Mitsubishi indemnizará a sus proveedores por el coste del escándalo

Mitsubushi planea ofrecer indemnizaciones a sus abastecedores de componentes, después de suspender la producción de cuatro de sus modelos de minivehículos por el escándalo sobre el falseo de datos de consumo de estos coches.

Así lo anunciaron este lunes fuentes de la compañía a la agencia nipona Kyodo, después de que la automovilística admitiera la semana pasada que durante años había manipulado las pruebas para evaluar el consumo de cuatro modelos de minivehículos (coches con motores de menos de 660 centímetros cúbicos), entre ellos dos comercializados por Nissan.

Tras desvelarse el escándalo, la empresa nipona anunció que detendría la producción de los cuatro modelos implicados, de los que se han vendido unas 625.000 unidades en Japón.

Esta medida ha supuesto el cierre con duración indefinida de su línea de producción en la localidad de Mizushima, ubicada en la prefectura de Okayama (este de Japón) y con una plantilla de unos 1.300 trabajadores, lo que ha afectado también a decenas de empresas que suministran componentes para sus vehículos.

La compañía está negociando los detalles de las posibles compensaciones para estas empresas con las que tiene obligaciones contractuales a medio y largo plazo, según las antes citadas fuentes.

Mitsubishi Motors también contempla indemnizar a los clientes que adquirieron automóviles afectados por el caso, cuyo verdadero alcance aún está siendo investigado de forma interna por la empresa y también por un panel independiente designado por el Ejecutivo nipón con el mismo fin.

Como resultado de la manipulación de los test de consumo energético realizado por trabajadores de la empresa, estos vehículos fueron vendidos bajo una falsa garantía que aseguraba que eran entre un 5 y un 10 por ciento más eficientes de lo que en realidad son. Además, la compañía reconoció que ha estado empleando métodos que ya no da por válidos en Japón para testar la eficiencia energética de sus vehículos durante los últimos 25 años.

El escándalo ha puesto en entredicho el futuro de la empresa debido al volumen de las posibles indemnizaciones que tendrá que pagar a conductores y a Nissan, e incluso al Gobierno, debido a las ayudas públicas que Mitsubishi recibió vinculadas con sus datos de eficiencia energética.

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