Mad Max, El Renacido y Spotlight triunfan en los Oscars de la desigualdad

Los Oscars de la desigualdad, una fiesta de blancos atendida por negros –desde el presentador hasta los comentaristas elegidos por la cadena ABC para la alfombra roja– pero llena de dignidad. La Academia de Hollywood reconoció ayer que le queda mucho por hacer de cara a resolver la cuestión de la raza y se dejó propinar, con deportividad, todas las collejas que quiso darle el cómico Chris Rock, que había encontrado en la polémica la receta del éxito y no la soltó en toda la noche. ¿Y los premios en sí?

Muy bien repartidos. Mad Max se llevó seis estatuillas principalmente técnicas y se convirtió en el largometraje australiano más laureado de todos los tiempos. El renacido consiguió su propósito y se llevó tres estatuillas importantes, la que por fin reconoce a Leonardo DiCaprio como uno de los mejores actores de su generación, y las que repitieron Alejandro Gonzáleza Iñarritu y Emmanuel Lubezki como mejor director y mejor fotografía, respectivamente. Por su parte, Spotlight consiguió hacerse con el Oscar al mejor guión original y a la mejor película. Brie Larson ganó el premio a la mejor actriz por Room, Mark Rylance vio recompensado su oficio por su papel en El puente de los espías y Alicia Vikander salvó los muebles con su galardón para La chica danesa. Estuvieron tan repartidas las cosas que incluso hubo premio para el magnífico film de ciencia-ficción Ex Machina en la categoría de mejores efectos especiales.

¿Injusticias? Las justas. Decir que Silvester Stallone merecía más que Rylance el Oscar es, cuanto menos, una exageración. Pero estaba en muchas quinielas que veían en el galardón para Sly un último golpe del fenómeno cinematográfico Rocky. El hecho de que fuese una película dirigida por un negro y protagonizada por otro, y que ambos hubieran podido estar nominados perfectamente, hacía pensar que el Oscar a Stallone era una pequeña victoria. Ni eso.

Peor fue el Oscar a la mejor actriz de reparto. Vikander no es en absoluto una secundaria en La chica danesa, y Jennifer Jason Leigh tenía más motivos para ganarlo por Los Odiosos Ocho. Lo más paradójico es que la actríz sueca sí hubiera sido justa ganadora por Ex Machina. Paradojas de la gala. También podemos pensar que es injusto el dejar fuera a Carol, un abandono que ha hecho que se critique no sólo el racismo de Hollywood sino su miedo a una película que habla del deseo sexual femenino y entre mujeres

Volviendo a la entrega de premios, los Oscars demostraron que los números musicales son bienvenidos cuando tocan, pero que no pasa nada por dejarlos fuera. Limitar a tres las actuaciones musicales y sacrificar números a mayor gloria del presentador, sustituyéndolos por chistes cortos y a la mandíbula, y vídeos originales, fue una buena forma de acelerar la larguísima ceremonia, que dio en el clavo en cómo se expulsó del escenario a los más pesados, en la escenografía que rodeó a cada galardón y en los pequeños detalles que fueron formulando una de los mejores premios en mucho tiempo.

Especialmente acertado el vídeo, protagonizado por muchos actores de Saturday Night Live, con actores negros como protagonistas de películas blancas. Brillante la parte de los «dólares blancos para salvar a un astronauta negro».

Rock puso mucho énfasis en que las cosas para los afroamericanos están lo bastante bien como para ponerse a protestar por la blanca palidez de los nominados. «En aquellos tiempos teníamos cosas reales por las que protestar. Estabamos demasiado ocupados siendo linchados y violados como para preocuparnos de quién ganaba el premio a la mejor fotografía. ¿Sabes? Cuando tu abuela cuelga de un árbol es difícil preocuparse por el mejor corto documental extranjero».

Aunque primero hizo guantes con su amigo Kevin Hart («hace más películas que un actor porno, no podía boicotear los premios, no puedo permitirme que me quite otro papel»),  pronto comenzó a burlarse de Will Smith y de su mujer, Jada Pinkett Smith, dos de las principales caras del boicot. «Tener a Jada boicoteando los Oscars es como tenerme a mí boicoteando los pantis de Rihanna. Nadie me había invitado. Pero lo comprendo, entiendo que esté enfadada. Ha visto que no han nominado a Will por La verdad duele y lo pillo, lo pillo. Es injusto que Will lo hiciera tan bien y no lo nominasen. Pero tampoco fue justo que le pagaran 20 millones de dólares por hacer Wild Wild West«.

Lo mejor de Rock es que fue muy reivindicativo para los blancos y un Tío Tom para los más radicales. A los primeros los calló cuando dijo que la categoría en recuerdo de los fallecidos consistiría en galardonar a los chavales negros tiroteados por la Policía. A los segundos los contuvo con las burlas al papanatismo de Will Smith y con una alerta importante contra la discriminación positiva. «Si queréis nominados negros cada año tendréis que diseñar categorías para negros. Es lo que necesitáis, categorías para negros. Ya sucede con hombres y mujeres. Pensad en ello, no hace falta tener una categoría para hombres y otra para mujeres. No hay motivo, esto no es atletismo. No tienes que separarlos. Robert de Niro nunca ha tenido que decir: ‘Mejor freno un poco para que Meryl Streep pueda alcanzarme'».

¿El mejor momento de equilibrio? El homenaje del mes de la historia negra. Es una reivindicación, porque hasta para un homenaje pensado para negros se lo dan a Jack Black, que sólo tiene de negro el nombre. Y también una burla, porque durante la primera parte del discurso parecía que el ganador iba a ser Will Smith.

Rock también bromeó sobre cómo las cosas han cambiado. «Tenemos un Rocky negro este año. Hay quien lo llama Creed. Yo lo llamo Rocky Negro, y es una gran declaración. Porque Rocky sucede en un mundo en el que los atletas blancos son tan buenos como los negros. Rocky es una película de ciencia-ficción. Algunas cosas que suceden en Star Wars son más verosímiles que lo que pasaba en Rocky».

Por lo demás, lo esperado. Una alfombra roja llena de bonitos vestidos («no todo es racismo ni todo es machismo, si sólo preguntan a las mujeres por sus vestidos es porque los hombres van todos iguales. El día que veas a George Clooney con un esmoquin verde lima y un cisne saliéndole del culo ya verás como todo el mundo le pregunta»), memes en redes sociales y lamentos por las películas que se quedaron fuera (como Marte, a quien la hundió la nominación a mejor comedia en los Globos de Oro).

Conclusión: Habrá que ver si las audiencias remontan este año después del declive reciente. Si es así, quizá salga a cuenta buscar otra polémica el año próximo.

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