Los dibujantes satíricos que abandonaron la veterana revista de humor El Jueves por haber sido coartados en su libertad de expresión han vuelto a las andadas en su nueva publicación, Orgullo y Satisfacción , con una nueva versión de la misma portada que en su día llevó a dos de sus fundadores ante los tribunales. Lo hacen en un número sobre la ley mordaza, pero difícilmente ésta vaya a utilizarse para volver a multarles por injurias a la Corona.
Los dibujantes Guillermo y Manel Fontdevila, autores tanto de la portada de hoy como la de 2007, así como sus compañeros Albert Monteys, Bernardo Vergara, Paco Alcazar, Mel, Paco Sordo o Triz, abandonaron la publicación cuando la editora, RBA destruyó sin mediar solicitud oficial alguna 60.000 ejemplares de la revista, en cuya portada aparecía el Rey Juan Carlos entregándole una corona maloliente a Felipe VI. El mismo nombre de su publicación, Orgullo y Satisfacción, tiene un innegable aroma monárquico.
La portada en cuestión, en la que los aludidos no están en pleno coito, como sí pasaba en la anterior, es una provocación expresa a la ley mordaza del Partido Popular, hasta el punto de que en la primera página de la publicación se describe con viñetas una escena en la que el consejo de redacción de la revista hace coaching a Guillermo para una posible declaración ante un tribunal. En todo caso, la Ley de protección de la seguridad ciudadana no contempla en su articulado ningún cambio que afecte a las injurias contra la Corona. La nueva redacción del código penal sí incorpora un nuevo artículo que podría entender como delito de terrorismo una amenaza a la Corona en redes sociales. Algo que, evidentemente, no es el caso.
Lo que sí es posible es que a los dibujantes les caiga otra multa. El juez Del Olmo, a petición de la Fiscalía, acordó entonces el secuestro de los ejemplares del número 1.573 de El Jueves, publicado en 2007, así como del molde de la publicación. En noviembre de ese año, el juez José María Vázquez Honrubia multó con 3.000 euros a cada uno de los dibujantes por un delito de injutias contra la Corona al considerar que la viñeta de los Príncipes de Asturias era innecesaria para realizar una crítica al cheque-bebé del Gobierno, tal y como aducían sus autores. La suma fue la mitad de la que había solicitado la Fiscalía.
Si en su día Guillermo, el dibujante de la portada, se burlaba sobre que los moldes «hace años que no existen», la situación es hoy diferente, ya que la nueva publicación, al ser digital, no puede retirarse de ningún kiosco. Llega puntualmente a primeros de mes a miles de suscriptores en formatos PDF y CBR. El CBR es el tipo de archivo más utilizado para piratear tebeos en internet, y difícilmente decisión judicial alguna pudiera frenar su difusión en caso de hacerse viral.
Concurre además otra situación peculiar, y es el llamado efecto Streisand, el fenómeno de Internet según el cuál el intento de censura de un contenido resulta siendo contraproducente para el censor al alcanzar el objeto de la censura una notoriedad mucho mayor de la que nunca habría logrado por su cuenta. Si vuelven a emprenderse acciones contra los dibujantes, la portada se difundirá como lo hizo en su momento la anterior.
En los créditos de la publicación, junto al ISSN, aparece una frase que refleja muy bien sus principios: «Pedimos disculpas si en alguna ocasión hemos hecho algún chiste que no haya ofendido a alguien».