Las grandes empresas españolas no pueden perder el tiempo a nivel tecnológico. De hecho, algunas van con cierto retraso. Y, por si fuera poco, la competencia que viene desde Estados Unidos -así como las nuevas startups– son más enemigos en el frente. De ahí que Mercadona siga pisando el acelerador. ¿Pero será suficiente?
La obsesión de la compañía presidida por Juan Roig para desarrollar el cambio tecnológico llegó en 2011. Fue cuando la cadena de distribución decidió apostar por un ambicioso proyecto a largo plazo. Con el horizonte 2012-2018, Mercadona invertiría 126 millones de euros en su ‘Plan de Transformación Digital’.
Centros de datos, mejora en los procesos de innovación para la cadena de distribución, mejor tecnología en las tiendas y, el gran reto, la venta por el canal online. Muchos de estos proyectos ya están en marcha, otros se resisten.
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El último ejemplo lo hemos conocido esta semana. Mercadona ha comenzado las obras de construcción de su nuevo Centro de Proceso de Datos (CPD), por valor de 21 millones de euros, en los terrenos ubicados junto a su Bloque Logístico de la localidad leonesa de Villadangos del Páramo. De la inversión estimada, 6 millones corresponderían a la parte de obra e instalaciones y los 15 millones restantes al equipamiento e instalaciones informáticas, según fuentes de la compañía.
La construcción de este nuevo CPD, el segundo del que dispondrá tras la puesta en marcha del de Albalat dels Sorells en Valencia, se ubicará en una parcela de 7.200 metros cuadrados, de los que 2.000 serán de superficie construida.
Para el diseño y construcción del centro se tendrán en cuenta los niveles de redundancia necesarios para garantizar los máximos niveles de seguridad y disponibilidad para el funcionamiento ininterrumpido de las operaciones de los 1.500 supermercados de la compañía, sus bloques logísticos y almacenes, y respaldar la expansión internacional en Portugal.
Tan solo quedan 15 millones en la hucha
Hasta el año pasado, según refleja Mercadona en su memoria económica de 2015, se habían invertido 90 millones de euros. Si se añaden estos 21 del nuevo centro de datos, más o menos no deberían quedar más de 15 millones de los 126 iniciales de 2012.
Con esa cifra, que debe finiquitar en menos de dos años, tiene por delante otro de los grandes retos. Una vez que tiene todo habilitado para explotar el big data y poder conocer de forma exhaustiva a sus clientes, ahora es turno del ecommerce y la mejora de visibilidad digital.
Su página web parece estar basada en un diseño del siglo XX. Poco ágil e intuitiva, Mercadona sigue con esta tarea pendiente. Y lo que es peor, su versión móvil no adaptada, hace que la navegación sea algo imposible.
Eso reporta en su canal de venta online. Juan Roig ya ha dejado constancia de que no es una prioridad, pero cuando todos los rivales aceleran el paso, y la sociedad está cambiando, quizá sea hora de afrontar la situación. En estos momentos las ventas online apenas suponen el 1% de la facturación total (unos 200 millones de euros). Argumentan que, de momento, no son capaces de rebajar los costes de los pedidos a través de internet y que, por lo tanto, no es urgente revisar este modelo.
Lo que de momento está bordando Mercadona
En la memoria económica del pasado ejercicio, Mercadona hace una lista con los cinco pilares de su transformación digital. Destacan los procesos de mejora en el big data y su acceso a la información en tiempo real. Aquí, la compañía presidida por Juan Roig está consiguiendo que sus supermercados estén siempre abastecidos y la relación con los proveedores sea inmediata.
También trabajan en una nube pública en la que se interconectan los empleados y mejora los procesos de abastecimiento de los locales, y siempre estén bien gestionados.
Además de esto, Mercado ha conseguido tener una relación fluida con sus clientes a través de redes sociales, sobre todo Twitter, donde intenta generar el mayor diálogo posible con el fin de escuchar a quienes de verdad mandan en la compañía.
Imagen | Efe