La banca tradicional quiere hacer frente a las empresas de microcréditos

Ya han pasado varios años desde que los prestamistas privados irrumpieran en nuestro país y, desde entonces, no han parado de ganarles terreno a las entidades bancarias. Es decir, han ofrecido a los usuarios soluciones que la banca no ha aportado y, además, lo han hecho en el momento oportuno.

De hecho, como indican desde el comparador HelpMyCash estas compañías aparecieron en un contexto en el que el país se encontraba sumergido en una crisis económica y los ciudadanos necesitaban vías de financiación alternativas. Especialmente, porque las entidades bancarias endurecieron sus requisitos y, en consecuencia, redujeron considerablemente la concesión de capital.

Además, estas empresas de capital privado comenzaron a publicitarse en diferentes canales y, así, pudieron estar presentes en el día a día de la sociedad.

¿Arrebatarán estas compañías el papel protagonista de la banca?

Las entidades de mini préstamos han conseguido captar una interminable lista de clientes y parece que no tienen intención de parar.

Al hilo de esto, cabe destacar que según la Encuesta de Condiciones de Vida, elaborada anualmente por el Instituto Nacional de Estadística, la variable “renta anual neta media (por hogar)” ha descendido un 13 % desde el año 2009 hasta el 2015. Si esto lo traducimos a cifras monetarias, los hogares españoles han sufrido una caída en la renta media de casi 4.000 euros en 6 años. Si a esto le sumamos que, en el mismo periodo de tiempo, el porcentaje de hogares que no puede hacer frente a imprevistos ha ascendido desde un 31,9 % hasta un 39,4 %, podemos concluir que los mini préstamos han aparecido en el momento más apropiado.

Sin duda, el contexto económico y social han sido factores clave de cara al éxito de estos productos, pero el principal factor diferencial han sido las condiciones y características que ofrecen los prestamistas privados. Estos son los más destacables: la velocidad con la que nos permiten disponer del dinero, la flexibilidad en cuanto a las condiciones que exigen o la comodidad de poder solicitarlos desde cualquier dispositivo con conexión a Internet. En cambio, para recibir un crédito del banco, probablemente tendremos que esperar varios días, los filtros que establecen para conceder el dinero son mucho más estrictos (por ejemplo, requieren que seamos clientes o que no estemos en Asnef) y para contratarlos tendremos que acudir a una oficina y realizar mucho más papeleo.

Los bancos se decantan por un buen ataque como defensa

Por un lado, los bancos se han visto obligados a digitalizarse y adaptar sus servicios a las nuevas tecnologías. Así, han lanzado al mercado diferentes productos crediticios para que sus clientes puedan disponer de dinero en cuestión de minutos como los préstamos preconcedidos. Estos productos los podemos conseguir mediante un simple clic y desde cualquier dispositivo con conexión a Internet. No obstante, si queremos que nuestro banco nos brinde esta opción, tendremos que ser clientes con una determinada antigüedad y tener un historial óptimo.

Por otro lado, la banca también ha comenzado a ofertar productos que se asemejan de manera directa a los minicréditos. Un claro ejemplo es el Minikredit ofrecido por la entidad Kutxabank con el que podemos conseguir hasta 3.000 euros al instante y devolverlos en un plazo de entre 3 meses y 3 años.

No obstante, aún hay algunas barreras que impiden a las entidades bancarias estar al mismo nivel que los prestamistas privados, por ejemplo, que siempre nos exigirán que seamos clientes para concedernos cualquier tipo de producto o servicio.

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