Los afectados por el hundimiento de Viajes Marsans han relatado los perjuicios que les supuso la quiebra de la compañía en la segunda jornada del juicio que se sigue en la Audiencia Nacional contra Gerardo Díaz Ferrán, exconsejero del grupo y antiguo líder de la patronal CEOE. «Perdimos la ilusión. No es justo que se queden con el dinero de los obreros que hemos estado trabajando», ha dicho uno de ellos.
Una veintena de perjudicados personados en la causa como testigos han detallado ante el tribunal que el cierre de Marsans, que se produjo después de que el 20 de abril de 2010 la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) le retirara a la licencia para vender billetes de avión por sus repetidos impagos, les hizo perder el dinero que habían invertido en las reservas sin poder disfrutar de los viajes que habían contratado.
Uno de los testigos, que ha declarado por videoconferencia desde la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Sevilla, ha señalado que, al no poder disfrutar del viaje que habían contratado, tanto él como su mujer perdieron la «ilusión» que tenían y se quedaron «deprimidos». «Ahora tengo un 65 por ciento de minusvalía y mi situación es peor», ha añadido.
Los afectados contrataron viajes a China y Eurodisney, cruceros por las capitales bálticas o Venecia y paquetes turísticos como el denominado ‘Brisas del Mediterráneo’, que les costaron entre 130 y 5.834 euros, según el escrito de acusación de la Fiscalía. Entre el 1 de marzo y el 31 de julio de 2010, el Grupo Marsans formalizó reservas que dieron lugar a 7.560 depósitos de clientes, de los que 4.706 no han sido devueltos y se destinaron a fines ajenos a la actividad del grupo.
Bodas de oro con toda la familia
Una de las testigos que ha comparecido en Madrid ha indicado que en 2009 contrató un crucero para celebrar el 50 aniversario de boda de sus padres al que iban ir ellos y sus 12 hijos, con un coste de 7.995 euros para garantizarse la reserva. Al enterarse de que no podían disfrutarlo, tuvieron que volver a contratar el servicio.
Otra de las afectadas, que ha declarado por videoconferencia desde Las Palmas, ha señalado que esperaban que les devolviesen los 3.000 euros que se habían gastado porque pensaban que Marsans era «una empresa solvente». «Finalmente sí hice un viaje pero no el que yo quería. Para mí es importante tener un ocio con mi familia», ha señalado.
El fiscal solicita que tanto Díaz Ferrán como el último director general de Marsans, Iván Losada, sean condenados a cuatro años de cárcel por un delito de apropiación indebida que habrían cometido al quedarse con 4,4 millones de euros de viajes contratados que nunca se llegaron a prestar.
Continuará a finales de enero
El juicio, que continuará los días 28 y 29 de enero, tuvo que ser suspendido en noviembre pasado porque Díaz Ferrán no podía escuchar correctamente por una deficiencia en su audífono.
En su escrito provisional de acusación, el fiscal Daniel Campos defiende que los dos acusados se apropiaron indebidamente de las cantidades entregadas por los clientes para la adquisición de billetes y que los usuarios de Viajes Marsans y sus filiales Tiempo Libre, Rural Tours y Viajes Crisol perdieron las cantidades depositadas por sus reservas de viajes cancelados.
Sin embargo, tanto Díaz Ferrán como Iván Losada sostienen en sus escritos de defensa, a los que ha tenido acceso Europa Press, que Pascual era el «único» que tenía capacidad ejecutiva, ordenaba y «mandaba» en Viajes Marsans. También dicen que la compañía en ningún momento quiso «engañar» a sus clientes y que vio bloqueada su actividad como consecuencia del «colapso financiero» sufrido al no conseguir refinanciar sus deudas.