A pesar de que es innegable que el número de interproveedores de Mercadona no ha dejado de aumentar desde que en 2009 la compañía anunció la retirada de un millar de referencias en sus lineales y distanció drásticamente su oferta de la de otras cadenas, lo cierto es que los últimos años también han estado plagados de desencuentros y ‘desenganches’, el proceso por el que se conoce el distanciamiento en las relaciones.
Si un proveedor quiere ser un interproveedor de Mercadona tiene que casarsecon la empresa de Juan Roig, que le garantizará una facturación determinada y le forzará a asumir todos sus procesos. Si un proveedor es como un novio, un interproveedor es como el marido de una esposa que, pese a ser muy deseable, también es notablemente mandona.
La compañía sólo comenzó a hacer pública su lista total de interproveedores en el año 2012. Desde entonces hasta 2015, el número de empresas a las que se reconoce esta figura ha pasado de 106 a 125. El año de mayor crecimiento fue 2014, con once nuevas empresas en el círculo de confianza.
El ejercicio 2015 se saldó con cuatro novedades –los huevos de chocolate Mon Desir, los mejillones de AMC, las conservas de pescado de Ubago (que ya había sido interproveedor hasta 2011) y los precocinados Cinco Tenedores–, lo que llevó a la compañía de presumir, en su última memoria, de una inversión total de compras en España de 15.393 millones de euros, el 85% del total. En el mismo periodo, los interproveedores han invertido 525 millones de euros y han puesto en marcha 67 nuevas fábricas y líneas de producción.
Sin embargo, no todos los matrimonios han sido felices y tenemos casuísticas muy diferentes de divorcio o separaciones que han ido modificando la lista con los años.
Un caso inhabitual, por ejemplo, fue el de los yogures de la francesa Senoble, que fueron adquiridos por Schreiber Foods y mantuvieron su condición de interproveedor. También llamó la atención la fugaz presencia en el ranking de interproveedores de Deafi, la sociedad creada con Rafael Montagud para fabricar cuchillas de afeitar, que tuvo una vida de apenas un año.
El interproveedor Agua de Cortes fue adquirido por Importaco, que a su vez es interproveedor de frutos secos a través de Casa Pons. Ésta creó Bebidas Naturales y después absorbió Aguas de Bronchales.
La quesera gallega Casa Macán pasó de interproveedor a proveedor al ampliar el número de empresas a las que servía, uno de los motivos más habituales para la separación. Por su parte, Dupán fue absorbida por El Nou Molí para seguir manteniendo la figura de interproveedor de bollería, que ahora ocupa a través de la marca La taberna de Utiel.
El proveedor de tecnología logística alemán Witron llegó también a aparecer como interproveedor en 2011 y ha seguido trabajando para el conglomerado pero sin volver a recibir dicha denominación. El grupo cárnico Siete Islas se cayó de la lista tras ser adquirido por Egatesa. Grupo Sada, filial de Nutreco, se desenganchó para ser sustituida por Avinatur.
Incluso se han producido amagos de divorcio. Cuando Agromediterránea pidió el desenganche, la situación se zanjó con la compra de la compañía por parte de Grupo Alimentario Citrus, accionista único de otro interproveedor, Verdifresh, que les devolvió a la senda del interproveedor.
Actualmente, los quesos de la murciana Montesinos están en periodo también de salida, ya que la compañía pasará de interproveedor a proveedor.
Un caso curioso de abandono, si bien nunca fue interproveedor, fue el de la empresa de snacks valenciana Velarte. “Nos pidieron ser interproveedores, y cuando les dijimos que no nos sacaron del lineal y nos sustituyeron con otra marca (Anitin) que presentó productos casi idénticos a los nuestros. Tuvimos que lanzar la web yanoestamosenmarcadona.com (ya en desuso) para advertir a nuestros clientes”, explican a SABEMOS fuentes de la compañía.
¿Qué resultados tienen estos cambios para las empresas?
En realidad, depende. El primero es que se recupera la autonomía, pues aunque Mercadona gusta de presumir de la independencia de sus interproveedores, de puertas para adentro muchos reconocen que la intervención de la cadena en su actividad es enorme. Probablemente los dos casos más brillantes, ejemplos de cómo sobrellevar el divorcio, sean Postres Reina y Dulcesol.
Postres Reina (también controla la marca Postres Montero) es una empresa casi centenaria (este año cumple los 90 años) que no sólo están fabricando 1,5 millones de postres diarios, sino que ha ampliado su producción a los yogures y ha llevado su diversificación a comprar Aguas de Cantalar. Su salida de Mercadona, y la buena imagen de marca que se granjeó entre sus consumidores, le reforzó una vez amplió su campo de actuación.
Dulcesol, por su parte, tampoco tiene motivos para quejarse. Sus ventas crecieron un 3,6% en 2015, sobre una producción de casi 135.000 toneladas. Su planta en Oran les ha llevado a la primera posición del sector en Argelia y el mercado internacional supone ya más de un 13% de su negocio, con más de 40 millones de facturación. Cuando les han preguntado por los motivos de la separación, la respuesta siempre tiene que ver con la necesidad de no ceñirse a una cadena que, por grande que sea, opera en España.
Berioska ha tenido una trayectoria más agitada. Con la salida de Mercadona para desarrollar su propia marca, Babaria, vieron un desplome en las ventas que se fue remontando, si bien con mejores márgenes. Nunca volvieron a facturar lo mismo que en 2008. Otro caso de desenganche fue el de la empresa de tomates y plátanos Bonnysa, que se vio abocada a un ERE tras la ruptura.
¿Conviene más quedarse o irse? Depende del caso, de las expectativas y de cómo se ejecute una vez que no vivas bajo el paraguas de la compañía. Mercadona es como una esposa o como una madre. Las empresas que se han ido pueden disfrutar de la libertad y comprarse un descapotable, sí, pero también pueden descubrir en en la calle puede llegar a hacer mucho frío.