Una torre para unirlos a todos y atarlos para los próximos 18 meses a la tierra de tu operador preferido, donde mora la permanencia.
¿Puede un sector surgir de la nada? Eso es lo que ha sucedido con las torres de comunicaciones en Europa, un sector de feas estructuras dominadas cada vez menos por los operadores y cada vez más por empresas europeas como la española Cellnext.
No es que las torres gocen de muy buena fama. En las telecomunicaciones españolas todavía se recuerda la bronca que echó al sector el exministro socialista de Industria, Turismo y Comercio, Joan Clos, muy enfadado con la “fealdad” de los mismos dispositivos que se necesitan para que no puedas quejarte de la poca cobertura que tienes.
Además, son un activo importante para las operadoras pero poco valorado. La cotización de Telefónica, por ejemplo, pocas veces refleja la cantidad y variedad de sus activos físicos, fruto en parte del antiguo monopolio pero también de una considerable inversión realizada desde la privatización. De hecho, las infraestructuras móviles son la parte menos “incumbente” de su negocio, si recordamos que la privatización se produjo entre 1995 y 1999.
La privatización de las torres surge, o por la necesidad de un operador de conseguir recursos para cualquier cosa, pasando a alquilarlas después de venderlas, o por el interés en ponerlas en valor, como ha sucedido con la reciente creación de Telxius, una sociedad que aglutinará 15.000 torres de distintos países y más de 31.000 kilómetros de cable submarino. ¿El objetivo? Con el tiempo, sacarla a bolsa.
El de las torres es un negocio atractivo para empresas como Abertis, que el año pasado sacó a bolsa su filial de infraestructuras terrestres Cellnex, después de unos años aglutinando torres de la propia Telefónica, de Yoigo o de la italiana Wind.
Cellnex ya tiene 15.119 torres y su objetivo a corto plazo es hacerse con la participación mayoritaria en la compañía de torres Inwit que Telecom Italia tiene en venta. Una operación que, según reconocieron fuentes de la compañía a SABEMOS, “tiene mucho sentido industrial, porque ya tenemos la red en el país”. Si se ponen de acuerdo en el precio –Inwit está valorada en 2.800 millones–, la compra supondría para Cellnex la incorporación de más de 11.000 torres adicionales y certificaría su condición de gran cazador en el proceso de consolidación europea del mercado.
“Conceptualmente, está claro que vamos a analizar cualquier operación que haya en el mercado europeo. A nadie escapa que hay un proceso de consolidación en el mercado de operadores y los operadores de infraestructura también van a aprovecharla”.
Otros mercados
En un artículo sobre la materia en ‘Financial Times‘ se explica cómo en EEUU el modelo estaba ya arraigado con empresas como America Tower, y que el modelo está popularizándose en África, donde compañías como Helios Towers han surgido a por su experiencia en llevar torres allí donde resulta difícil hacerlo.
En el resto de Europa la cosa avanza. La esperada fusión entre Three y O2 en Reino Unido probablemente supondrá la creación y la venta de numerosas torres. ¿Candidatas? La propia Cellnex o la británica Wireless Infrastructure (WIG), respaldada por el fondo de pensiones Babson Capital, que ya cuenta con 2.000 torres y tiene disponibles para gastar mil millones de libras en el sector durante los próximos tres años. Su rival en el mercado, Arqiva, está en plena evaluación de su situación y estudia la venta o salida a bolsa de algunos activos, lo que ha atraido el interés de compañías como America Tower.
En todo el mundo, más de dos tercios de todas las antenas están controladas y operadas de forma independiente. Según un informe de EY citado en el mismo artículo de ‘FT’, España ocupa el sexto lugar en la lista, por detrás de EEUU, Holanda, Reino Unido, Irlanda y Francia.