Más de 300.000 personas, entre refugiados y migrantes, han afrontado en 2015 la peligrosa travesía del Mediterráneo, 200.000 de las cuales se dirigieron a Grecia y alrededor de 110.000 a Italia, según los datos de ACNUR, que ha registrado en el mismo periodo al menos 2.500 muertos o desaparecidos. Amnistía Internacional ha denunciado la “miopía” de los líderes europeos ante “la peor crisis de refugiados desde la II Guerra Mundial” y MSF ha acusado a los políticos europeos de tener “las manos manchadas de sangre”.
Según los datos publicados el pasado viernes por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), estas cifras suponen un importante incremento con respecto a 2014, cuando se registraron alrededor de 219.000 personas en el conjunto del año.
Aparte, de acuerdo con la agencia europea FRONTEX, en los primeros siete meses de 2015 se registró la entrada irregular en Europa de 340.000 personas a través de todas las rutas y fronteras terrestres y marítimas. En el mismo período del año pasado, la cifra fue de 123.500 personas, mientras que en todo el año 2014 el total fue de 280.000 personas.
ACNUR ha constatado también que alrededor de 2.500 refugiados y migrantes han perdido la vida o han desaparecido en el mar en lo que va de año en su intento por llegar a Europa. Este balance no incluye la tragedia del pasado jueves en las costas de Libia, en la que murieron más de 200 personas a causa del naufragio de dos embarcaciones que se dirigían a Italia con medio millar de refugiados y migrantes a bordo, según precisó la portavoz de ACNUR, Melissa Fleming, durante rueda de prensa en Ginebra.
En 2014 murieron o desaparecieron cerca de 3.500 personas durante su travesía por el Mediterráneo. “A pesar de los esfuerzos concertados de la operación conjunta europea de búsqueda y salvamento en el marco del FRONTEX, que ha salvado decenas de miles de vidas humanas este año, el mar Mediterráneo sigue siendo la vía más mortífera para refugiados y migrantes”, ha advertido Fleming.
Las migraciones por el Mediterráneo entre enero y agosto de 2015 | OIM
“Muchas de las personas que llegan por mar al sur de Europa, en especial a Grecia, proceden de países afectados por la violencia y los conflictos, como Siria, Irak y Afganistán”, ha proseguido la portavoz. Por tanto, “estas personas precisan de la protección internacional y suelen estar agotadas físicamente y traumatizadas”, ha advertido.
“Todos los gobiernos implicados” deben facilitar “los mecanismos de respuesta” y actuar “con humanidad y en conformidad con sus obligaciones internacionales”, ha advertido. “Todos los países de la Unión Europea deben actuar conjuntamente en respuesta a esta emergencia creciente y demostrar responsabilidad y solidaridad”, ha manifestado Fleming.
Recientemente, ACNUR advirtió de que en el mundo hay actualmente alrededor de 60 millones de personas desplazadas forzosamente y llamó la atención sobre el tratamiento mediático y político de estas personas, ya que «se está volviendo cada vez más común ver los términos ‘refugiado’ y ‘migrante’ intercambiados en el discurso mediático y público”, cuando “hay una diferencia y, sí, es importante”, ha indicado Adrian Edwards, de ACNUR. El Gobierno español se caracteriza por confundir con frecuencia ambos términos (o a reducirlo a la expresión «inmigrante ilegal») cada vez que se refiere a esta crisis.
“Los refugiados son personas que huyen de conflictos armados o persecución” y cuya situación suele ser “tan peligrosa e intolerable que deben cruzar fronteras internacionales para buscar seguridad en los países cercanos y, entonces, convertirse en ‘refugiados’ reconocidos internacionalmente, con acceso a la asistencia de los Estados, el ACNUR y otras organizaciones”, ha advertido.
El Derecho Internacional, según ACNUR, “define y protege a los refugiados” y establece, como uno de sus “principios fundamentales”, que “no deben ser expulsados o devueltos a situaciones en las que su vida y libertad están en peligro”. Con estos parámetros, ha precisado la organización, la protección de los refugiados tiene “muchos ángulos”, como “la protección contra la devolución a los peligros de los cuales han huido”, el acceso a «procedimientos de asilo justos y eficientes” y las medidas que garanticen “que sus derechos humanos básicos sean respetados, que les permitan vivir en condiciones dignas y seguras, y que los ayuden a encontrar una solución a más largo plazo”. “Los Estados tienen la responsabilidad primordial de esta protección”.
