España, un país con más de 40 millones de habitantes, parece un lugar pequeño para los taxistas. Ellos o nadie. Ese es su planteamiento con respecto a cualquier otro actor que pretenda hacer negocio en el sector del taxi. Así, siguen mostrando su rechazo, y ahora son las licencias VTC su nueva obsesión. A su favor, que la cuestión impositiva sigue siendo el talón de Aquiles de algunas plataformas y ese es un gran argumento.
Los últimos en alzar la voz han sido los autónomos. SMC-UGT y Uniatramc (Asociación de Autónomos del Transporte) creen que la viabilidad de las empresas y trabajadores del taxi corren «grave riesgo» ante un posible cambio en la normativa que ahora regula a las empresas de vehículos de alquiler con conductor (VTC). Esto es una alusión directa a Cabify y, además, el miedo a que Uber vuelva en forma de servicio cuyos conductores tengan este tipo de licencia y puedan operar sin problema. Situación que se espera para el primer trimestre de este año.
Por eso, ambas organizaciones del taxi han solicitado una reunión con la Dirección General de Transportes por Carretera para que este organismo, dependiente de Fomento, aclare su postura al respecto, tras la impugnación de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) de la normativa que regula a las empresas de VTC.
SMC-UGT y Uniatramc han transmitido en una nota su preocupación por la «situación de indefensión en la que podría quedar el taxi». Han precisado que este proceso «está encaminado a romper» el actual equilibrio en el sector.
Si el requerimiento interpuesto por la CNMC prospera en cuanto a la anulación de algunos preceptos del Real Decreto sobre arrendamiento de vehículos con conductor, SMC-UGT y Uniatramc han alertado del «grave riesgo» para el futuro de más de 70.000 empresas de taxis y cerca de 130.000 puestos de trabajo», entre autónomos y asalariados. Ambas organizaciones han comentado que no entienden cómo un organismo como la CNMC «parece actuar contra la actual legislación».
Han agregado que esta actuación podría «perjudicar» tanto a usuarios como a los prestatarios públicos del servicio del taxi. Por ello, tanto SMC-UGT como Uniatramc han anunciado que adoptarán cuantas medidas consideren «necesarias para evitar la destrucción» del sector.
No están solos
Esta ofensiva contra las licencias VTC, es decir: Cabify y Uber, tiene a todos los actores del taxi implicados. Así, recientemente denunciaban públicamente que “el organismo regulador (CNMC) quiere destrozar la convivencia del sector del transporte”. El presidente de Fedetaxi, Miguel Ángel Leal, manifestaba que ellos no protestarán contra el Gobierno, sino que lo hacen contra este organismo.
Aunque Leal va más allá en sus acusaciones y afirmaba que “la CNMC se ha obsesionado con acabar con el sector del taxi”. Cree que “no es natural que una ley aprobada en el Congreso sea modificada porque lo diga un organismo regulador”. Pero no es el único enemigo. Lógicamente todas estas declaraciones tienen un destinatario: Uber. Así, cree que “el regulador está siendo su ariete para favorecer sus intereses”. Piensa que deberían ser estas empresas que llegan las que se adaptasen a las normas y no al revés.
El presidente de Fedetaxi no rehúsa de la competencia, y asegura que no tienen miedo. “Estamos en un proceso de modernización, pese a lo que se diga, por ejemplo con el tema de la contaminación”. Protestan para que haya las mismas condiciones para todos.