explicado en su presentación de resultados.
Llueve sobre mojado en OHL, que ha caído un 9,35% en bolsa en un mes.
Foto: Flickr – Eneas de Troya