Los sindicatos de Vodafone y de Ono han convocado cuatro jornadas de huelga, que corresponderán a los días 21, 28, 29 y 30 de septiembre, contra el Expediente de Regulación de Empleo (ERE), según informan desde CC.OO.
Serán 492 los empleados de la filial española de Vodafone y 805 de Ono, los que se vean afectados por el ERE planteado. Ono cuenta con una plantilla de 2.500 trabajadores, mientras que Vodafone emplea a 3.700 personas, por lo que el ERE afectaría al 20,9% del total de ambas empresas, que suman 6.200 empleados.
En el marco de las movilizaciones contra el ERE, los sindicatos tienen prevista una concentración en Madrid esta misma tarde a las 18.30 horas en la Puerta del Sol (frente a la tienda de Vodafone), que se repetirá todos los miércoles de septiembre. Además, el sábado 19 de septiembre se convocará una manifestación en Madrid de ámbito nacional, a la que acudirán trabajadores y delegados de CC.OO. de toda España. Asimismo, los representantes sindicales platean manifestaciones todos los sábados de este mes de Fuencarral a Sol de 12.00 a 14.00 horas.
Fue el pasado 1 de septiembre cuando tuvo lugar la primera reunión entre sindicatos y la empresa, donde se entregó a los representantes de los trabajadores documentación sobre el proceso. CC.OO. presentó un informe de alegaciones al considerar que esta documentación adolece de «defectos graves».
«La justificación técnica del despido colectivo que se plantea es común a ambas sociedades, lo cual califica el ERE casi como premonitorio, tal y como se está planteando», añaden. Para el sindicato, el ERE debiera ser una consecuencia de la situación que existe en la empresa, mientras que se plantea como anticipo a una «futurible» fusión a mediados de 2016, alegando causas anteriores a la compra de Ono por Vodafone.
El sindicato también critica que la empresa, en su memoria, señale que el despido colectivo no se configura como «una última ratio» a la que acudir en situaciones «extremas» sino que es una «técnica normalizada» de gestión empresarial. Para CC.OO., esto hace «difícil» cumplir con el objeto del periodo de consultas del ERE, que no es otro que paliar los graves efectos para la plantilla y evitar la destrucción de empleo.