Los servicios de inteligencia rusos han confirmado que la explosión en pleno vuelo del A321 cuando sobrevolaba Sinaí se debió a la explosión de una bomba.
Concretamente, la deflagración fue causada por un artefacto explosivo artesanal de una potencia de hasta un kilogramo de TNT, según declaró el director del Servicio Federal de Seguridad (FSB), Alexandr Bortnikov, citado por la agencia estatal RIA Novosti.
Tras esta información, el presidente ruso, Vladimir Putin, ha prometido la captura y el “castigo” de los autores del atentado, “se encuentren donde se encuentren”, y ha anunciado una intensificación de los ataques rusos sobre Siria.
El FSB se ha dirigido «a la comunidad rusa e internacional» para solicitar su ayuda en la identificación de los terroristas y ha prometido «una recompensa de 50 millones de dólares» a quien facilite informaciones «que ayuden a la detención de los criminales».