MSF: “Las manos manchadas de sangre”
Aparte de la tragedia del pasado jueves, recordó Fleming, los servicios de salvamento debieron atender el pasado 26 de agosto a otro barco en las costas libias, en las que encontraron los cadáveres de al menos 51 personas fallecidas por asfixia en el fondo de la embarcación. “No queríamos bajar a la bodega, pero nos golpearon con palos para obligarnos”, relató a ACNUR uno de los supervivientes, un sudanés de 25 años llamado Abdel. “No teníamos suficiente aire e intentábamos respirar a través de las fisuras del techo, pero los otros pasajeros tuvieron miedo de que el barco volcase y nos empujaron hacia el fondo y nos golpearon”, añadió.
La organización humanitaria Médicos sin Fronteras (MSF) también ha informado de esta tragedia, concretamente de la muerte de 52 personas a bordo de un barco que había sido localizado en altamar por el MY Phoenix, un buque operado conjuntamente por la propia MSF y por la organización humanitaria de salvamento de inmigrantes MOAS (con sede en Malta).
“Las muertes de estas 52 personas muestran que las operaciones de búsqueda y rescate son sólo una tirita, una solución temporal y no verdaderamente efectiva, frente al fracaso europeo a la hora de aportar soluciones”, ha declarado Will Turner, coordinador de emergencia de MSF a bordo del MY Phoenix.
“La única manera de detener estas tragedias en el Mediterráneo es establecer vías seguras y legales para que las personas migren o soliciten asilo y refugio en Europa”, ha proseguido. ”La desesperación de estas personas para huir de sus países las fuerza a subir a estos botes, a poner sus vidas en las manos de gente que se aprovecha de su necesidad de arriesgarlo todo para alcanzar la seguridad de Europa. Hoy, como ayer, los políticos europeos tienen las manos manchadas de sangre”, ha manifestado Turner.
AI: “La miopía de la UE”
Por su parte, la organización Amnistía Internacional (galardonada con el Premio Nobel de la Paz, al igual que ACNUR y Médicos sin Fronteras) ha advertido de la “dura odisea” que viven las personas “que huyen del conflicto” y llegan cada día a Lesbos, la isla que recibe el mayor número de llegadas de Grecia.
“Esto no es sólo una tragedia para Grecia, sino una crisis que afecta a toda Europa”, ha denunciado Gauri van Gulik, directora adjunta del Programa Regional para Europa y Asia Central de Amnistía Internacional. “Se está desarrollando ante los ojos de unos líderes europeos miopes que prefieren dar prioridad a la seguridad de las fronteras en lugar de prestar ayuda a los sobrevivientes del conflicto”, ha añadido.
“El mundo está presenciando la peor crisis de refugiados desde la II Guerra Mundial. Lo que necesitan las fronteras de Europa no son vallas, sino puntos de entrada seguros para los refugiados e instalaciones para recibirlos con dignidad”, ha advertido.
En el marco de la operación especial Aegean Hope, llevada a cabo por la Guardia Costera de Turquía, durante el período comprendido entre el 1 de mayo y el 6 de agosto de este año fueron rescatados 24.017 migrantes, de los cuales 17.193 eran ciudadanos sirios, según ha informado la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
El pasado mes de julio, FRONTEX documentó por primera vez desde 2008 (cuando empezó a llevar registros) la llegada de más de 100.000 personas en un solo mes. Asimismo, los analistas de la OIM en Bruselas indicaron que en julio se había observado el “tercer récord mensual consecutivo”, superando “por mucho el récord de más de 70.000 alcanzado en junio”.
Grecia
Grecia sigue siendo el destino preferido de los migrantes que viajan a Europa, según la OIM, que el pasado 21 de agosto informó del desembarco de más de 138.000 personas en una serie de islas del mar Egeo sólo desde el 1 de junio.
El pasado 24 de agosto, la policía de Lesbos informó a Amnistía Internacional de que, según sus cálculos, sólo desde el 1 de agosto habían llegado a la isla más de 33.000 personas refugiadas y migrantes. “Y cada día llegan cientos más: 1.450 solamente la noche del 10 al 11 de agosto”, ha precisado la organización. Lesbos tiene una población de 86.000 habitantes y “no está suficientemente preparada para atender al número sin precedentes de migrantes”, según la OIM.
Refugiados en un campamento informal en Lesbos | Amnistía Internacional, Kondylia Gogou
Imágenes | ACNUR, Amnistía Internacional, OIM