El Metro de Madrid no está teniendo su mejor agosto. Las críticas de los usuarios se agolpan en las redes sociales, y el servicio está puesto en tela de juicio. Pese a ello, la presidenta de la Comunidad de Madrid ha anunciado que próximamente renovarán las instalaciones para ofrecer tecnología 4G.
A tenor de las críticas que vierten los usuarios en las redes sociales, sobre todo Twitter, parece que la preocupación de los ciudadanos no es el 4G, sino el paso de los trenes cada menos tiempo. De hecho, cada día se amontonan fotografías con el célebre “Próximo tren llegará en…” donde aparecen frecuencias de paso por encima de lo estipulado en los carteles de Metro según determinadas horas.
En este contexto, desde la Comunidad de Madrid prefieren centrar los esfuerzos en sumar valor añadido de carácter tecnológico a la red de metro. Al menos ese parece ser su planteamiento, ya que la presidenta de la Comunidad, Cristina Cifuentes, ha avanzado esta semana que Metro de Madrid prevé hacer una inversión cercana a los 200 millones de euros para implantar tecnología 4G y renovar todos los sistemas tecnológicos. Fuentes del Ejecutivo autonómico han indicado a Europa Press que esa inversión se desplegaría en un próximo contrato a licitar en breve y que versará sobre la renovación de todos los sistemas de comunicación en Metro.
En este punto conviene recordar cómo está actualmente la situación sobre la cobertura, quiénes se llevarán esos 200 millones de euros y qué podemos esperar.
Tres operadores se lo reparten
El responsable de ingeniería de Metro de Madrid, Carlos Esquiroz, declaraba a El País hace dos años que en su modelo de negocio los operadores son quienes deciden la cobertura, a diferencia de otros sistemas de transporte donde se obliga a los operadores a instalar las redes por líneas completas, tal y como pasó en los metros de Barcelona, Bilbao y Valencia.
La cobertura móvil del metro corresponde a la empresa Metrocall, participada en un 60% por Tecnocom y en un 40% por Metro de Madrid. Su objeto social es “la implantación, gestión y explotación de la red que da soporte a la telefonía móvil en la red e instalaciones del Metro”. Constituida en 2000, y tras numerosos desencuentros con las operadoras sobre la prestación del servicio, finalmente en 2005 firmó un contrato con Vodafone, Telefónica y France Télécom para poner a disposición de los operadores los espacios y la instalación de cable radiante y antenas necesarios para la puesta en marcha de la red. En su día, ABC publicó un gráfico muy esclarecedor sobre el funcionamiento del sistema.
Dicho acuerdo tenía una duración de 12 años, de manera que en un par de años terminará su vigencia. Habrá que ver si compensa realizar las prórrogas bianuales que fija el contrato. En 2013, según las últimas cuentas disponibles, la compañía registró una cifra de negocio neta de 4,3 millones, un 7% menos que en el ejercicio precedente.
¿Cómo está el resto del mundo?
Se da la paradoja de que Metro de Madrid puede destacar más por la velocidad de la conexión a internet móvil que por la de los trenes. Y ya sucede. En la almendra de la M30 el metro de la capital sí puede presumir de tener una red móvil desplegada muy potente y que resulta la envidia para ciudades como Londres o París, donde apenas están empezando con el despliegue de 3G, o ni siquiera hay, como el caso londinense.
Y es que al margen de los proyectos de WiFi, donde Gowex intentó hacer algo con un final infeliz, como ya se sabe, lo cierto es que una vez que se amplíe la cobertura con tecnología 4G y se renueven los sistemas tecnológicos, tal y como ha prometido la presidenta Cifuentes, Madrid pasará a ser una de las ciudades con mejores servicios de banda ancha móvil del mundo.
Algunos ejemplos de buen funcionamiento se pueden ver en el metro de Hong Kong, donde además de tener una red 3G completamente desplegada en todas las estaciones, hay servicio de WiFi gratuito. Por ejemplo, el metro de Nueva York también tiene cobertura de datos en el subsuelo y WiFi gratuito en unas 100 estaciones de metro de las más de 400 que forman su entramado. Incluso tienen redes LTE en las principales líneas. Otro ejemplo es Seul, donde hay 4G desde el año 2013. También tiene WiFi, aunque no de gran calidad. Caso similar es el de Tokio, aunque de momento con 3G y WiFi gratis bajo registro previo.
Aunque estos son los ejemplos a los que aspira Madrid, lo cierto es que la capital española puede presumir frente a otras ciudades en el aspecto de la conectividad. Grandes ciudades que deberían ofrecer mejores servicios se encuentran en clara desventaja con el Metro de Madrid.
El anterior caso citado de Londres es muy llamativo, ya que de momento están en vías de negociación para instalar una red 3G, y el WiFi corre a cargo del operador Virgin, sin que tampoco tenga un gran éxito. Por su parte, en París también están ahora ampliando la red de cobertura en banda ancha móvil, aunque no se espera hasta 2017 una instalación total. Otro caso, aunque este tiene mayor despliegue es el de Berlín, donde todavía está lejos de tener una cobertura absoluta en todas sus estaciones. Y peor es la situación, por ejemplo, de Toronto, ya que solo un pequeño operador tiene desplegada infraestructura para ofrecer datos a los usuarios de metro.