Caminas por la orilla del mar y te encuentras a alguien interesante, sacas tu ‘smartphone’ y tomas una fotografía sin que se dé cuenta. ¿Es ilegal lo que has hecho? ¿Puedes además publicarlo en redes sociales? Si bien es cierto que la Constitución ampara el derecho a la información y a la libertad de expresión, también protege el derecho a preservar la imagen y la intimidad. Esto se traduce en que, si captas una imagen o grabas un vídeo de alguien sin su consentimiento y lo publicas, podrías ser denunciado por esa persona. Es más, el simple hecho de realizar la grabación y la fotografía es punible incluso aunque no lo publicaras.
Natalia López, responsable legal de Energy Sistem, recuerda: “La ley sólo permite dos supuestos para poder sacar fotografías o vídeos de alguien sin su consentimiento. Si se trata de una persona pública en un acto o lugar público o si el material gráfico tiene fines informativos y es considerado de interés público”. Tampoco hay problema si haces capturas panorámicas de sitios públicos, en cuyo caso no hará falta el permiso de las personas que aparezcan, a no ser que a raíz del hecho retratado pueda verse dañado su derecho a preservar la imagen. Es decir, en caso que un tercero entienda que se ven lesionados sus derechos, podría solicitar la retirada de la imagen [según lo dispuesto en la Ley Orgánica 1/1982 de 5 de mayo de derecho al honor y a la propia imagen].
Pero imagina que estás en un concierto o festival, y tu grupo favorito empieza a tocar una de tus baladas favoritas. ¿Es legal guardar para siempre ese momento único? ¿Puedo grabar vídeos o hacer todas las fotos que quieras en semejante contexto? Hace no muchos años, los organizadores de estos eventos prohibían acceder con cámara de fotos a sus recintos, por lo que la única manera de guardar un recuerdo era recurriendo a la memoria, y no precisamente la ROM. Hoy en día, los organizadores de eventos musicales han sabido reconocer el valor publicitario que tiene permitir a los asistentes divulgar fotos y vídeos de las actuaciones. Aunque cuidado, ni siquiera en la era digital en la que vivimos está todo permitido.
Tal como explica el despacho de abogados dPG Legal: “Incluso si las fotos y vídeos que tomen los asistentes son exclusivamente para su uso personal, cualquier imagen de un tercero tomada sin su permiso podría ser una intromisión ilegítima en su intimidad. Aun acogiéndose a los supuestos que contempla la Ley Orgánica 1/82 y que ha mencionado la responsable legal de Energy Sistem, será un juez el que interprete la ley y quien decida que el uso que hemos hecho a nuestras fotos y vídeos se acoge a la legalidad. En definitiva, cuidado con el material que colgamos en cuentas de Twitter, Facebook o Instagram. Por supuesto, la ley tampoco ampara que estas fotos y vídeos sean utilizados con fines comerciales o de lucro personal sin permiso explícito de los organizadores”. Sus Departamentos de Prensa suelen ser los encargados de conceder estos permisos y hay que tener especial cuidado porque ya ha habido casos en que se han emprendido acciones legales por ello.
Además, Energy Sistem aconseja no subir fotos de las entradas a redes sociales. Así evitarás que alguien pueda clonarlas (al aparecer el código Bidi o de barras) y acabes teniendo problemas para acceder al recinto del evento.
Desde la firma de tecnología española también apuntan que algunas compañías organizadoras se reservan el derecho a utilizar fotos personales de los asistentes con fines comerciales. Por lo que, si alguna vez apareces en un anuncio de un festival gritando junto a tu pareja, que no te sorprenda.
Pero no hay por qué alarmarse. Más bien al contrario, pues gracias al desarrollo de la tecnología cualquiera puede disfrutar de la mejor experiencia fotográfica con su ‘smartphone’. Sólo hay que ser consciente de lo que está permitido hacer con la tecnología, para que nos siga facilitando la vida en lugar de complicarla. Controlar los instintos antes de hacer clic y pedir permiso.